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Un enigmático fósil de 310 millones de años resulta no ser una medusa, sino algo distinto

¿No es una medusa? Los científicos observaron los fósiles desde una nueva perspectiva y descubrieron que en realidad era otro animal completamente diferente.

Un enigmático fósil de 310 millones de años resulta no ser una medusa, sino algo distinto

¡El fósil estaba puesto del revés! El famoso fósil de una medusa de hace 310 millones de años resulta que es una anémona (un tipo de animal marino perteneciente al grupo de los cnidarios, que también incluye a las medusas y los corales; poseen un cuerpo blando y cilíndrico, con una boca en el centro rodeada por tentáculos llenos de células urticantes llamadas cnidocitos). Los científicos le dieron la vuelta a la medusa fosilizada descubriendo que, efectivamente, encajaba mejor con una anémona marina excavadora, tal y como relatan los expertos en su estudio publicado en la revista Papers in Palaeontology.

“Las anémonas son básicamente medusas volteadas. Este estudio demuestra cómo un simple cambio de una imagen mental puede conducir a nuevas ideas e interpretaciones”, aclara Plotnick, profesor emérito de Ciencias Ambientales y de la Tierra de la UIC y autor principal del estudio.

¿Medusa?

¿Medusa?Artwork by Julius Csotonyi

Fósiles de anémonas escondidos a simple vista

Con este hallazgo, los paleontólogos ha descubierto que, durante casi 50 años, muchos fósiles de anémonas marinas se han escondido a simple vista. El fósil de la aparente medusa fue descrito por primera vez en 1971 bajo el nombre de Essexella asherae tras su hallazgo en los yacimientos de fósiles de Mazon Creek en Illinois que se formaron hace 309 millones de años durante el periodo Carbonífero. Fue un período cálido y húmedo de la historia en el que muchas de las masas terrestres modernas de la Tierra todavía estaban cubiertas por el océano. Desde entonces, estábamos equivocados sobre él.

Teniendo en cuenta que la zona era antiguamente un estuario (Mazon Creek es un sitio con una conservación de fósiles excepcional), los animales y plantas que morían allí eran cubiertos velozmente con sedimentos y por ello, fosilizados de forma fabulosa. Esto pensábamos también de la famosa medusa, a pesar de que su cuerpo no se suele fosilizar adecuadamente debido a que es tejido blando.

Recreación de la anémona

Recreación de la anémonaArtwork by Julius Csotonyi

"Rápidamente se hizo evidente que no solo no era una medusa, sino que volteada boca abajo era claramente una anémona, probablemente una que excavaba en el lecho marino. La 'campana' era en realidad un pie musculoso expandido que se usaba para mover la anémona hacia el fondo del mar", dijeron los autores. "Aunque la mayoría de estos fósiles se conservan como manchas en descomposición que parecen un chicle usado en la acera, algunos especímenes están tan magníficamente conservados que incluso podemos ver los músculos que las anémonas usaban para doblar y contraer sus cuerpos", expuso Graham Young, experto en medusas fósiles del Museo de Manitoba y también coautor del trabajo.

Los investigadores examinaron miles de animales fosilizados, apodados Essexella asherae, y descubrieron más pistas. Las bandas que atraviesan los fósiles coinciden con la forma de la musculatura de algunas anémonas modernas. Y las protuberancias puntiagudas de algunos especímenes se asemejan a los tentáculos contraídos de una anémona. Así que, lo que parecía una medusa, realmente no lo era.

Las amplias variaciones en cómo se conservaron estos fósiles se pueden atribuir, según los expertos, a los diferentes períodos de tiempo en que las anémonas muertas permanecieron en el fondo del mar antes de ser enterradas.

Referencia: 

Roy E. Plotnick, Graham A. Young, James W. Hagadorn. An abundant sea anemone from the Carboniferous Mazon Creek Lagerstӓtte, USA. Papers in Palaeontology, 2023; 9 (2) DOI: 10.1002/spp2.1479

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