Es una cálida tarde de verano en la Antigua Grecia. Has terminado de hacer tus compras en el mercado local o Ágora (toma nota) y vuelves para casa. De pronto, algo te impulsa a levantar la vista hacia el cielo nocturno y ves que algunas estrellas parecen moverse, así que las llamas planetas o errantes (toma nota). Desde ese primer momento en el que nace la Physica, han pasado más de 2.600 años y tantos descubrimientos que revolucionaron la concepción que se tenía del mundo que bien podría llenarse una vida entera con ellos. Pero, en algún punto no muy lejano, un grupo de científicos brillantes y su amigo Howard invadieron las pantallas de televisión de todo el mundo y nos enseñaban que la Física, los empollones y el humor pueden ser una excelente combinación. Como una explosión surgida de la nada por la expansión de materia de alta densidad, así nació ‘The Big Bang Theory’.
La premisa de la serie creada por Chuck Lorre y Bill Prady partía de un punto bastante interesante: convertir a esos empollones entrañables que viven en su mundo y que no comprenden los convencionalismos sociales, esos pobres marginados secundones de tantas y tantas películas, en protagonistas absolutos. Sheldon (Jim Parsons), Leonard (Johnny Galecki), Howard (Simon Helberg) y Rajesh (Kunal Nayyar) conquistaron nuestro corazón prácticamente desde el primer momento con unas actuaciones de calidad, un guion ingenioso e inteligente lleno de referencias y una forma de ver el mundo distinta a lo que la televisión nos tenía acostumbrados. Si a estos inadaptados les ponemos junto a Penny (Kaley Cuoco), Bernadette (Melissa Rauch) y Amy (Mayim Bialik), nos encontramos ante un grupo cuyas desventuras nos han hecho reír muchas veces.
Además del humor, ‘The Big Bang Theory’ supuso una ventana al mundo de las ciencias y a la cultura geek, los frikis. La serie dio visibilidad al interesante mundo de la Física y a cómo afecta a nuestra vida cotidiana aunque nosotros no nos demos cuenta, y se convirtió en un estandarte para todos esos frikis a los que les encantan las series, las películas, los cómics o los videojuegos. A pesar de que estas formas de entretenimiento son algunas de las más extendidas y populares, ser un “nerd” se sigue considerando como algo relativamente malo por gran parte de la sociedad. Sheldon y compañía demostraron que cada uno es como es, con sus rarezas incluidas, y que si eso te hace feliz debería convertirse en un orgullo y no en una vergüenza.
Tras doce temporadas de humor, rarezas y curiosidades, nos despedimos de la serie haciendo un pequeño repaso a las principales enseñanzas científicas que ‘The Big Bang Theory’ nos ha dado. No vaya a ser que suspendamos el último examen de Sheldon y nos llevemos un ‘Bazinga!’ bien merecido.
Los secretos de la genética
El 24 de septiembre de 2007, el mundo conocía a los doctores Sheldon Cooper y Leonard Hofstadter en una de las escenas más divertidas y recordadas de toda la serie. Sentados en un banco de esperma para personas de alto cociente intelectual, esta peculiar pareja mostraba su forma de ser al tiempo que nos daba la primera lección sobre ciencia: Sheldon estaba realmente preocupado porque su ADN no garantizaba que fuese a tener hijos inteligentes (y utilizaba de ejemplo a su poco brillante hermana melliza Missy). En los años 80, un empresario intentó comercializar el esperma de personas altamente inteligentes para “vender hijos igual de inteligentes”, al igual que se haría más tarde con el ADN de modelos para conseguir hijos muy atractivos físicamente. Acabábamos de conocerles y ya nos habían explicado, de forma sencilla y divertida, la lotería genética de cada uno.
El efecto Doppler
Durante una fiesta de Halloween en casa de Penny, Leonard y sus amigos deciden acudir disfrazados de personajes de ficción como Frodo Bolsón, Robin Hood o Thor, el dios nórdico. Sin embargo, Sheldon tenía preparado un disfraz muy especial y muy científico. Con un mono a rayas blanco y negro, el brillante científico pasó la noche explicando a todo el mundo que iba vestido como el efecto Doppler. Este fenómeno físico se basa en un aparente cambio de frecuencia en el desplazamiento de las ondas sonoras o de la luz. Traducido de forma sencilla, es la ilusión de que el sonido provocado por un objeto a altas velocidades es más agudo conforme se acerca y más grave al alejarse. En el caso de la luz, cuando se aproximan tienden a tonos más azules y al alejarse a tonos rojos. Para que pueda percibirse, la velocidad del objeto debe ser comparable a la de la onda; por lo que un caso en el que es fácil de reconocer es en el de un coche a alta velocidad.Imagen: The Big Bang Theory WikiFandom.
