Los últimos dinosaurios gigantes antes de la extinción
¿Qué clase de dinosaurio es el recientemente descubierto Abditosaurus? ¿Cómo de gigante era?
Recientemente saltó a las noticias el hallazgo de un dinosaurio gigante en Pirineos, una nueva especie a la que llamaron Abditosaurus kuehnei a partir de los restos excavados en el yacimiento Orcau-1, en el Pallars Jussà, de 70,5 millones de años de antigüedad. Un esqueleto parcialmente articulado y el más completo de este grupo de dinosaurios herbívoros descubierto hasta ahora en Europa. Y por si esto fuera poco, sus dimensiones -casi 18 metros de largo y un peso estimado de 14 toneladas- lo convierten en la mayor especie de dinosaurio de esta edad en el dominio iberoarmoricano, la antigua región que actualmente agrupa Iberia y el sur de Francia.
Pero para poder entender este hallazgo, más allá de la nueva especie, tenemos que hablar de dinosaurios saurópodos.
Los dinosaurios se dividen tradicionalmente en dos principales grupos de acuerdo con la orientación del pubis, uno de los huesos de la cadera. En los saurísquios, el pubis está orientado hacia delante, como en los lagartos. En los ornitisquios, sin embargo, está orientado hacia atrás, de una manera semejante a la que presentan las aves. Esta diferenciación podría ser sencilla, pero lo cierto es que normalmente resulta muy confusa, ya que ahora sabemos que las aves pertenecen a los saurísquios. Y evidentemente las aves no tienen la cadera como un lagarto… Y es que, originalmente, esta clasificación se propuso únicamente por la semejanza externa de la pelvis con lagartos o aves, sin tener en cuenta ninguna relación de parentesco directo.
Dentro de los saurísquios existen dos grandes grupos, los terópodos (los depredadores, carnívoros, con dientes afilados y garras, que incluyen formas tan famosas como Tyrannosaurus, Velociraptor, Deinonychus o Spinosaurus) y los sauropodomorfos (saurópodos de cuello largo y parientes cercanos, como Diplodocus, Brachiosaurus, Camarasaurus o Brontosaurus).
Los sauropodomorfos son un grupo de dinosaurios saurísquios que aparece en el registro fósil en el Triásico Superior. Las primeras formas en aparecer son los que tradicionalmente se han llamado prosaurópodos, que duran hasta el Jurásico. El otro gran grupo de sauropodomorfos es Sauropoda, los saurópodos, del cual hay registro también desde el Triásico Superior hasta el final del Cretácico. Y como hemos mencionado antes, a grandes rasgos, anatómicamente destacan por sus cuellos y colas largos.
Dentro de Sauropoda existen varias agrupaciones en función de su mayor o menor parentesco. Así, los hay más primitivos, y más derivados o especializados, como es el caso de los diplodocoideos (grupo al que pertenecen Diplodocus o Apatosaurus) o los titanosauriformes (grupo al que pertenecen el famoso Brachiosaurus y los protagonistas de este artículo, los Titanosaurios).
Los titanosaurios fueron un grupo predominantemente cretácico, y de hecho fueron los últimos saurópodos que quedaban antes de la extinción de finales del Cretácico. Pero ojo, que fueran los últimos no quiere decir que quedaran pocos: en los últimos años se han descrito decenas de especies de titanosaurios del Cretácico Superior.
Se caracterizaron por tener cabezas pequeñas y alargadas al final de su largo cuello, por la posesión de placas de hueso en su dorso (no llegaba a acorazarlos, pero poseían osteodermos a lo largo de su lomo) y por tener los huesos de su columna vertebral muy huecos, rellenos por bolsas de aire en conexión con sus pulmones.
Estos huesos huecos aparecen también en otros dinosaurios saurópodos y son una de las razones por las que pudieron hacerse tan grandes, uno de los motores de su gigantismo. Y de entre ellos, esta característica, la de los huesos huecos, o “neumaticidad” como la llamamos en biología, llegó a su máxima expresión precisamente en los titanosaurios. No en vano los mayores dinosaurios descritos hasta ahora, Argentinosaurus y Patagotitan, eran titanosaurios que habitaron Sudamérica en el Cretácico y a los que se les calculan más de 30 metros de largo.

El titanosaurio Lohuecotitan.
Pero ¿qué pasó en Europa? Lo que hoy es este continente era un archipiélago de islas durante el Cretácico. Y en las islas, el espacio y los recursos son más limitados que en el continente. Es por eso que muchos animales grandes, al especiar en islas, se vuelven de menor tamaño. Y eso es lo que muestran la mayoría de dinosaurios Cretácicos (y en especial del Cretácico superior) en los yacimientos europeos. Los titanosaurios descritos hasta ahora en estos lugares eran de menor tamaño (comparados con los saurópodos de otras épocas y lugares, para los que medir 20 metros de largo era “lo normal”). Y ahí es donde destaca este recién descubierto Abditosaurus : se le estiman unos 18 metros de largo, un tamaño nada despreciable para un saurópodo. Y esto plantea cuestiones sobre su paleoecosistema: ¿vivía en una isla de mayor tamaño, con más recursos? ¿O en aquel preciso instante geológico no tenía tanta competencia? Veremos qué nos deparan los próximos descubrimientos.
Referencias:
Vila, B. et al. 2022. A titanosaurian sauropod with Gondwanan affinities in the latest Cretaceous of Europe. Nature Ecology & Evolution. DOI: 10.1038/s41559-021-01651-5
Bonaparte, J.; Coria, R. 1993. Un nuevo y gigantesco sauropodo titanosaurio de la Formación Río Limay (Albiano-Cenomaniano) de la Provincia del Neuquén, Argentina. Ameghiniana 30 (3): 271-282.
Díez Díaz, V. et al. 2016. A new titanosaur (Dinosauria, Sauropoda) from the Upper Cretaceous of Lo Hueco (Cuenca, Spain). Cretaceous Research, 68: 49-60.
Gascó-Lluna, F. 2015. Anatomía funcional de Turiasaurus riodevensis (Dinosauria, Sauropoda). Tesis Doctoral, Universidad Autónoma de Madrid.