Así se formó Zealandia, el continente sumergido
Un nuevo estudio sugiere que el continente ‘oculto’ se habría separado de Australia y la Antártida hace 80 millones de años. ¿Por qué se hundió gran parte de su superficie?
En el año 2017, la comunidad científica se hacía eco de la descripción de un nuevo continente casi totalmente sumergido bajo las aguas del océano Pacífico: Zealandia. Hablamos de una masa de tierra que se extiende desde el noreste de Australia hasta más allá del sur de Nueva Zelanda y con una extensión que equivaldría a cerca de dos tercios del tamaño del continente australiano.
Como ya hemos comentado, Zealandia es un continente muy poco usual, ya que se encuentra prácticamente sumergido bajo las aguas y tan solo afloran sus montañas más altas: Nueva Zelanda y Nueva Caledonia. Cabe destacar, además, que tampoco hay consenso en la definición de continente: mientras que algunos se refieren a Zealandia como ‘el octavo continente’, otros dicen que sería el séptimo y que los otros seis serían África, Eurasia, Norteamérica, Sudámerica, Antártida y Australia.
La existencia de Zealandia ya se intuía desde que en 1972 una expedición científica recuperó varias muestras de los fondos oceánicos de la zona, pero no fue hasta 2017 que un equipo se dedicó a explorarlo con profundidad como parte del programa de perforación oceánica International Ocean Discovery Program (IODP).
Desde entonces, los científicos trabajan en el estudio de miles de microfósiles obtenidos en varias perforaciones del fondo marino de Zelandia y algunos de los resultados se acaban de publicar en la revista Geology. Según se revela en el artículo, el continente habría surgido de dos eventos tectónicos. En primer lugar se habría separado de Australia y la Antártida hace 80 millones de años. En segundo lugar, las mismas fuerzas que iniciaron la formación del Anillo de Fuego del Pacífico, una zona de volcanes y terremotos situada en las costas de dicho océano, habrían actuado también sobre Zealandia.
“Los resultados de esos estudios han cambiado lo poco que se sabía sobre este continente oculto”, explica Laia Alegret, paleontóloga del Instituto Universitario de Ciencias Ambientales de Aragón y una de las autoras del trabajo. “Nos han permitido conocer cómo evolucionó como un continente independiente tras separarse de Australia y la Antártida hace 80 millones de años, cómo cambió la profundidad de sus mares a lo largo del tiempo, en qué momentos emergió y se hundió, condicionando las migraciones de las especies, las corrientes oceánicas y el clima global. Además, se ha podido precisar el movimiento de las placas tectónicas, que parece tener relación con la formación del Anillo de Fuego del Pacífico. Estos resultados aportan información sobre el cambio climático y sobre procesos geológicos fundamentales, con implicaciones en la prevención de riesgos geológicos como el vulcanismo o los terremotos”.
Zealandia y el Anillo de Fuego
Los autores de este nuevo trabajo han encontrado evidencias que sugieren que Zealandia no fue siempre un continente sumergido, puesto que algunas de sus regiones llegaron a elevarse por encima del nivel del mar entre 50 y 35 millones de años. Posteriormente, prácticamente todo el continente acabó hundiéndose al menos un kilómetro.
Los procesos que dieron forma a Zealandia tienen mucho que ver, como hemos comentado, con el mítico Anillo de Fuego del Pacífico, una región con una intensa actividad sísmica y volcánica. Aunque su formación no se conoce al detalle, se sabe que sería resultante de procesos de subducción, que se producen cuando una placa tectónica se hunde bajo la tierra. Al parecer, hace unos 50 millones de años un evento de ruptura de la subducción se habría propagado a lo largo de toda la zona oeste del Pacífico.
“Lo que se propone es que el proceso sería similar a un terremoto masivo súper lento que resucitó antiguas fallas de subducción que habían permanecido latentes durante millones de años, pero que comenzaron a moverse de nuevo”, se explica en una nota de prensa del Instituto Universitario de Ciencias Ambientales de Aragón. “Probablemente no existe ningún análogo actual de este proceso, pero las evidencias de Zelandia sugieren que estos eventos pueden alterar dramáticamente la geografía de los continentes. Este mismo evento creó recursos naturales, afectó al clima global cambió la dirección y velocidad de movimiento de casi todas las placas tectónicas del planeta. Realmente fue un evento de significancia global”.
El equipo de científicos continúa trabajando en el análisis de todas las muestras recogidas durante la expedición, por lo que se espera que, en los próximos años, se sigan descubriendo nuevos datos sobre este continente tan fascinante como desconocido.