Aclarando la "niebla del espacio"
Las estancias prolongadas fuera de la Tierra alteran a veces la capacidad cognitiva de los astronautas. ¿Cómo se puede controlar ese problema?
La raza humana no está hecha para vivir en un lugar que no sea su planeta. Los astronautas que han pasado largas temporadas en la Estación Espacial Internacional han descrito en repetidas ocasiones la fatiga mental y la dificultad para concentrarse que con frecuencia les afectan, e incluso han bautizado el fenómeno: lo llaman “la niebla del espacio”.
Es un problema grave ahí arriba, donde se necesita una atención máxima para completar tareas de precisión en condiciones difíciles. Por eso, la NASA ha apoyado el desarrollo de una herramienta que evalúe el estado mental de los astronautas y su capacidad para hacer lo que deben. El resultado de este trabajo se llama “Cognition”, y consiste en diez tests por ordenador que miden cómo afectan a la capacidad cognitiva de los tripulantes los cambios físicos propios de los vuelos espaciales. De esta forma, se obtiene un diagnóstico inmediato del “estado de forma” en que se halla el cerebro de los participantes en una misión.
Desarrollar estas pruebas le ha llevado cuatro años de trabajo a su principal creador, Mathias Basner, profesor asociado de la Escuela de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania. Basner ha elaborado un test que se completa en solo 20 minutos y evalúa diversas funciones cerebrales que dan una imagen certera de la salud y capacidad del sujeto estudiado: la memoria, la estabilidad de la atención, la velocidad de respuesta motora, la orientación espacial –algo crucial en condiciones de microgravedad–, las emociones…
Hay que tener en cuenta que los astronautas, aunque muy preparados, afrontan condiciones duras: interrupciones del sueño y los ritmos de vida, trabajos complicados y muy exigentes física y mentalmente, altos niveles de radiación y dióxido de carbono, microgravedad… y los males psíquicos derivados del aislamiento, el confinamiento y el agobio de estar fuera de casa.
Esta prueba no sirve solo para quienes abandonan la Tierra o se preparan para hacerlo. Ha sido diseñada para cualquier persona muy entrenada que se enfrente a tareas de alta exigencia. En palabras de Basner, “se puede realizar a cirujanos y pilotos que sufren problemas de fatiga. Lo hemos probado en científicos que trabajan en la Antártida, un entorno que presenta semejanzas con el espacio”. Además, la dificultad del test puede ajustarse para usarlo en otros ámbitos: por ejemplo, en la distinción de los cambios cerebrales propios de la edad de los que denotan demencia u otras enfermedades.
Imagen: NASA