Los perros calculan de manera similar a nosotros
Emplean para ello una parte del cerebro similar a la que usamos nosotros, la corteza parietotemporal. Además, no necesitan ser entrenados previamente.
Los perros procesan cantidades numéricas empleando una parte de su cerebro similar a la que usamos los humanos para tal tarea. Además, los canes no necesitan ser entrenados para hacerlo. Estas son las conclusiones a las que ha llegado un estudio realizado por la Universidad de Emory (Estados Unidos) y liderado por el profesor de psicología Gregory Berns.
Stella Lourenco, profesora asociada de psicología en Emory y coautora del estudio que ha sido publicado en Biology Letters, ha destacado lo importante que es comprender los mecanismos neuronales, tanto de humanos como entre especies para así saber cómo evolucionaron nuestros cerebros con el tiempo y cómo funcionan ahora. Además, estos conocimientos podrían ayudar en un futuro a tratar anormalidades cerebrales y a mejorar los sistemas de inteligencia artificial.
Cómo se hizo el estudio
En el estudio participaron once perros de distintas razas a los que se les escaneó el cerebro mientras veían números variables de puntos iluminados en una pantalla. Los resultados de la resonancia magnética funcional mostraron cómo la corteza parietotemporal de los canes respondía cuando el número de puntos cambiaba. En ocho de ellos, más concretamente, se activó en mayor medida esta zona del cerebro cuando la cantidad de números era más cambiante que cuando se mantenía constante.
Para asegurarse que el cerebro de los animales no estaba respondiendo a un mayor o menor tamaño de los puntos sino efectivamente a la cantidad, los investigadores hicieron que todos ellos fueran del mismo tamaño.
Los investigadores han asociado la respuesta del cerebro de los animales al número de puntos con la capacidad de estimar rápidamente una cantidad de objetos en una escena como, por ejemplo, el número de depredadores que se acercan o la cantidad de alimento disponible para alimentarse. Las pruebas sugieren que los humanos recurrimos principalmente a la corteza parietal para esta capacidad, que está presente incluso en la infancia.
A esta sensibilidad básica a la información numérica se la conoce como numerosidad y no se basa ni el entrenamiento ni en el pensamiento. Los científicos creen que está muy extendida entre los animales. Sin embargo, su estudio en ellos ha estado mayormente enfocado en sujetos que habían sido entrenados previamente. En este sentido, se encontró que ciertas neuronas de la corteza parietal de los monos respondían a las cantidades numéricas. Lo que no se concluyó es si esto se debía a la numerosidad o al entrenamiento, pues los primates pasaron por muchas pruebas y se les premiaba cuando seleccionaban imágenes con más puntos.
Los humanos y los perros están separados por 80 millones de años de evolución, señala Berns. "Nuestros resultados proporcionan algunas de las pruebas más sólidas hasta ahora de que la numerosidad es un mecanismo neural compartido que se remonta al menos hasta ese punto", dice.
"Parte de la razón por la que somos capaces de hacer cálculo y álgebra es porque tenemos esta habilidad fundamental para la numerosidad que compartimos con otros animales", dice Lauren Aulet, que también ha participado en el estudio. "Estoy interesada en aprender cómo evolucionamos esa habilidad matemática superior y cómo se desarrollan estas habilidades con el tiempo en los individuos, comenzando con la numerosidad básica en la infancia".
Las investigaciones que se han hecho en perros que han sido entrenados para discriminar entre diferentes cantidades de objetos han indicado que estos también eran sensibles a la numerosidad.
Dog Project
Dog Project es un proyecto fundado por Gregory Berns que se encarga de investigar los aspectos evolutivos de los perros. Este proyecto fue pionero en entrenar a canes para que entraran voluntariamente en un escáner y se estuvieran quietos, sin sedarlos y sin sujetarlos de ninguna manera.