Donald Trump es conocido por sus salidas de tono como presidente de Estados Unidos pero también por su fortuna. Dinero que le permite tener un garaje curioso.
El actual presidente de Estados Unidos es noticia por su pronta recuperación tras ser infectado por COVID-19. Su éxito se muestra en los edificios que llevan su nombre, pero también en los garajes de sus hogares, donde guarda una colección de superdeportivos de todo tipo.
Donald Trump ha conducido todo tipo de deportivos, algunos más bonitos que otros. Lo importante es tener lo último, lo más especial y lo más caro; como por ejemplo el Lamborghini Diablo VT Roadster que lució a finales de los 90’s. Como buen americano que es, tampoco faltan las piezas nacionales de Chevrolet, Cadillac e incluso Tesla, todo un avanzado para su época.
Lamborghini Diablo VT Roadster
Donald Trump se pasó toda su primera campaña repartiendo el eslogan: “Make America grat again”. Mucho se quiere a su país pero los coches le gustan europeos, por regla general. El primer superdeportivo que se le conoce es el Lamborghini Diablo VT Roadster con propulsor 6.0 V12 que rendía 500 CV.
Mercedes-Benz SLR McLaren
Como aficionado al automóvil, cualquiera envidiaría a Donald Trump por haber sido propietario de un Mercedes-Benz SLR McLaren. Este es, sin duda, el superdeportivo más germano y espectacular que el presidente ha guardado en sus garajes. Monta un bloque V8 de 5,4 litros con más de 600 CV potencia, lo que le servía para conseguir el 0 a 100 km/h en solo 3,8 segundos.
Rolls-Royce Phantom
No olvidemos que Donald Trump es un hombre de negocios y multimillonario. No podían faltar en su lista los Rolls-Royce más caros y confortables del mercado, empezado por el Phantom. Esta berlina inglesa suele montar un V12 de 6,7 litros, más acorde con los motores típicos americanos. Su precio supera el medio millón de euros.
Rolls-Royce Silver Cloud
El Rolls-Royce Silver Cloud es un modelo clásico de los años 50 y se sospecha que fue el primer vehículo del rico Donald Trump. Con este modelo pudo presentarse ante la sociedad como el triunfador que es y, además, hacerlo con mucha clase. A día de hoy, podemos conseguir uno por precios de lo más dispares, desde las 50 000 libras hasta las 257 342.
Ferrari F430
También le gustan los deportivos italianos a Donald Trump, y a quíen no. El Ferrari F430 con el que se le vio en diversas ocasiones monta un V8 atmosférico de casi 500 CV. Lo compró en 2007 pero lo vendió en 2011 con menos de 4 000 kilómetros recorridos. En 2017 entró en subasta por un mínimo de 250 000 euros.
Honda NSX
Durante su carrera hacia la presidencia, Donald Trump puso a la venta el Acura NSX que le había comprado a su ex-mujer Marla Maples. Es un modelo realmente curioso dentro de la colección de Trump, empezado por su procedencia asiática. Es más, en el mundo de la automoción es conocido como el Ferrari japonés y su precio de venta no bajó de los 288 000 euros.
Chevrolet Camaro
Por mucho modelo europeo, e incluso japonés, que tenga Donald Trump, tampoco falta el producto de su tierra. El Chevrolet Camaro Indianápolis 500 Pace Car es un ejemplo. Solo se crearon 500 unidades de esta versión, que Trump recibió como regalo durante una visita a los circuitos americanos.
Bentley Continental GT
El confort y la potencia de un Bentley Continental GT tampoco pueden faltar en el garaje de un excéntrico millonario como Donald Trump. Además, ha demostrado su afición por los modelos germanos y esta berlina de representación encaja a la perfección con sus gustos. El modelo actual parte de los 550 CV hasta los 635 CV del W12, que alcanza un precio de partida de 289 432 euros.
Cadillac XLR-V
El Cadillac XLR-V es uno de los deportivos americanos más conocidos. Se trata de un descapotable con motor V8 de 4,6 litros que tiene 325 CV o 420 CV. Sus líneas muy aerodinámicas nos recuerdan al SLS pero su precio, desde 96 675 euros, está bastante alejado.
Tesla Roadster
Hace apenas unos días Tesla demandó al gobierno de Donald Trump por los aranceles que ha impuesto a los productos que vienen de China. Le afecta directamente a la importación de materias primas como el grafito y el óxido de silicio, imprescindibles para las baterías de sus coches. Pese a esta tensión actual, Donald Trump fue uno de los primeros propietarios del Tesla Roadster.
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