¿Cómo afectará a la economía el desplome de los nacimientos en España?
La crisis económica tras la pandemia de coronavirus está ocasionando que los nacimientos en España, ya en caída libre desde hace años, se hayan estancado todavía más.
Aunque la cara más visible de los estragos de la pandemia de coronavirus en España es la económica (cierre de empresas, despidos, niveles altísimos de paro…), hay otra crisis más silenciosa pero igual de alarmante: la del descenso de la natalidad.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), entre principios de diciembre del año pasado y finales de enero de este, en España han nacido casi un 23% menos de niños y niñas que en el mismo período del año anterior, donde la caída solo fue del 1,7%.
Pensiones en peligro
La principal consecuencia, tal y como coinciden la mayoría de expertos, será la posible insostenibilidad del sistema público de pensiones. La lógica es muy sencilla: si cada vez hay menos jóvenes que aporten dinero al sistema, los mayores no podrán cobrar la pensión por la que han estado trabajando toda su vida.
Como vemos, el problema de la natalidad no se reduce a que caen los nacimientos, arrastra consecuencias a largo plazo muy serias, que tienen que ver con el mercado laboral, la hucha de las pensiones y el propio desarrollo económico.
Se desploma la natalidad
Aunque todavía no se conocen los datos definitivos que dibujen la estadística completa con la que poder comparar 2020 con 2021, sí se está observando un clarísimo descenso de los nacimientos en nuestro país. Especialmente grave, además, es la situación teniendo en cuenta la elevada cantidad de muertes que ha dejado la pandemia en los últimos doce meses.
Los registros civiles muestran que se registraron 45.000 recién nacidos durante el último mes de 2020 y el primer mes de 2021, lo que representa 13.000 nacimientos menos que en el mismo período del año anterior. Solo en el mes de enero hubo menos de 7000 alumbramientos menos recogidos en los registros civiles de España que en enero de 2020.
No obstante, el fuerte descenso de los nacimientos durante este último año no es tan excepcional como se puede pensar. España lleva ya muchos años acusando la caída de la natalidad, algo que preocupa seriamente a los demógrafos, que ven cómo la población española cada vez está más envejecida.
Menos hijos y más tarde
En el año 2019 ya se había marcado un récord a la baja con 360.500 nacimientos, la cifra anual más baja desde que se empezaron a recoger datos en 1941, en la posguerra. La tasa de fecundidad también ha caído alarmantemente en las últimas décadas. Si en 1979, las mujeres españolas tenían de media 2,8 hijos, la ratio es ahora de 1,2.
En España se tienen menos hijos que nunca, y se tienen más tarde que nunca. Además, con la incertidumbre provocada por el coronavirus, los expertos temen que la tasa de natalidad baje todavía más en los próximos meses.
Desde luego el nivel de vida no tiene nada que ver con los estándares de los años 70. Ahora los problemas derivados del hundimiento de la economía como el paro, la inestabilidad laboral, el precio de la vivienda, etc, hacen que tomar decisiones como la de formar una familia se retrasen muchos años o, incluso, se descarten.