La lucha contra la emergencia climática no conoce de territorios, niveles adquisitivos o posición social. La COVID-19 nos ha mostrado una cruda realidad: sin nosotros, el planeta entero se recupera. Con la llegada de la nueva normalidad muchos se centrarán en recuperar su ritmo de vida anterior, sin atender a las señales que nos ha mostrado nuestro entorno. Otros, en cambio, tomarán conciencia y estudiarán alternativas al consumo tradicional. El sector del automóvil es uno de los grandes focos de contaminación, pero no el único. Gran parte de los fabricantes ha arrancado su proceso de transición hacia la movilidad eléctrica, un camino sin vuelta atrás y con decenas de ramificaciones. Toyota ha apostado fuerte por un concepto innovador y algo desconocido en el viejo continente: la propulsión mediante pila de combustible. Este sistema tan solo requiere de hidrógeno para generar energía que mueva, emitiendo agua, un vehículo como el Toyota Mirai.
Los cambios suelen venir acompañados de miedos, reticencias y falsos mitos. El hidrógeno no está exento de dudas que intentaremos aclarar en este artículo. ¿El motivo? Este tipo de vehículos contiene tanques que conservan el gas y que pronto imaginamos explotando ante cualquier imprevisto. Nada más lejos de la realidad. Los ingenieros de Toyota han diseñado un sistema impenetrable a base de refuerzos en el bastidor y materiales de altísima resistencia como la fibra de carbono. El Mirai de segunda generación contiene un conjunto de elementos de seguridad que absorben los impactos y distribuyen las fuerzas en caso de choque. Además, sus tanques han sido acribillados a balazos sin sufrir daños. Fueron necesarias balas de alto calibre para perforar dicho material, un acto esencial para poder estudiar cómo reaccionar en ese caso. Si eso sucediera, el gas se dispersaría rápidamente para evitar una condensación en el vehículo.
El máximo exponente del hidrógeno es el Toyota Mirai pero la pila de combustible es una tecnología energética que puede utilizarse en autobuses, aviones, trenes y todo tipo de edificios y locales. Además, su democratización permitirá hacer uso del elemento más abundante del universo: el hidrógeno. En este artículo podrás descubrir cómo se consigue el llamado combustible de las estrellas. Un nuevo jugador ha llegado para quedarse en el tablero de la innovación y la sostenibilidad de la mano de Toyota. Vamos a terminar con los falsos mitos que lo envuelven de peligros imaginarios.
¿Cómo se conserva el hidrógeno en el Mirai?
El Toyota Mirai cuenta con tanques de hidrógeno reforzados con fibra de carbono. Es la segunda generación de esta berlina de pila de combustible. Los ingenieros han tenido mucho tiempo para realizar numerosas pruebas extremas, incluyendo prácticas de tiro. Durante estos test fueron necesarias balas de alto calibre para determinar la fuerza y resistencia de los depósitos.
Sistema anti-fugas
Esas pruebas se acompañaron de mejoras en el diseño del sistema de repostaje y conservación del gas. Se han minimizado al máximo las posibles fugas y, en caso de darse una, existen métodos para detectarla y cerrar el flujo de hidrógeno para evitar su acumulación.
Evitar el accidente
Toyota ofrece, en cualquiera de sus modelos, sistemas ADAS (ayuda a la conducción y seguridad) que reducen el riesgo de accidente. Alguna de sus funciones son: precolisión de vehículos, detector de ángulo muerto, alerta por cambio de carril involuntario o las luces automáticas, entre otros.
Refuerzos en el chasis
El siguiente mecanismo crucial para Toyota es la reducción de daños ante cualquier impacto. El bastidor del Mirai ha sido diseñado para distribuir la fuerza del choque, protegiendo la cabina y minimizando la deformación alrededor de la pila de celdas y los tanques de hidrógeno.
¿Cuál es el riesgo de que explote un coche de hidrógeno?
Todo puede suceder y Toyota lo sabe. En caso de producirse un accidente inevitable, el hidrógeno tiene muchos aspectos positivos como combustible de un vehículo. Es un gas más ligero que el aire por lo que se dispersa rápidamente hacia arriba. En caso de ignición, el hidrógeno ardiendo se esparciría por encima del coche. En un modelo gasolina, en cambio, los vapores quedarían a ras de suelo.
Temperatura de autoignición mayor
La temperatura de autoignición es la que muestra el dato mínimo al que un combustible, libre en la atmósfera, ardería al entrar en contacto con el aire. El hidrógeno tiene una temperatura de autoignición muy superior a la de la gasolina por lo que será más difícil que prenda, a no ser que cuente con algún elemento externo que active esa reacción.
¿Es peligroso repostarlo?
La ligereza del hidrógeno esparciría cualquier fuga en cuestión de segundos pero su repostaje está 100% asegurado. Se realiza prácticamente igual que en un vehículo de combustión, excepto por el tipo de boca de carga y su acoplamiento. El tiempo medio para su carga es de entre 3 y 5 minutos.
Un proceso limpio
El hidrógeno nos permite imaginar un círculo de consumo de energía completamente sostenible. Este elemento puede obtenerse de fuentes renovables e impulsar vehículos de pila de combustible, como el Toyota Mirai. Es más, si la fábrica utiliza el mismo tipo de tecnología, estamos ante un proceso completamente libre de emisiones de dióxido de cabrono.
Combustible ilimitado
El hidrógeno es el elemento más abundante en la tierra y se puede extraer de sustancias como el petróleo, los biocombustibles, el agua e incluso el aire. Eso supone no depender de otros países para su extracción. Tener la infraestructura local para conseguirlo también reduciría las complicaciones de su almacenamiento y transporte a largas distancias.
El primero de España
A finales de noviembre de 2019 se matriculó el primer Toyota Mirai en España. Como sucede con todas las tecnologías innovadoras, su precio y su infraestructura serán más accesibles a medida que se popularice su utilización.
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