¿Qué ocurriría si el salario mínimo pasara a ser de 1.000 euros?
La subida del SMI siempre desata polémica, unos dicen que mejorará la calidad de vida de la mayoría otros que destruirá empleo.
¿Por qué no fijar el salario mínimo en los 1 000 euros? Fijar cual es el límite inferior de lo que debe cobrar un trabajador tiene consecuencias en el resto de salarios y en los costes totales que pagan las empresas a sus empleados. Para unos, subir el límite inferior es imprescindible para poder mejorar la calidad de vida de la mayoría de la población. Para otros, subir este baremos es una amenaza para la economía española.
El salario mínimo interprofesional (SMI) fija la cuantía retributiva mínima que percibirá el trabajador referida a la jornada legal de trabajo, sin distinción de sexo u edad de los trabajadores, sean fijos, eventuales o temporeros.
Radiografía del salario mínimo en Europa

SMI en Europa
Tal y como decidió el Gobierno de España en enero de 2020, los asalariados contratados en el país con empleos a jornada completa deben cobrar desde este 1 de enero al menos 950 euros brutos al mes para 14 pagas anuales (o, lo que es lo mismo, 1.108 euros si no existiera paga extra en Navidad y verano). Esto supone un 5,5% de aumento de su cuantía de 2019, esta de 900 euros (también en 14 mensualidades) o, lo que es lo mismo, 1.050 euros en doce.
Esta cifra sitúa a la economía española en el séptimo lugar entre los países de la UE con un salario base más generoso, después de Luxemburgo (con 2 142 euros), Irlanda (1 656 euros), los Países Bajos (1 636 euros), Bélgica (1 594 euros), Alemania (1 584 euros) y Francia (1 539 euros).
Tal como se ve en la infografía, en las economías en las que el sueldo mínimo por ley sí existe, este suele guardar relación con los ingresos y con la capacidad de compra de sus ciudadanos. Así, no es de extrañar que en Luxemburgo, Estado en el que los trabajadores están mejor remunerados en la UE, el salario base sea también el más alto. Como curiosidad, en la Unión todavía existen bastantes países en los que no existe una remuneración mínima para los trabajadores, como en Suecia, Finlandia o Italia.
¿Un beneficio o una amenaza?
Lo que en principio parece una medida beneficiosa para los asalariados más desfavorecidos podría convertirse en una catástrofe. Y es que el efecto principal sería la destrucción de empleo, ya que al aumentar los costes, muchos empresarios no podrían asumirlos, por lo que optarían por los despidos. Eso sí, aquellos que lograran mantener su puesto de trabajo verían mejorados sus emolumentos, pero serían los que menos, con el consiguiente aumento del paro.
Si se produjera este escenario negativo, según los expertos, la medida afectaría mayormente a aquellas personas que trabajan en sectores con sueldos bajos y con poca cualificación, a los inmigrantes y a los jóvenes. ¿Y en momentos de crisis como los actuales, sería una medida prudente?
Desde el sindicato UGT se oponen frontalmente a este escenario catastrofista y se acogen a lo ocurrido tras la subida del SMI en 2019 y los malos augurios de los expertos del Banco de España. En noviembre de 2018, el gobernador del Banco de España hacía unas declaraciones en las que pronosticaba que la subida del SMI de 735 € a 900€ para el año 2019 traería una destrucción de 150.000 puestos de trabajo en toda España.
"Sin embargo, el 2019 fue avanzando y no había ningún síntoma en la economía sobre dicha catástrofe. Es más, parecía que los datos de empleo se mantenían o, en todo caso mejoraban. Pero para el gobernador esto no era así e incluso en junio de 2019 volvió a mantener sus afirmaciones", comentaban desde el sindicato en enero de 2020; "los datos de la Encuesta de Población Activa de 2019 situaban un crecimiento neto del empleo en nuestro país superior a 402 000 puestos de trabajo, terminando así de reafirmar cuán equivocado estaba el Gobernador del Banco de España. Con este dato, se confirma que el aumento de los salarios estimula la economía, trae confianza y capacidad de gasto al consumidor medio y el resultado es que se genera empleo".
Lo que le pueden discutir (y discuten) a esta aseveración de la organización de ideología de izquierdas e es que esos datos se dieron en un contexto de crecimiento económico, antes de la pandemia de Covid-19. Lo que es seguro es que la subida del SMI seguirá siendo motivo de debate.