La firma del león lanzó el Peugeot 205 en 1982, un modelo que supuso un antes y un después para la marca. La evolución, hasta el nuevo 208, es palpable a través de su puesto de conducción.
La historia automovilística de Peugeot consta de períodos claves en los que la firma decidió dar una vuelta de tuerca a su gama. Uno de esos cambios tiene una fecha concreta: 1982. La firma del león lanzó el Peugeot 205 ese año, un vehículo juvenil y muy diferente a las berlinas que fabricaba en ese momento. Han pasado casi cuarenta años y el 205 se ha coronado como uno de los iconos de la firma, con más de 5 millones de unidades matriculadas. Unas décadas más tarde, la marca pretende revivir esos instantes de gloria con el nuevo Peugeot 208 y lo hace siguiendo su ecuación: diseño atrevido, innovación tecnológica y puesto de conducción novedoso.
El Peugeot 205 apareció en una década marcada por la sobriedad y funcionalidad del fabricante. La propia marca reconoce que sus vehículos eran demasiado conservadores e incluso se les llamaba ‘el coche de los notarios’. Su fiabilidad y sofisticación no se ponían en duda, pero el cliente medio no pensaba en Peugeot para su garaje. Debían atreverse, con un utilitario más simpático y urbanita. Entonces se desarrolló el 205, más ligero y versátil con la opción de 3 o 5 puertas. Incluso ahora son modelos que podemos ver circulando en encuentros de clásicos, sobre todo su versión 1.3 Rallye con hasta 103 CV.
Este modelo incorporó equipamiento de seguridad como los frenos ABS o el control de estabilidad (ESP), sistemas casi prémium por ese entonces. La democratización de la tecnología y la seguridad también está presente en el nuevo 208, sobre todo en su interior. El puesto de conducción ha sido, y será, una de las claves de los modelos Peugeot. En 2012 lanzó el primer modelo con el i-Cockpit incorporado, un nuevo concepto del habitáculo centrado en el conductor y su confort. Con el nuevo 208 alcanza su tercera generación y, en este artículo, repasaremos sus inicios.
Peugeot 402
El modelo de la imagen es un Peugeot 402 Eclipse, una berlina descapotable que data de los años 30. Este modelo trajo consigo una innovación que puede pasar desapercibida a día de hoy, montó la palanca de cambios en la columna de dirección. De ese modo se podía cambiar sin apenas soltar las manos del volante, una solución que todavía hoy vemos en los Mercedes-Benz.
Peugeot 204
Muchos pensarán que es el sucesor del 203 pero su tamaño compacto no tenía nada que ver. Además, supuso una evolución radical del lenguaje de diseño de la familia 200 de Peugeot.
El más vendido
Peugeot lanzó el 205 en 1982 y, todavía a día de hoy, es el segundo modelo más vendido de su historia. Le supera el Peugeot 206 que llegó a continuación, un utilitario que siguió la estela de su predecesor para conseguir dicho éxito comercial.
Peugeot 205 CTI
El 205 marcó un antes y un después en los ochenta y, pese a que su modelo más recordado es el GTI, la versión cabrio no pasa desapercibida. Fue denominada 205 CTI y su diseño cobró vida entre las paredes de Pininfarina. Era el más elegante y su puesto de conducción estrenaba un volante específico.
De la competición a la calle
Para el puesto de conducción del Peugeot 205 su diseñador, Gérard Welter, se inspiró en los coches de carreras. De la competición extrajo la idea de los indicadores redondos, también para gestionar la climatización. El volante de tres radios estaba pensado para una conducción más deportiva.
Diferente al resto
Estamos viviendo una época poco creativa en el automóvil. Los vehículos se parecen sospechosamente, incluso sin pertenecer a la misma marca. Por ese motivo, Peugeot se ha diferenciado con un interior único y exclusivo. Una apuesta por la diferenciación, que también ha trasladado al exterior de nuevo 208.
El primer i-Cockpit
El Peugeot 208 presentado en 2012 sustituía al 207, un vehículo de formas redondeadas y diseño asentado en el mercado. La evolución estética no era sorprendente pero sí traía consigo una novedad muy destacable, el primer i-Cockpit. Por ese entonces se trataba de una configuración peculiar que situaba el volante, achatado por arriba y por abajo, justo debajo de la instrumentación.
Amor y odio
Esta nueva configuración ha ido evolucionando y la digitalización se ha implantado también en la instrumentación tras el volante. Las alabanzas y críticas se repartían protagonismo cuando apareció la segunda generación del i-Cockpit, junto al Peugeot 3008. El volante más pequeño exige menor apertura de los brazos, por lo que su maniobrabilidad es más rápida y directa. Uno se puede acostumbrar pero encontrar la regulación entre volante, asiento e instrumentación no es fácil.
Más futurista
El salto cualitativo era destacable, empezando porque se acompañaba del diseño más futurista de todo el habitáculo. Mantenía la fórmula del volante achatado y de pequeño tamaño pero, justo delante, se abandonaba la instrumentación analógica en pro de una pantalla de 12,3 pulgadas.
Seguridad y confort
Peugeot seguía apostando por este innovador puesto de conducción y su argumento principal era la seguridad. Gracias a esta distribución, enfocada hacia el conductor, se reduce el tiempo que transcurre para mirar la pantalla central o la instrumentación. Además, la configuración es personalizable, por lo que los pasajeros pueden sentirse más a gusto con su máquina.
208, una nueva era
La tercera generación del i-Cockpit va un paso más allá en la conexión hombre-máquina gracias a la visualización 3D. Los datos que aparecen frente a los ojos del conductor, lo hacen a dos alturas distintas. Se coloca la información en primer plano en función de la urgencia del aviso. De este modo se reduce el tiempo de reacción en medio segundo.
Flujo de energía
El nuevo i-Cockpit de Peugeot también ha tenido en cuenta la incorporación de la movilidad eléctrica, con el modelo e-208. En ese caso, el cuadro de instrumentos muestra los flujos de energía de una manera más intuitiva gracias a los hologramas 3D.
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