La UE pretende que Bitcoin se pueda rastrear y prohibirá las transacciones anónimas
Los gobiernos cada vez más preocupados por el crecimiento de las criptomonedas.
Desde la conversión de Bitcoin en moneda de curso legal en El Salvador (hasta ahora el primer país del mundo donde ha ocurrido algo así), hasta una legislación muy permisiva con las criptomonedas en el estado estadounidense de Wyoming, las criptomonedas se están abriendo paso en la corriente política y económica, y cada vez más están marcando la agenda económica y social de muchos países.
A medida que el mercado global de criptomonedas, actualmente valorado en más de 2.000 millones de euros, continúa creciendo, diversos actores institucionales están dándose cuenta de que las monedas digitales ya no son una oscura tecnología futurista, sino una realidad transformadora del presente. A la luz de esto, ha comenzado la carrera y el debate sobre cómo regular mejor los activos criptográficos, y por supuesto, la Unión Europea quiere participar en él.
Los gobiernos intentan ponerse al día
Como parte de su estrategia de financiación digital, la Comisión Europea propuso por primera vez un reglamento sobre Mercados de criptoactivos el pasado septiembre de 2020. Esta propuesta legislativa, que actualmente se encuentra en primera lectura en el Consejo de la Unión Europea, aparentemente busca crear un armonizado mercado europeo de criptodivisas mediante el establecimiento de una taxonomía legal y la definición de reglas para emisores y proveedores de servicios. En esencia, lo que el bloque comunitario pretende es la regulación de los intercambios de criptomonedas y las monedas estables, las últimas de las cuales son criptomonedas cuyo valor está vinculado al de otro activo, como el dinero fiduciario o el oro.
Regular las criptomonedas: un acto de equilibrio
La importancia general del debate es clara. Según datos de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat), una media del 11% de los europeos aseguran haber usado criptomonedas para pagar bienes o servicios en alguna ocasión, con variaciones que van desde el 7% en los Países Bajos, hasta el 15% en Polonia.
Es probable que estas tasas sigan creciendo en toda la UE durante los próximos meses. Dado que no saber lo suficiente sobre las criptomonedas es actualmente la principal razón de los ciudadanos para no poseerlas ni realizar transacciones con ellas. Es probable que la aceptación aumente a medida que mejore la comprensión de cómo funciona el negocio de las criptomonedas. Esta perspectiva hace que la cuestión de quién debería regularlas y cómo, sea aún más polémica en un futuro muy próximo.
En concreto, los legisladores de todo el mundo se enfrentan a dos opciones: controlar y centralizar estrictamente la dirección futura de los criptoactivos, por ejemplo, mediante la creación de una moneda digital respaldada por el Banco Central Europeo (CBDC), o adoptar un marco legal y regulatorio abierto que permita criptodivisas más estables, sin estar tan sujetas a las fluctuaciones de los mercados bursátiles.
Sin embargo, cuando se trata de regulación financiera, los propios ciudadanos europeos tienen una clara preferencia. Las pluralidades o mayorías en todos los países encuestados, que van del 49% en Hungría al 76% en los Países Bajos, aseguran que su gobierno nacional, en lugar de la UE, es quien debería regular las criptomonedas en sus naciones.