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¿Por qué hay gaviotas en el cielo de Madrid?

Las gaviotas son animales íntimamente ligados al medio marino, pero no es extraño encontrarlas a veces en Madrid y en otras grandes ciudades de interior.

Las gaviotas son aves de litoral. La mayoría de las especies de gaviota están íntimamente ligadas a las zonas costeras. Anidan en el suelo, cerca de la orilla, generalmente en zonas protegidas por estructuras naturales, como riscos o acantilados, formando grupos muy numerosos. Vuelan a las playas o a la región intermareal donde cazan cangrejos, pequeños peces, moluscos, pequeños mamíferos, otras aves, sus huevos, o carroñean cadáveres de animales varados o cazados por otros animales. Por supuesto, gracias a que los humanos hemos colonizado las costas, aprovechan nuestros desperdicios para buscar comida.

Gaviota en la costa

Gaviota en la costaGaviota en la costa

Sin embargo, no es raro encontrar cada invierno a decenas o incluso cientos de miles de gaviotas surcando los cielos de Madrid. Una ciudad de interior, a cientos de kilómetros de la costa más cercana, resulta que cumple con todos y cada uno de los rasgos prototípicos de las ciudades de interior salvo uno: las gaviotas.

Madrid destino donde invernar las gaviotas

Lo habitual en las gaviotas es permanecer toda su vida cerca de la costa. No obstante, cuando el invierno es particularmente crudo, no es raro que algunos grupos de gaviotas decidan migrar tierra adentro, buscando un lugar donde invernar, para regresar a la costa entrada ya la primavera. Basta con encontrar un sitio que cuente con suficiente comida y agua.

En principio, la zona que representa Madrid no tendría por qué resultar atractiva para estos animales. Su río es poco caudaloso y escaso de alimentos, su invierno es frío y su fauna no muy abundante. Pero hay dos aspectos que hacen de Madrid el destino perfecto para una gaviota que busca dónde pasar el invierno. Por un lado, la ciudad y sus habitantes, con sus vehículos y sus calefacciones, hacen lo que se conoce como efecto de isla de calor, un microclima más tolerable que atempera los rigores del invierno. Y, por otro lado, la basura. La misma basura que invita a las cigüeñas a quedarse y no migrar a África, invita a las gaviotas a migrar a la capital.

En un inicio, llegaban pocas gaviotas. Sin embargo, aquellas que invernaban en Madrid, descubrieron todo un paraíso donde establecerse, y regresaban en el invierno siguiente. Año tras año, más gaviotas se encontraban con los vertederos madrileños. Grupos familiares se iban sumando, generación tras generación, hasta contar en estos años más de 200 000 gaviotas cada invierno. Es frecuente encontrarlas en los vertederos devorando restos de comida desechada por los restaurantes y por los ciudadanos.

Se ha observado que estos animales aprenden ciertos patrones de comportamiento humanos y los utilizan como señal para encontrar alimentos, adaptando sus horarios a dichos patrones.

Bandada de gaviotas en Madrid

Bandada de gaviotas en MadridBandada de gaviotas en Madrid

Problemas que las gaviotas pueden causar a Madrid

Como otros muchos animales silvestres, las gaviotas pueden causar una serie de problemas cuando entran en entornos urbanos. Uno de los más importantes es la posibilidad de transmitir enfermedades. Esto es particularmente peligroso en zonas donde se manipula comida.

En el caso de Madrid, áreas como Mercamadrid pueden resultar un riesgo. La cantidad de alimento que se maneja en el mayor mercado de alimentación de España es enorme, y proporcional a la cantidad de residuos que desechan. Las gaviotas, llamadas por los desperdicios de carnes y pescados, tienen en Mercamadrid un bufé libre. Por ello en Madrid se han puesto en marcha planes específicos para ahuyentar a las gaviotas de Mercamadrid, empleando aves rapaces entrenadas y señales acústicas.

Pero raras veces las gaviotas comen donde consiguen la comida. Lo normal es que se vayan con la comida a lugares cercanos, pero más protegidos, como los tejados de edificios. Ahí termina buena cantidad de basura como aquello que no se comen: huesos, cáscaras de moluscos o plumas, y excrementos de gaviota. No solo es muy costoso limpiar todo eso, sino que si es arrastrado por la lluvia, puede llegar a atascar los canalones y ocasionar daños estructurales.

Cuando se van a descansar, buscan masas de agua, y como en la capital no encuentran suficiente volumen, terminan viajando a embalses y otros humedales cercanos, donde las gaviotas pueden provocar un nuevo problema ecológico. En aquellos lugares de descanso no solo defecan, también expulsan sus egagrópilas, bolos de restos alimenticios no digeridos que regurgitan: restos de alimentos, plástico y demás contaminantes.

De este modo, las gaviotas actúan como vector que desplaza los desperdicios antropogénicos desde los entornos urbanos hacia los humedales.

Estos problemas no suelen suceder de forma tan acentuada en las ciudades costeras, porque prefieren obtener su comida y descansar en enclaves naturales cerca del mar.

Problemas que Madrid puede causar a las gaviotas

Por supuesto, la presencia de gaviotas en Madrid no solo es un riesgo para los madrileños, también es un riesgo para las gaviotas. Al margen de los riesgos intrínsecos de un animal silvestre en una ciudad –por ejemplo, que le atropelle un vehículo–, la alimentación exclusiva de restos de comida puede provocar problemas a las gaviotas.

Por un lado, un cambio en sus comportamientos; dejan de ser animales cazadores y carroñeros facultativos, para convertirse exclusivamente en carroñeros. Cuando regresen a las zonas costeras donde anidan y pasan el verano conservarán esos comportamientos. Eso afecta, evidentemente, al ecosistema, que pierde un depredador, con sus funciones en el control de poblaciones de presas, y solo obtiene un carroñero.

Pero quizá el impacto más relevante es sobre su salud. En muchos casos, la comida de los vertederos está en un estado de descomposición muy avanzado, o mezclado con otras basuras, con el riesgo de enfermedades en las gaviotas, que pueden llegar a ser letales.


REFERENCIAS:

Goumas, M., Boogert, N. J., et al. 2020. Urban herring gulls use human behavioural cues to locate food. Royal Society Open Science, 7(2), 191959. DOI: 10.1098/rsos.191959

Moreno Díaz, F. J. 2019. Contrato de servicios de control de las poblacioens de aves en la unidad alimntaria Mercamadrid y en la ampliación de Mercamadrid (Informe de valoración PC-MER/2019/00027-ORD; p. 8). Mercamadrid. https://contrataciondelestado.es/wps/wcm/connect/97a8ccf9-fdb2-4f7f-af5a-c38d1e919e8f/DOC20191126203829INFORME+DE+VALORACION+SOBR E+B+PC+MER+2019+00027+ORD.pdf?MOD=AJPERES

Spelt, A., Soutar, O., et al. 2021. Urban gulls adapt foraging schedule to human-activity patterns. Ibis, 163(1), 274-282. DOI: 10.1111/ibi.12892

Stewart, L. G., Lavers, J. L., et al. 2020. Seasonal ingestion of anthropogenic debris in an urban population of gulls. Marine Pollution Bulletin, 160, 111549. DOI: 10.1016/j.marpolbul.2020.111549

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