La ecuación de Drake
Antes de sentar la cabeza con la encantadora (y competitiva) Bernadette, Howard Wolowitz nos regaló una serie de momentazos que se centraban en sus conquistas sexuales fallidas y las divertidas formas de ligar que inventaba. Durante uno de los episodios, afirma poder modificar la ecuación de Drake, para calcular la probabilidad de contactar con vida extraterrestre, y utilizarla para descubrir sus posibles parejas sexuales cercanas. En 1961, Frank Drake diseñó una ecuación que relacionaba el número de civilizaciones tecnológicamente avanzadas, las estrellas cercanas con sistemas planetarios o los planetas donde podría desarrollarse vida inteligente y el tiempo que necesitan para desarrollarse como sociedad. Wolowitz afirmó, mientras les explicaba su teoría a sus boquiabiertos amigos, ser un “ingeniero salido que nunca bromea sobre mates o sexo”, justo antes de lanzarse a una noche loca por los bares de Pasadena.
El (dulce) gatito de Schrödinger
El experimento del gato de Schrödinger es una de las teorizaciones más conocidas del mundo de la física que busca explicar las contradicciones y paradojas hacia las que derivan las teorías de física cuántica. En la serie, el gato de Schrödinger es utilizado por Sheldon para explicar la relación existente entre Leonard y Penny. En el experimento, hay un gato encerrado en una caja con una ampolla de veneno y un átomo radiactivo con el 50% de probabilidades de romper la ampolla y liberar el veneno. Hasta que no se abra la caja y se vea qué ha pasado, el gato estará vivo y muerto a la vez. Si hablamos de la relación de Penny y Leonard (que nos ha tenido en vilo tantos años), tendría éxito o fracasaría y la única forma de saberlo por seguro es dejándola avanzar.
La teoría de cuerdas
Sheldon Cooper, como cualquier fan de la serie sabrá, es un físico teórico miembro del Instituto Caltech cuyo campo de estudio es la teoría de cuerdas. Este hecho hace que las menciones y conflictos relacionados con esta interesante teoría científica sean más que comunes, llevando a Sheldon a defenderla a capa y espada contra el joven genio Dennis Kim o a renunciar a ella tras una “crisis de fe científica”. La teoría de cuerdas es una explicación del universo basada en que todo, desde las partículas más ínfimas que existen, está formado por pequeñas hebras de energía conocidas como ‘cuerdas’. El lado bueno de esta teoría es que unifica la relatividad de Einstein y la mecánica cuántica, dando respuesta a algunos de los aspectos más retorcidos de la física. Sin embargo, es imposible demostrar la teoría de cuerdas y conlleva ciertas incompatibilidades que la ponen en duda. Sheldon ¡te necesitamos!
El Rover de Marte
Aunque no sería hasta mucho más adelante que Howard viajaría al espacio, desde las primeras temporadas se sabe que el ingeniero colabora activamente con la NASA, principalmente en el proyecto del Rover de Marte. En uno de los episodios de las primeras temporadas, con el objetivo de impresionar a una chica, Howard estrella el Rover en una zanja y, tras borrar todo rastro de su paso, decide huir. Al final del capítulo se sabría que en esa zanja, el Rover encontró los primeros indicios de posible vida en Marte, aunque nadie sabría que fue gracias a Howard y sus técnicas para ligar. El Rover es un vehículo motorizado que, desde 2003, vaga por la superficie del planeta rojo con el objetivo de encontrar rastros de agua en cualquier estado o indicios de vida. El coste aproximado del primer Rover (construcción, lanzamiento, aterrizaje y operación) rondaba los 820 millones de dólares.
El Bosón de Higgs
En 2012, el CERN confirmó la existencia de la llamada ‘partícula de Dios’, el bosón de Higgs. Se trata de una partícula elemental que juega un gran papel en el mecanismo por el que se origina la masa en el Universo. El bosón de Higgs era la única partícula predicha en el Modelo Estándar de física de partículas que aún no había sido descubierta y fue postulada en los años 60 por el físico David Higgs para justificar la existencia del campo de Higgs, una especie de continuo que se extiende por todo el espacio y que es responsable de la masa de las partículas. Como referente de la televisión y con una temática claramente científica (y geek), era necesario que ‘The Big Bang Theory’ introdujera en su argumento el descubrimiento del bosón de Higgs, haciendo varias menciones al mismo y siendo Sheldon el responsable de una teoría fallida para demostrar su existencia en uno de los capítulos.
