Pagos 'push', el método con el que pueden estafarte fácilmente
Los bancos no suelen devolverte el dinero robado.
El fraude de los pagos automáticos autorizados (fraudes de aplicaciones push) se ha convertido en un gran problema para mucha gente de varios países durante los últimos años. En esta estafa, que puede tener muchas formas y variantes, se engaña a la víctima para que envíe voluntariamente su dinero al estafador a través de este tipo de aplicaciones (como Bizum).
Uno de los métodos más habituales y más utilizados por los ciberdelincuentes es que el estafador se hace pasar por alguien de tu banco que te intenta convencer de que la seguridad de tu cuenta se ha visto comprometida y, por lo tanto, debes mover rápidamente tu dinero a otra cuenta nueva y segura.
Cuidado con las transferencias
Otra de las estafas que más se están produciendo es donde el estafador intercepta los correos electrónicos de la persona que está envuelta en grandes operaciones económicas, como la compra de una casa o de un coche, o la recepción de una herencia. Es entonces cuando los delincuentes se hacen pasar por alguien de la notaría o el bufete de abogados que el cliente haya contratado para que éste envíe su depósito de dinero a una cuenta que ellos controlan en lugar de a la cuenta legítima.
Según datos del Banco de España, en 2019 en nuestro país los usuarios perdieron casi 300 millones de euros debido al fraude de los pagos push, casi 50 millones de euros más que durante el año anterior. Esto se debe, en parte, a que los cibercriminales cada vez utilizan métodos más sofisticados para llevar a cabo sus estafas, por lo que es relativamente fácil morder el anzuelo.
Culpar a la víctima
Tras el fraude llega la parte en la que las víctimas intentan recuperar el dinero, aunque normalmente los bancos no lo devuelven, sobre todo cuando la cantidad estafada es baja. Aunque los propios bancos poseen un código ético donde aseguran que cuando sus clientes sean engañados se comprometen a que éstos puedan recuperar su dinero, la verdad es que dicho código se aplica de manera muy deficiente, y lo normal es que el propio banco culpe a la víctima por haber sido engañada y, por lo tanto, reniegan de devolverle su dinero. Las entidades se suelen escudar en que la víctima debe demostrar que no sabía que estaba siendo estafada, sin embargo hacerlo es bastante difícil.
Hace unos años, la extinta Bankia realizó un estudio interno sobre fraudes a través de aplicaciones de pago y concluyó que las víctimas eran totalmente responsables del 60% de las estafas que habían sufrido, mientras que en el 17% de los casos se les culpaba parcialmente.
Todo se reduce a una pura suerte, o terminas siendo cliente de una entidad que adopta un enfoque más indulgente con las víctimas de estafas, o haces tus operaciones bancarias con una entidad que automáticamente te culpa en caso de fraude.
Una de las pocas alternativas asequibles para los usuarios que han sido estafados y cuyos bancos se niegan a devolverle el dinero es poner el caso en conocimiento de una organización de consumidores que pueden llevar el caso a juicio.