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Relevos generacionales: una mentalidad empresarial de 2030

La visión estratégica a medio y largo plazo que puede ser crítica para impulsar los negocios familiares de una manera determinante.

Tradicionalmente se ha dicho que "la primera generación crea riqueza, la segunda la disfruta y la tercera la destruye". Hoy esto debe ser menos verdad que nunca y es tiempo para darle la vuelta, precisamente por la idiosincrasia de este tipo de empresas,por el valor que pueden aportar, por la incertidumbre ante la que vivimos y las oportunidades a aprovechar por estas empresas familiares sólidas, más allá de nuestras fronteras.

Hoy más que nunca, y teniendo en cuenta el panorama económico nacional que ha impuesto la pandemia, además de nuestra experiencia en Yucoach con este tipo de empresas, comercializar en el exterior es más que una posibilidad. Es una oportunidad de mantenerse y crecer. No sólo se trata de pensar en canales como el e-commerce, nuevas líneas de distribución sino de tener esa visión estratégica y a medio y largo plazo que puede ser crítica para impulsar los negocios familiares de una manera determinante. Y la razón más poderosa está precisamente es su singularidad: estas empresas cuentan con una historia, unos valores y una cultura que conjuntamente con la apertura y la innovación, pueden marcar una gran diferencia y situarse en un escenario más próximo al 2030, siempre que tengan en cuenta aprovechar para preparar ese cambio generacional desde un nuevo liderazgo.

Por eso quiero traer 8 consejos a tener en cuenta para ese relevo generacional con mentalidad estratégica 2030:

1.-Manejar bien los tiempos

La realidad es que una sucesión bien planificada y a tiempo puede implicar crecimiento, nuevas oportunidades y reafirmar tanto la misión como la visión de la empresa familiar.

Cuando hablamos de que sea a tiempo, lo que queremos decir es que el empresario tenga la oportunidad de diseñar y planificar esta transición sin que el tiempo apremie o incluso garantizando que esté aún en plenas facultades de decidir y de supervisar todo el proceso.

2.-Apostar por un cambio de liderazgo necesario en el siglo XXI

Ya desde hace tiempo se observa un cambio en la cultura y organización de las empresas que con los acontecimientos de los últimos meses se han precipitado. Las empresas familiares que quieran contar con el mejor talento no deberían quedarse atrás.

La mayor garantía de una empresa está en sus líderes  y, este nuevo escenario ha dado lugar a un liderazgo más de influencia, un liderazgo desde la confianza y desde el ejemplo.

Generalmente, las empresas familiares son empresas más jerárquicas en las que el liderazgo suele ser un liderazgo más autocrático, muy personal y van a tener en su relevo generacional, una gran oportunidad de cambio cultural y abierto. Hoy la tendencia es que las organizaciones sean más líquidas, transversales y con menos dependencias jerárquicas. De ahí, que sea más necesario que nunca un líder influyente, frente a uno jerárquico con preferencias o prerrogativas.El líder tendrá que ser auténtico, transparente y humilde, sin rodeos, fiel a lo que es y a lo que representa liderar desde el ejemplo.

3.- Fomentar la agilidad y la flexibilidad

La organización de estas empresas hoy, debido al contexto tan cambiante e incierto que estamos viviendo, tendrán que tener sistemas de toma de decisiones rápidos, fluidos, argumentados y participados... Mucho más similar a las empresas con base tecnológica y star up, que, por su propia idiosincrasia, trabajan de este modo para asegurar crecimiento rápido, flujo de información, nuevos canales y ciertos riesgos y apuestas en la toma de decisiones, aunque muchas más pruebas y aciertos. Lo de pivotar, también debería ser posible en la empresa familiar. Los negocios pasados no tienen por qué seguir siendo las estrellas del negocio futuro.

4.-Rodearse del mejor talento y enfocarse en los objetivos para innovar

Las nuevas generaciones deberán ser capaces de acordar unos objetivos, involucrando al equipo y aprovechando las fortalezas de las personas con las que trabajan para reconocerles y premiarles su labor y garantizar el crecimiento y desarrollo profesional, pero de verdad. Deberán mantener el foco en el equipo, a pesar de la incertidumbre que estamos viviendo y el riesgo de dispersión, transmitiendo calma y estableciendo prioridades, desde la confianza pero también desde la asunción del riesgo para innovar.

5.-Profesionalizar para ayudar a madurar a la empresa

La profesionalización de las empresas familiares va a permitir resolver problemas y prepararse para las dificultades que puedan tener en el futuro, siempre estando orientados a sus objetivos y metas.

Para implementar estos cambios puede ser de utilidad  incorporar especialistas en gestión que contribuyan en el medio y largo plazo a los cambios de cultura y apoyen el liderazgo de la compañía, para construir la visión de la empresa, ayudando a la empresa o bien a madurar o bien a “revitalizarse”, en función de su sector, tipo de negocios, perfiles, estructura, etc…

6.-Adoptar comportamientos altamente responsables

Estas empresas deberán tener comportamientos altamente responsables, disciplina, rigor, constancia, imaginación, audacia y madurez. Ajustando lo que gastan a lo que tienen, pero invirtiendo en lo que a futuro les va a dar no sólo rentabilidad sino reputación.

Tendrán que aprender a no desmontar lo que ha funcionado y ha sido eficaz durante años,  pero también a huir de dogmas, recetas pasadas e ideas preconcebidas, tienen que ser flexibles, competitivas y no generar rigideces.

7.-Definir el rol del relevo generacional

Este relevo generacional tendrá que asumir su rol desde:

La responsabilidad: Ya que detrás de su empresa hay personas, empleo, familias,, comunidad no es “solo”el peso familiar, sino todo lo que hay por detrás.

El compromiso: el compromiso y el honor que tiene el hacerse cargo de algo tan valioso y construido con tanto esfuerzo, el compromiso de asumir este papel dando lo mejor de ellos mismos, y a la vez aportando todas la sabiduría y nuevas oportunidades que puedan generar.

La visión: No quedarse en el corto plazo, sino trabajar con la visión a medio y largo plazo, de forma que puedan seguir aportando y generando negocio, desde el enfoque de la Agenda 2030 en consonancia con Europa y marcada por Naciones Unidas.

8.-Trabajar desde las prioridades

Y lo más importante: trabajar sin perder de vista las prioridades, que podemos resumir en tres: los empleados y colaboradores, la tesorería que da oxígeno a la empresa, y los clientes.

El relevo generacional que tendrá más posibilidades de éxito será el que sea capaz de redefinir el plan de negocio, dotarle de visión estratégica y global y acorde con expectativas adaptadas a la realidad actual. No hay por qué replicar el comportamiento del pasado, haciendo las cosas exactamente igual que las primeras generaciones. El deber de las nuevas generaciones es adaptarse a esta nueva realidad, identificar mejoras y oportunidades e innovar para seguir aportando valor a la sociedad. Necesitarán líderes con valentía, cabeza y visión en tiempos inciertos. En suma: situarse en 2030.

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