El asteroide 2023 DW podría chocar con la Tierra en 2046 (aunque la probabilidad es pequeña)
Con un diámetro de aproximadamente 50 metros (similar a la torre de Pisa), no causaría una catástrofe global.

Mediante un comunicado de funcionarios de la Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria de la NASA, se ha anunciado la detección de un nuevo asteroide, bautizado como 2023 DW, confirmado el 28 de febrero, que tiene 1 posibilidad entre 560 de impactar el 14 de febrero del año 2046.
Aunque se desconoce el lugar en el que podría impactar, se prevé que podría caer desde el océano Índico hasta el océano Pacífico y desde el oeste hasta la costa este de EE. UU., con Los Ángeles, Hawái y Washington DC como posibilidades (en un guiño a lo que suele suceder en las películas de ciencia ficción de impactos dramáticos en nuestro planeta).
Así, aunque la posibilidad de una colisión es inferior al 1 por ciento, si colisionara con la Tierra, el impacto sería como el estallido de una bomba atómica. Sin embargo, nuestros planes de defensa planetaria van viento en en buena dirección tras el éxito de la misión DART (en la que el objetivo de la nave era una pequeña luna llamada Dimorphos que giraba alrededor de su asteroide padre, Didymos y con la que conseguimos alterar su órbita), así que si se diera el caso, esperaremos a estar preparados con un plan de desvío de asteroide efectivo para tal fecha. Estamos en proceso de perfeccionar aún más la efectividad de esta técnica de defensa planetaria.

Ilustración de un asteroide impactando la Tierra
Escala de Torino
2023 DW es actualmente el único objeto que los científicos están rastreando dentro de la Escala de Torino, que es utilizada por los comunicadores científicos para medir la preocupación pública de un objeto espacial en particular. Actualmente tiene una calificación de 1 en la escala, por lo que no es preocupante pero sí requiere de mayor observación. Así las cosas, sigue siendo una "probabilidad muy pequeña" de impacto, y se espera que ese nivel de riesgo disminuya a medida que se disponga de observaciones más claras del asteroide. De hecho, esas probabilidades de colisión se recalculan diariamente (el 1 de marzo la incidencia era de 1 entre 12.000). Por el momento, no hay motivo de preocupación pública.
“Los cálculos actuales muestran que la posibilidad de colisión es extremadamente improbable sin motivo de atención pública o preocupación pública. Es muy probable que las nuevas observaciones telescópicas conduzcan a la reasignación al Nivel 0. Los analistas de órbita continuarán monitoreando el asteroide 2023 DW y actualizarán las predicciones a medida que ingresen más datos", tuiteó la NASA.
Con unas pocas observaciones, siempre hay amplios márgenes de error inicialmente, y las posibilidades de que un objeto golpee la Tierra se clasifican como pequeñas. Realizar más observaciones nos permiten estimar la trayectoria del objeto recién descubierto con mayor precisión.
¿Y si colisionara?
Un impacto directo de este tamaño de roca no sería catastrófico como el asteroide que mató a los dinosaurios hace 66 millones de años. Ese era de más de 10 kilómetros de diámetro. El daño que el asteroide del tamaño de una piscina olímpica (unos 50 metros) haría, dependería de su composición; si es denso y sólido o con bastantes oquedades.
Sea como fuere, si se diera el caso, dado que 2023 DW tiene menos de un tercio del tamaño de Dimorphos (con el que probamos la primera técnica de defensa planetaria terrestre), debería ser un buen candidato para la alteración orbital tal y como sucedió con el pequeño asteroide, cuya órbita se alteró en 32 minutos acortando su órbita.
Referencia:
NASA