¿Cuáles son los países menos capitalistas del mundo?
¿Cuáles son las cinco naciones más anticapitalistas del planeta? Le invitamos a descubrir el cuadro de honor del igualitarismo global. Dos están en África, otras dos en América y la más irreductible, en Asia. Son Eritrea, la República Democrática del Congo, Cuba, Venezuela y Corea del Norte.
En un artículo anterior, cerramos el recorrido por los países más capitalistas del mundo con una enumeración de sus opuestos, los menos capitalistas. Los anticipamos a modo de continuará, pero también por si alguno de nuestros inquietos y combativos anticapis deseaba emigrar al paraíso en la Tierra. Los Cinco Magníficos del anticapitalismo eran Eritrea, la República del Congo, Cuba, Venezuela y Corea del Norte; de menor a mayor ortodoxia antiliberal.
Establezcamos previamente las variables para encuadrarse en la categoría “no capitalista” (ni siquiera comunista; ni tan sólo socialista). El peso del Estado es el principal baremo para determinar el grado de capitalismo de un país o su contrario. Y hay tres más: la solidez o debilidad de las leyes que protegen la propiedad privada; el tipo de regulación que se establece para el desarrollo de la actividad empresarial; y el nivel de apertura económica o proteccionismo que permita el tráfico de mercancías y la inversión extranjera. Lamentablemente, debido al hermetismo de sus instituciones y a la falta de libertad de prensa, en los países más estatistas no existen datos económicos fiables. Pero si nos fijamos en el ranking de libertad económica –cuyos primeros puestos son para Singapur (90,2 puntos sobre 100), Hong Kong (88,8) y Nueva Zelanda (84,2)–, veremos que los puestos de cola están ocupados por Eritrea (42,2 puntos sobre 100), la República del Congo (38,9), Cuba (31,9), Venezuela (25,2) y Corea del Norte, campeona absoluta con sólo 5,8 puntos sobre 100. En los cinco, las libertades personales y el derecho de propiedad son inexistentes o están severamente reprimidos, no por una excepcionalidad bélica, sino por pura voluntad política y un sesgo ideológico profundamente antilberal.
Nº 5. ERITREA

Eritrea
El Estado de Eritrea se independizó de Etiopía en 1993. Es un régimen de partido único, el Frente Popular por la Democracia y la Justicia. Isaías Afewerki, su líder, es también Jefe del Estado desde 1991. Sin elecciones libres, Eritrea ostenta uno de los peores historiales del mundo en derechos humanos. El servicio militar es obligatorio desde los 17 hasta los 50 años. El país ostenta además el antepenúltimo lugar en el índice mundial de libertad de prensa, sólo superado por Turkmenistán y Corea del Norte. Todos sus medios de comunicación son de propiedad estatal.
El 80% de sus 5 millones de habitantes subsiste con la agricultura y la ganadería (ovejas, cabras, camellos). La depresión y el crecimiento negativo de su economía permanecen desde hace años. El déficit alimentario causado por las guerras y las catástrofes naturales sólo puede cubrirse con las ayudas internacionales, con el consiguiente peaje de corrupción y robo paragubernamental.
>> Su PIB per cápita en 2019 era de 335 € (en España es de 26.000)
Nº 4. REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO

República Democrática del Congo
No hay que confundir la República Democrática del Congo, antiguo Zaire (1971-1997), con la vecina República del Congo, o Congo-Brazzaville. El país de El corazón de las tinieblas, la gran novela de Joseph Conrad, es independiente de Bélgica desde 1959. Se caracteriza por la extrema debilidad, casi inexistencia, de un poder judicial independiente; lo que alimenta una corrupción sistémica y socava gravemente la protección del derecho de propiedad. Rico en recursos naturales y minerales estratégicos, la república está devorada por la deuda externa. El 65% de su población de 82 millones de habitantes es rural y vive condenada a una economía agrícola de subsistencia. Las mediciones económicas resultan casi imposibles ya que las actividades “informales" generan la mayor parte del limitado crecimiento del sector privado. Si no fuera un mal chiste, podríamos decir que todo en el Congo es economía negra. Sus pobres infraestructuras, el incierto marco legal, la corrupción y la carencia de una política económica fiable frenan la inversión y el crecimiento. El Banco Mundial y el FMI no han logrado consensuar un plan económico de ayudas y reformas.
>> PIB per cápita (2018): 562 €
3. CUBA