El acelerador de partículas
Uno de esos lugares que todo científico conoce es el Gran Acelerador de Hadrones, un acelerador de partículas de 27km de diámetro construido en el centro del CERN de la frontera franco-suiza. El funcionamiento es fácil de explicar: se aceleran dos haces de protones en sentido contrario hasta alcanzar el 99.9% de la velocidad de la luz y se les hace colisionar para que liberen enormes cantidades de energía. Esto permite reproducir eventos que ocurrieron tras el Big Bang. En la serie, Leonard es invitado a Suiza para verlo y decide llevarse a Penny en un viaje romántico para desgracia de Sheldon, que incluyó en su contrato de arrendamiento que debía invitarle a él. Tras un divertidísimo toma y daca entre ambos científicos, los caprichos del destino quisieron que fuese Koothrappali quien acompañara a Leonard en el impresionante viaje.
La materia oscura
Las investigaciones de Sheldon, Leonard y compañía en ‘The Big Bang Theory’ suelen ser reflejo del panorama de la Física, en el que existen teorías que podrían explicarlo todo pero que no terminan de poder ser demostradas. Una de las épocas más divertidas de la serie fue cuando Raj y Sheldon trabajaron juntos para, al ritmo de ‘Eye of the tiger’, descubrir una forma de medir el espectro de la materia oscura, uno de los grandes misterios del cosmos. La materia oscura está compuesta por partículas que no absorben, reflejan o emiten luz y que por lo tanto no pueden ser detectadas por la radiación de su espectro electromagnético. Se conoce su existencia por los efectos que provocan en otros cuerpos visibles como las estrellas o las galaxias y su observación podrían ampliar enormemente el conocimiento que tenemos del Universo.
El Proyecto Manhattan
La ruptura con Amy Farrah Fowler debido a una disputa sobre qué ciencia era mejor provocó que Sheldon pasara por un duelo un tanto peculiar. Durante ese proceso, decidió adoptar a un gran número de gatos (comuna o gatería según él mismo) a los que llamó como a algunos de los científicos más relevantes del siglo XX. Además de un tal Chachito, las mascotas de Sheldon eran Robert Oppenheimer, Enrico Fermi, Richard Feynman, Edward Teller y Otto Frisch; los llamados padres del Proyecto Manhattan. Conocido bajo este nombre en clave, el Proyecto Manhattan desarrolló una investigación contrarreloj para conseguir crear la primera bomba atómica antes que los nazis, cosa que consiguieron.Imagen: The Big Bang Theory WikiFandom.
Richard Feynman
Además de las teorías que la serie introduce magistralmente en sus argumentos, también son muchos los nombres de grandes científicos los que aparecen. Uno de los héroes más admirados de Sheldon es el físico Richard Feynman, en cuya furgoneta viaja a México para la despedida de soltero de Leonard y la cual acaban prendiendo fuego por error. Richard Feynman fue uno de los físicos estadounidenses más brillantes y carismáticos del siglo XX que se dio a conocer por ser el padre más joven de la bomba atómica. Ganador del Premio Nobel de Física en 1965, pasó a la historia por sus teorías sobre mecánica cuántica, electrodinámica cuántica y la Física de la superfluidez del helio líquido subenfriado.
Paradojas temporales
Los viajes en el tiempo son uno de los elementos más atractivos que nos ha concedido la ciencia ficción y no podía pasar desapercibida para unos frikis como Sheldon, Leonard, Howard y Raj. En numerosas ocasiones, sobre todo hablando de películas como ‘La máquina del tiempo’ (1960), ‘Terminator’ (1984) o ‘Regreso al futuro 2’ (1989); este grupo de frikis discute sobre las paradojas temporales en las que las películas suelen incurrir con sus argumentos. La más común es la llamada paradoja de la predeterminación. Según esta, el propio viaje en el tiempo es lo que causa que se desee viajar en el tiempo. En ‘Terminator’, Kyle Reese viaja atrás en el tiempo para proteger a Sarah Connor, con quien resulta que tiene un hijo (John Connor) por lo que, si no hubiese viajado en el tiempo, John Connor no le habría ordenado viajar en el tiempo para proteger a su madre.Imagen: Filmaffinity.
Universos paralelos
Una de las muchas teorías posibles existentes sobre la naturaleza del Universo es la de las dimensiones paralelas. Según esta línea de pensamiento, existirían infinitas versiones del mismo universo que coexistirían sin interferir las unas con las otras y en las que cada parámetro podría ser completamente distinto. El experimento del gato de Schrödinger se suele utilizar para ejemplificar que, en cada universo, el gato sufre un futuro distinto. Uno de los grandes defensores de esta teoría es el mismo Sheldon Cooper quien, durante un episodio, afirma que existe un número infinito de universos en los que habitan un número infinito de Sheldons, siendo en uno de ellos un “payaso hecho de gominola”.
