Un robot suicida limpiará basura espacial en 2025
La Agencia Espacial Europea lanzará una nave experimental llamada ClearSpace-1, equipada con cuatro brazos robóticos para coger un fragmento de basura espacial de 100 kg.
Coger un fragmento de basura espacial de 100 kilogramos y desintegrarlo en la atmósfera. ¿Fácil? El proyecto experimental de la ESA aún en desarrollo, ClearSpace-1, tiene como objetivo una primera empresa jamás llevada a cabo: limpiar una pieza de basura espacial. La misión se lanzará en 2025 y pretende acabar con los miles de objetos en órbita, un montón de chatarra espacial que rodea la Tierra.
Aunque nos cueste creerlo, es posible que el vertedero de basura más grande de la Tierra pudiera estar en el espacio. En los últimos 60 años, miles de toneladas de basura se han acumulado alrededor de la Tierra. Y es que en la órbita terrestre baja, hasta unos 2.000 kilómetros de altitud, podemos encontrar un poco de todo: más de 3.000 satélites que ya no funcionan y decenas de millones de trozos más pequeños de escombros (la estimación es de unos 750.000 fragmentos más pequeños). Y cada objeto se mueve a decenas de miles de kilómetros por hora (orbitan la Tierra a una velocidad promedio de 20.000 km / h). Cuando dos de estas grandes piezas chocan entre sí, se fragmentan en más basura espacial, convirtiéndose en pequeñas y peligrosas balas que podrían dañar gravemente los satélites y las naves espaciales. Así que, a menos que se monte una operación de limpieza, las posibilidades de colisiones aumentarán a medida se pongan en órbita más y más satélites.
Por ello, la Agencia Espacial Europea (ESA) ha anunciado un plan para atajar ese problema en crecimiento mediante la misión Clearspace-1, de la mano de una startup suiza llamada Clearspace en consorcio con la ESA.
Por ello, la Agencia Espacial Europea (ESA) ha anunciado un plan para atajar ese problema en crecimiento mediante la misión Clearspace-1, de la mano de una startup suiza llamada Clearspace en consorcio con la ESA.
El objetivo principal de ClearSpace-1 será un pedazo de basura llamado Vespa, que fue dejado en una órbita a unos 800 km sobre la Tierra por el lanzador Vega de la ESA en el año 2013. Tiene el tamaño de un pequeño satélite y pesa 100 kilos. Debido a que su forma es simple y su construcción robusta, lo convierten en una pieza muy adecuada para la prueba espacial. Es un objetivo relativamente ligero y fácil de capturar. Y es poco probable que cuando la nave espacial lo coja, se fragmente. Vespa será “cazado” con cuatro brazos robóticos que, una vez en su poder, lo arrastrarán fuera de la órbita de la Tierra, con lo que el final de ambos será acabar ardiendo en la atmósfera.
Como se trata de una misión suicida para el robot, lo ideal, si todo sale según lo previsto, será crear un robot de limpieza permanente que pueda expulsar basura espacial a la atmósfera sin tener que desprenderse de la propia nave en cada operación de limpieza. No es rentable, por supuesto. Pero ahora mismo hay que demostrar si el concepto funciona.
El objetivo final es crear una nave espacial que pueda propulsarse y dirigirse en órbita baja con un "alto nivel de autonomía", según la startup que se encarga de diseñar la máquina.
"El problema de los desechos espaciales es más acuciante que nunca. Y en los próximos años, el número de satélites aumentará en magnitud, con múltiples mega constelaciones formadas por cientos o incluso miles de satélites planeados para órbita terrestre baja", explica Luc Piguet, CEO de ClearSpace.
El objetivo final es crear una nave espacial que pueda propulsarse y dirigirse en órbita baja con un "alto nivel de autonomía", según la startup que se encarga de diseñar la máquina.
"El problema de los desechos espaciales es más acuciante que nunca. Y en los próximos años, el número de satélites aumentará en magnitud, con múltiples mega constelaciones formadas por cientos o incluso miles de satélites planeados para órbita terrestre baja", explica Luc Piguet, CEO de ClearSpace.
Crear una red de recolectores de basura para estos satélites implica muchos desafíos. Después de todo, impulsar una nave espacial cuesta mucho dinero aún, y aunque los científicos han estado explorando opciones más baratas desde hace muchos años, por ahora nada ha dado su fruto.
La misión ClearSpace costará 117 millones de euros.
Existe otra compañía con sede en Tokio llamada Astroscale que podría adelantarse a ClearSpace. Planea lanzar sus primeras demostraciones en 2020, pero si puede resultar rentable o no, es otra cuestión. Otras naciones y agencias están investigando otros métodos de eliminación de basura, incluido el despliegue de pequeñas redes y el uso de láseres montados en satélites para lanzar fragmentos de desechos espaciales a la atmósfera. Parece que el negocio de la recolección de la basura espacial está despegando.
Referencia: ESA.int