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No es oro todo lo que reluce: ¿De qué están hechas las medallas olímpicas?

Si fuesen de oro puro, cada una costaría unos 25.000 euros.

Si hay algo que jamás puede faltar en unos Juegos Olímpicos, aparte de la piscina y el tatami para las pruebas de atletismo, son las medallas. La medalla olímpica es el mayor galardón y reconocimiento posibles al esfuerzo y el virtuosismo de cualquier deportista, un homenaje en forma de metal que solo reciben los mejores en la competición más prestigiosa y de renombre del planeta.

Sin embargo, las medallas no solo son algo simbólico que inscriben a los ganadores en el palmarés de la gloria eterna, sino que también deben seguir una estricta tradición para que el espíritu olímpico quede siempre salvaguardado, por más años que transcurran.

Alto simbolismo

Para empezar, todas las medallas olímpicas (tanto las de oro, como las de plata y bronce) tienen que llevar, por imperativo del Comité Olímpico Internacional, una serie de elementos obligatorios en su parte delantera. Estos elementos son tres: Un grabado de Nike, la diosa de la mitología griega que representa la victoria. Nike debe aparecer en el estadio Panathinaikos, y también debe salir la Acrópolis, una construcción que homenajea y representa a los Juegos Olímpicos de la Antigüedad.

Por supuesto, en la medalla debe aparecer el nombre oficial de la edición que se esté disputando en ese momento. En las de este verano aparecerá impreso: Juegos de la XXXII Olimpiada Tokio 2020. Por último, otro símbolo ineludible es el de los cinco anillos olímpicos.

Más valor emocional que económico

A pesar de que se las llama medalla de oro, plata y bronce, en realidad estos metales apenas están presentes en las medallas de los Juegos Olímpicos. Con todo, el valor exacto de cada uno de los trofeos que se otorgarán en Tokio 2020 es desconocido, pero se puede hacer una comparativa con los repartidos en ediciones anteriores de los Juegos.

Así, por ejemplo, en los Juegos Olímpicos de Invierno PyeongChang 2018, las medallas de oro (fabricadas con 600 gramos de plata pura y bañadas en 6 gramos de oro) costaban cada una en torno a 600 euros. Las de Tokio pesan menos, aunque el baño en oro es mayor, por lo que se cree que el coste total es inferior a esos 600 euros.

Como dato, los metales repartidos en los Juegos de Londres 2012 rondaban cada uno los 700 euros. Los expertos aseguran que si las medallas de oro fuesen íntegramente de este metal, el valor de cada una se dispararía hasta los 25.000 euros por unidad.

Importa la presentación

La manera en que se entregan las medallas tampoco es algo dejado al azar. En Tokio 2020, cada una irá dentro de un estuche que homenajea a los deportistas "que han alcanzado el logro atlético", según palabras de la propia organización. Por eso, se ha escogido una fibra de madera en particular, y las cintas de cada medalla han sido adornadas con minuciosos motivos de diseño japonés tradicional, similares a los que se encuentran en los kimonos.

Tal y como también aseguran desde la organización, el brillo y la luz que refractan las medallas simbolizan “la calidez y el resplandor de la amistad”, y también hacen un guiño a “la energía de los atletas y de sus seguidores”.

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