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15 consejos prácticos para ahorrar en tu factura de la luz

5’1 millones de personas en España se declaran incapaces de mantener su vivienda a una temperatura adecuada en invierno. ¿Qué podemos hacer para intentar rentabilizar al máximo nuestro gasto eléctrico y energético?

La Asociación de Ciencias Ambientales (ACA), en su 3er Estudio de Pobreza Energética en España (2016), señalaba que hasta un 11% de los hogares (5’1 millones de personas) se declaran incapaces de mantener su vivienda a una temperatura adecuada en invierno. La eficiencia energética es una herramienta que puede resultar fundamental para que cualquier hogar disponga de la energía que necesita sin que se disparen sus facturas. Os dejo algunas claves esenciales.
  1. Apaga las luces siempre que no estés usándolas.
  2. Regula la luz en función de la actividad que estés llevando a cabo. No necesitas la misma luz para leer un libro que para cocinar.
  3. Evita los excesos de luz artificial en las estancias.
  4. Mantén despejadas y limpias las ventanas y luminarias para no tapar la luz.
  5. Organiza bien los espacios para aprovechar al máximo la luz natural.
  6. Sustituye las bombillas tradicionales por luces de tipo LED; consumen cinco veces menos y duran hasta ocho veces más.
  7. Utiliza una regleta con interruptor y apágala cuando no la utilices. Recuerda, todo lo que esté enchufado consume, aunque sea poco.
  8. Instala y ajusta termostatos para regular la temperatura ambiente.
  9. Elige el uso del ventilador sobre el aire acondicionado siempre que puedas. Supone un ahorro energético del 90%.
  10. Cuando tengas que renovar los electrodomésticos, compra los más eficientes que puedas. Su consumo es menor y se amortiza el gasto al poco tiempo.
  11. Aprovecha al máximo las cargas de la lavadora y el lavavajillas.
  12. Utiliza los programas “ECO”, a veces tardan más, pero son más eficientes y utilizan menos agua.
  13. Cuando estés cocinando, abre el horno lo menos posible. Cada vez que lo abres pierde el 20% del calor.
  14. Aprovecha al máximo la capacidad del horno, cocina varias cosas a la vez.
  15. Apaga el horno un poco antes de terminar de cocinar los alimentos. El calor residual es suficiente para terminar el proceso.
Apaga las luces siempre que no estés usándolas.
Regula la luz en función de la actividad que estés llevando a cabo. No necesitas la misma luz para leer un libro que para cocinar.
Evita los excesos de luz artificial en las estancias.
Mantén despejadas y limpias las ventanas y luminarias para no tapar la luz.
Organiza bien los espacios para aprovechar al máximo la luz natural.
Sustituye las bombillas tradicionales por luces de tipo LED; consumen cinco veces menos y duran hasta ocho veces más.
Utiliza una regleta con interruptor y apágala cuando no la utilices. Recuerda, todo lo que esté enchufado consume, aunque sea poco.
Instala y ajusta termostatos para regular la temperatura ambiente.
Elige el uso del ventilador sobre el aire acondicionado siempre que puedas. Supone un ahorro energético del 90%.
Cuando tengas que renovar los electrodomésticos, compra los más eficientes que puedas. Su consumo es menor y se amortiza el gasto al poco tiempo.
Aprovecha al máximo las cargas de la lavadora y el lavavajillas.
Utiliza los programas “ECO”, a veces tardan más, pero son más eficientes y utilizan menos agua.
Cuando estés cocinando, abre el horno lo menos posible. Cada vez que lo abres pierde el 20% del calor.
Aprovecha al máximo la capacidad del horno, cocina varias cosas a la vez.
Apaga el horno un poco antes de terminar de cocinar los alimentos. El calor residual es suficiente para terminar el proceso.

La pobreza energética y la seguridad

Desde Cruz Roja lanzamos en 2018 a nivel nacional el Llamamiento contra el cambio climático y la pobreza energética con medidas concretas que inciden positivamente en la vida de las personas más vulnerables con las que trabajamos y a lo largo del 2019, las medidas que hemos puesto en marcha han sido de lo más variadas. Desde la compra de edredones y mantas, a la reparación de cristales e instalaciones eléctricas, el cambio de calderas o termos eléctricos, así como la compra de electrodomésticos más eficientes como lavadoras o neveras en determinados casos, llegando a cambiar cocinas o estufas de gas en muy mal estado por otras de consumo eléctrico, mucho más seguras.
A través de este proyecto y sólo en la Comunidad de Madrid, en el último año atendimos a casi 1.500 personas. Algunas de ellas recibieron una ayuda de forma directa en el pago del suministro, y a todas les ofrecimos talleres de eficiencia energética. A través de los mismos damos recomendaciones concretas y explicamos conceptos a veces complicados de entender, como la propia factura de la electricidad o los requisitos que debe cumplir una familia para acogerse al llamado “bono social”.
También facilitamos a cada persona asistente un kit de eficiencia energética con medidas de bajo coste que pueden instalar fácilmente en sus domicilios (bombillas led, reductores de caudal para los grifos, paneles reflectantes para los radiadores, burletes de caucho para ventanas y puertas, etcétera). Y, en algunos casos, hacemos una visita domiciliaria en la que realizamos una auditoría energética exhaustiva de la vivienda.
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pobreza energética

Recuerdo el caso de una persona que había encontrado la cocina de gas en la que cocinaba en un contenedor. Al verlo, nuestras personas voluntarias activaron todas las alarmas y a los pocos días aquella persona tenía una cocina eléctrica nueva con la que su seguridad sí estaba garantizada. Otro caso que me llamó especialmente la atención fue el de una familia que tenía la puerta de la nevera rota y sujeta con varias cuerdas y una silla. También hay muchos casos de familias que se calientan con una estufa de gas en muy mal estado, lo que implica un gran riesgo no solo para ellas, sino para todo el bloque de viviendas en el que residen.
Es importante recordar que, al menos, el 80% de las intervenciones de los servicios de emergencia están vinculadas a situaciones de pobreza energética por la falta de seguridad de los elementos de las casas, la mala combustión de un calefactor, la falta de ventilación al utilizar elementos de gas para calentarse, el uso de camping gas para cocinar en espacios cerrados u otras situaciones de este calibre.
* María de Laiglesia Noriega es Coordinadora del Programa de Medio Ambiente de Cruz Roja Española en la Comunidad de Madrid

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