Nueva técnica para analizar el cromosoma Y, uno de los más pequeños del genoma humano
Investigadores españoles han creado una técnica para capturar y analizar íntegramente el cromosoma Y, implicado en la infertilidad masculina y algunos tumores.
Un equipo de científicos de la Universidad de Granada y el Centro Pfizer - Universidad de Granada - Junta de Andalucía de Genómica e Investigación Oncológica (GENYO) ha desarrollado una técnica genética que permite capturar y analizar el cromosoma Y, uno de los más pequeños del genoma humano, y que aún no ha sido secuenciado por completo.
¿Por qué es importante esto? Lo explica Luis Javier Martínez González, responsable de la Unidad de Genómica de GENYO: “La selección exclusiva del cromosoma Y nos permite un análisis integral del mismo. Antes solo era posible uno parcial. Esto puede proporcionarnos información clave sobre enfermedades en las que influyan aberraciones cromosómicas en el cromosoma Y, como la infertilidad masculina, alteraciones tumorales…”.
Además, este método se puede aplicar al estudio de otras dolencias no confinadas a este cromosoma.
Un repaso genético
El cromosoma Y se halla solo en los varones. Cada célula humana cuenta con 23 pares de cromosomas, filamentos condensados de ADN que contienen la información genética. Hombres y mujeres comparten 22 de esos pares de cromosomas, pero hay uno en el que difieren: el par de cromosomas sexuales. Los machos de la especie humana poseen un par compuesto por un cromosoma X y un cromosoma Y, y las hembras, uno formado por dos cromosomas X.
El cromosoma Y se transmite solo de padres a hijos y es mucho más pequeño que el X: unos 75 genes contra 1.000. Algunas enfermedades y problemas como la infertilidad masculina se ligan exclusivamente a este paquete genético varonil, de forma que cuanto más lo conozcamos, mejor podremos combatirlas.
De ahí la trascendencia de esta investigación publicada en la revista Scientific Reports (Nature).
El método de caza
Para atrapar el cromosoma Y humano, los científicos emplearon las técnicas denominadas citometría de flujo, microdisección laser y captura por hibridación, que les posibilitaron marcarlo y caracterizarlo, para estudiarlo luego mediante secuenciación.
Pero no queremos ahogarte en terminología científica. Lo interesante es que la unión de estos métodos permite la caracterización genética de variaciones en el cromosoma Y que dan pistas de lo que está pasando en ciertas regiones de este que, al mutar, abren la puerta a algunos tumores y enfermedades.
La línea de investigación es prometedora. Según Mª Jesús Álvarez Cubero, profesora del departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Granada (UGR) y una de las autoras del trabajo, una vez afinada la técnica, “podremos extrapolarla a otros cromosomas o regiones de estos. Estamos colaborando con colegas de la UGR que quieren caracterizar alteraciones en un cromosoma con implicaciones en el desarrollo tumoral, y trabajamos en técnicas de caracterización molecular muy demandadas actualmente en el campo de las biopsias líquidas” (un método avanzado y no invasivo de detección del cáncer).