El coste económico del coronavirus (por ahora)
La epidemia, que no pandemia, provocada por el COVID-19 está provocando las primeras pérdidas económicas y, aunque su alcance final es difícil de adivinar, muchos expertos apuntan al miedo más que a causas racionales
Cuando en las noticias se oye que se desploman las bolsas, que cae el precio del petróleo, que están cerrando fábricas, aunque sea temporalmente, uno enseguida piensa que estamos entrando en una crisis económica. Si a eso le añades noticias de enfermos y muertes por todo el mundo provocadas por una enfermedad vírica desconocida que en pocas semanas está afectando a todo el mundo, la preocupación pasa a ser miedo. Cuando no pánico.
En los últimos días, con los nuevos casos de enfermos por COVID-19 (antes conocido como Coronavirus de Wuhan) en Italia los miedos se han disparado en Europa. Las bolsas europeas se desplomaron el lunes 24, después de que se confirmaran una decena de muertes en el norte del país transalpino. Este pánico financiero se unía a varias semanas en las que muchas permanecían cerradas varias fábricas en China.
Las llamadas a la calma de las autoridades sanitarias nacionales e internacionales parecen caer en saco roto. Que la Organización Mundial de la Salud se niegue a hablar de pandemia no sirve de nada. La gente se queda con el consejo preventivo de que no descartan que pueda ocurrir. Como ejemplo práctico conviene recordar la cancelación del Mobile World Congress de Barcelona, que supuso unas pérdidas económicas de 500 millones de euros a la Ciudad Condal.
Miedo que se traduce en pérdidas
El desplome de las bolsas "ha sido impulsado por el miedo y no por los fundamentales", afirma Salman Baig, gestor de Unigestion. A su modo de ver, medir el impacto del coronavirus en el crecimiento económico es "difícil" en esta etapa.
El experto señala que los Growth Nowcaster aún no muestran "un gran impacto del virus en el crecimiento chino o global, pero debería hacerlo si persiste y comienza a arrastrar significativamente la expansión económica".
Unos días antes desde la gestora de fondos de inversión apuntaban que el precio del petróleo empezaba a sufrir las consecuencias de la epidemia. "La demanda global de petróleo ha caído un 5% en los últimos 30 días, pasando de 20 a 18 millones de barriles diarios; el índice Baltic Dry, que mide la intensidad del comercio internacional, ha experimentado un descenso similar a la contracción global sufrida en el cuatro trimestre de 2018, cayendo de 1.500 a 500 puntos; las aerolíneas han caído en Bolsa un 13% en un mes". "La situación es seria y el descenso del comercio internacional y la demanda de petróleo dejan pocas dudas al respecto", concluyen desde Unigestion.
La importancia de los casos en Italia
"Hasta ahora, el impacto económico de la epidemia del COVID-19 ha sido de un shock en el suministro de productos, pero la aparición de un foco de contagio espontáneo en Italia la cambia la dimensión del problema", explica Gilles Moëc, Economista jefe de Axa Inverment Managers. El experto destaca que las zonas afectadas "son cruciales en términos de producción. Lombardía, Véneto y Emilia-Romagna representan por sí solas el 40% del PIB en Italia y el 6% del PIB total de la eurozona".
"A no ser que haya una rápida resolución de la epidemia, los efectos por el lado de la demanda aparecerán en la próxima remesa de datos de actividad. Por eso creemos que los consensos previos de una fuerte recuperación económica [tras el estallido del brote] en forma de V empiezan a aparecer cada vez más cuestionables (…). Empiezan a acumularse datos que evidencian un comienzo de 2020 débil en EE UU".
A nivel global, Philippe Waechter, director de investigación económica de Ostrum AM (Natixis IM), señala que "el impacto económico es más grave de lo esperado" ya que "ahora China es un jugador global con un papel importante en la mayoría de las cadenas de valor". Y es que, según subraya, "si la actividad corporativa se detiene en China las compañías en otras partes del mundo no podrán producir ya que no pueden reemplazar espontáneamente el componente chino de su línea de producción".
Quién está ganando con esta crisis
Para los expertos, la vinculación de la economía europea con la china puede ser un gran lastre para los países del viejo continente. De ello se podría beneficiar Estados Unidos, que está viendo como poco a poco el dólar le gana terreno al euro.
"Una de las consecuencias de esta epidemia es un dólar estadounidense más fuerte", algo que se produce por varias razones según Waechter. La principal que en EE UU parecen más seguros dada la cercanía de la economía estadounidense, lo que se traduce en una "mayor autonomía en su proceso de crecimiento en comparación con Europa".