Neil DeGrasse Tyson
Al igual que las menciones a Albert Einstein o Richard Feynman son casi una constante en la serie, algunas mentes brillantes han tenido la suerte de aparecer en ‘The Big Bang Theory’ con pequeñas apariciones en las que podían, o no, interpretarse a ellos mismos. Una de las más recordadas por los fans fue la del astrofísico Neil DeGrasse Tyson, conocido por su participación en la serie de divulgación científica ‘Cosmos’. Durante un pequeño encontronazo en la universidad, se puede ver que Sheldon no le tiene demasiado aprecio al astrofísico debido a su papel en el paso de Plutón a planeta enano. Según palabras del propio Sheldon, “le gustaba Plutón, ergo no le gusta Neil DeGrasse Tyson”.Imagen: The Big Bang Theory WikiFandom.
Stephen Hawking
Los actores de la serie tuvieron la suerte de compartir plató con la que probablemente haya sido la mente más brillante de nuestro tiempo. El astrofísico Stephen Hawking fue una de las figuras más relevantes para la ciencia durante el siglo XX y ha sido casi un ídolo para Sheldon y Leonard, por lo que los fans solo podían esperar que ambos se encontraran al menos una vez. Finalmente, Hawking apareció varias veces en la serie, tanto en persona como en una pantalla, y nos dejó divertidísimos momentos que probablemente se recordarán como algunos de los más memorables de todos.Imagen: Instagram @sanctionedjohnnygalecki.
Star Trek, la ciencia ficción y la cultura geek
‘The Big Bang Theory’ se basa en dos pilares fundamentales para la construcción de sus personajes y argumentos. En primer lugar, está la divulgación científica y la constante presencia de problemas físicos, astrofísicos o de ingeniería a los que deben hacer frente los personajes. Por otro lado, está esa oda a la cultura friki o geek que tan bien han mostrado los actores. Admitámoslo, los chicos de la serie viven por y para los cómics, las series y las películas y no es raro que tengan tanta importancia en su desarrollo. Desde la obsesión de Sheldon con Star Trek y Spock (o el idioma klingon), hasta los divertidísimos momentos en la tienda de cómics de Stuart o la emoción por ver las nuevas entregas de la saga Star Wars. ‘The Big Bang Theory’ y sus protagonistas han dado visibilidad y han normalizado unos gusto más que extendidos en la población y que, sin embargo, seguían viéndose como algo raro o marginal. Larga y próspera vida.
Stan Lee
Sin duda, fue una de las apariciones más recordadas y divertidas que nos ha dejado toda la serie. El creador de Marvel Comics y de casi todos sus personajes más conocidos hizo una breve aparición en la que veía cómo su casa era invadida por un emocionado Sheldon Cooper y una Penny cargada de sentimiento de culpa. Conocido por sus ya imprescindibles cameos en las películas de Marvel Studios, Stan Lee sigue siendo una figura conocida y muy querida por sus fans. Su presencia en el capítulo fue el broche final a una divertidísima trama sobre firmas de cómics y multas no pagadas. ¡Excelsior!
Más estrellas invitadas
Además de los ya mencionados, son decenas de estrellas y brillantes científicos los que han pasado por las vidas de Sheldon, Leonard, Penny, Howard y Raj (y Bernadette y Amy en menor medida). El éxito de la serie garantizó el interés de tantísimos personajes públicos por hacer un pequeño cameo que alegraba a los fans y daba algo de vidilla a los capítulos. Desde actores como Adam West o Nathan Fillion hasta el cofundador de Apple Steve Wozniak, el fundador de Tesla y SpaceX Elon Musk o el segundo hombre en pisar la luna, Buzz Aldrin. Otros nombres como el grandísimo James Earl Jones o el ya mítico Will Wheaton han sido algunas de las mejores estrellas invitadas que se han podido ver durante la serie.
'History of Everything'
Solo la intro de la popular serie ya es una declaración de intenciones clarísima. La canción, interpretada por el grupo Barenaked Ladies, se titula ‘History of Everything’ y narra, a una velocidad que hace muy difícil pillar todos los detalles, los principales hechos que ocurrieron desde la creación del Universo hasta prácticamente nuestros días. Chuck Lorre, creador de la serie, asistió a un concierto de la banda en el que el cantante Ed Robertson improvisó un rap de estilo libre hablando sobre el origen del Universo basado en el libro ‘Big Bang’ de Simon Singh. Tras el concierto, Lorre le pidió a la banda que compusiera una intro para su serie que muchos fans siguen disfrutando a pesar de haberla oído tantas veces. La canción entera dura 1 minuto 45 segundos y es más que recomendable escucharla con calma o buscar la letra completa.
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