Cuba
Los cubanos soportan resignadamente el dirigismo ideológico del Partido Comunista, en el poder desde 1959, y la estatización de su economía. El partido único del socialismo caribeño decide quién debe producir qué y a qué precio en prácticamente todas las áreas de la economía, con ocasionales y arbitrarias aperturas hacia la iniciativa privada de los más emprendedores. La media de los salarios se sitúa en torno a los 750/800 pesos mensuales, equivalentes a 30 dólares. Los trabajadores mejor pagados están ocupados en la industria azucarera: reciben un salario medio de 1.236 pesos, unos 50 dólares. Dado que los medios de producción pertenecen al Estado, el cubano carece de cualquier riqueza o patrimonio personal.
La sociedad cubana sobrevive gracias al turismo (controlado por el gubernamental MINTUR) y a la ayuda externa de una nutrida red familiar de emigrados políticos a Estados Unidos. Las transferencias en dólares proceden principalmente de Florida (el 90% del total de remesas). Otro tipo de ayuda es la que le aporta Venezuela, régimen aliado, con el suministro de petróleo a cambio de un Convenio de Salud.
>> Su PIB per cápita es el más alto de los países no-capitalistas: 7.470 euros anuales
2. VENEZUELA

Venezuela
La República Bolivariana de Venezuela es el caso más insólito en este cuadro de honor de los regímenes anticapitalistas. La abundancia de sus materias primas debería situar al país como una de las economías más ricas del mundo. Con una producción anual de mil millones de barriles de petróleo, y una reservas superiores a las de Arabia Saudí, los venezolanos podrían vivir como jeques: sin libertad, sí, pero al menos con todas sus necesidades cubiertas por el Estado. Sin embargo, la situación es la contraria. Una hiperinflación desbocada, la mayor del mundo, que se sitúa en torno al 9.500% anual –provocada por los controles monetarios y la financiación del déficit con la impresión descontrolada de bolívares– ha destrozado el poder adquisitivo de sus ciudadanos y ha arrasado la clase media, golpeando su capacidad de compra y condenando a los venezolanos desafectos a la escasez de productos básicos o al éxodo. Es difícil encontrar datos económicos sobre la actual capacidad de compra de los salarios de Venezuela. Dada la pérdida continuada de poder adquisitivo, de poco sirve un dato específico en el tiempo. Por tener una referencia mínima: el salario mínimo mensual, la retribución más extendida, es de 4.500 bolívares y equivale a uno 6,30 dólares .
>> PIB per cápita: 2.887 €uros anuales
1. COREA DEL NORTE

Corea del Norte
Corea del Norte se reconoce a sí mismo como el país más hermético del planeta y constituye el modelo económico más estatista hoy existente. Un sistema centralista de régimen militar, agresivo y cerrado al mundo, con graves problemas crónicos que impiden la inversión y el crecimiento económico del país.
La República Popular Democrática de Corea se define como un ‘Estado popular socialista’ que se rige a través de un sistema de partido único y un fuerte predominio estatal sobre los medios de producción. Su histórico líder supremo Kim Il-Sung, muerto en 1994, ostenta el título de Eterno Presidente de la República. Su ideología juche es una variante coreana del marxismo-leninismo.
El gobierno controla todas las áreas de la actividad económica y establece niveles de producción centralizados para satisfacer las necesidades políticamente acordadas por el Ejecutivo. Las industrias estatales representan prácticamente todo el PIB. Por otra parte, Corea recibe diferentes subsidios en forma de alimentos y energía por parte de China, lo que permite la subsistencia del régimen.
El estatismo conduce a la pobreza y no hay mayor evidencia de ello que comparar Corea del Norte y Corea del Sur mediante la evolución de su PIB per cápita en los últimos 50 años. Desde la Guerra de Corea (1950-1953) y la partición del país en dos, Corea del Sur promovió un sistema de libre mercado, una mejora de sus instituciones democráticas y la apertura económica que le ha llevado a un despegue de su producción y un fuerte auge en su PIB per cápita; mientras que Corea del Norte ha seguido en el estancamiento incluso ha empeorado sus niveles de vida.
>> PIB per cápita: 604 € anuales (frente a los 28.229 euros de Corea del Sur)