"La televisión es muy conservadora porque cada vez hay menos dinero"
Tinet Rubira, director general de Gestmusic Endemol Shine Group, desvela las claves para que el retorno de Operación Triunfo esté siendo un éxito dentro y fuera de la televisión. Pero, sobre todo, en las nuevas plataformas digitales.
Periodista antes que presentador y presentador antes que director, Tinet Rubira es toda una figura en el mundo de la televisión y no solo por su trabajo. Su carácter ha marcado una forma de relacionarse con los espectadores. Sus méritos profesionales incluyen programas como Operación Triunfo (TVE), Tu cara me suena (Antena 3), El Número Uno (Antena 3), El castillo de las mentes prodigiosas (Antena 3) o Uno de los nuestros (TVE). En lo personal, es apasionado y directo, también en terrenos resbaladizos como Twitter (@tinetr), donde no duda en responder, rebatir y discutir con quien se lo gana. Desde 2011 dirige la productora Gestmusic Endemol Shine Group.
¿Por qué OT es un éxito?
Porque trabaja el campo de las emociones. El lenguaje de la música y las emociones es un lenguaje universal. Cuando OT arrancó, en el 2001, fue un show televisivo que traspasó lo televisivo y se convirtió en un fenómeno social. Con las ediciones sucesivas volvió a ser solo un show televisivo, pero siempre ha tenido ese entronque con la parte más emocional del público. Es el poder que tiene la música y los artistas de conectar con el público.
La sociedad no era la de 2001, cuando empezó 'Operación Triunfo', ¿no?
Después de 17 años del primer OT, la televisión está muy distinta. Todo el mundo habla de que la gente joven ha dejado la televisión lineal, que hay otras formas de consumir televisión, de que están en otras pantallas, etc. Así que nosotros, cuando regresó el formato, pensamos en cuál sería la forma de enganchar a esa gente que no nos estaba esperando. Porque para que la gente se entere de lo que estás haciendo tiene que llegar el mensaje.
¿Y cómo lo hicieron?
Fue básicamente un ejercicio de supervivencia. Si nuestro público no estaba en el prime time de la tele convencional dijimos: "Vamos a buscarlo donde esté y vamos a decirle que estamos haciendo una cosa muy chula y que a lo mejor le interesa".
¿Se adaptaron a los nuevos modos de consumo de televisión?
Queríamos que fuera una edición que se pudiera seguir desde el móvil, porque nuestros espectadores son gente joven que usa mucho el móvil. Y tú tienes que saber a quién quieres llegar. Si mi público es joven, está pendiente del móvil y quiere que el contenido sea accesible desde el móvil, pues hay que invertir en eso.
¿Este modelo de invertir en estar presente es extrapolable a otros negocios?
Nosotros tenemos la suerte de tener un contenido muy potente y que interesa mucho a un público muy joven. Esta no es una fórmula universal y no vale para todos los contenidos. No todos los contenidos televisivos tienen el mismo recorrido de OT, no se puede aplicar a todo. Depende del contenido y de la cadena para la cual trabajas.
Porque este modelo implica que tus contenidos sean casi libres...
Si es una cadena de televisión comercial, a lo mejor no ve con buenos ojos que su contenido esté circulando libremente por YouTube. TVE estuvo de acuerdo en que, si el peaje para llegar al público era ese, pues se pagaba.
¿Cómo está el panorama televisivo a nivel económico?
La tele es muy conservadora porque cada vez hay menos dinero y tiene que ser más prudente y más eficiente en el gasto. El índice de fracaso en televisión es muy alto. Hace unos años, se decía que triunfaba uno de cada diez programas que se estrenaban. No es tanto que alguien te asegure el éxito como aminorar el riesgo de fracaso, y eso hace ser conservador.
En este respecto, ¿hay diferencias entre la televisión pública y las cadenas privadas?
El dinero, en una cadena privada, es de los accionistas y, si es una pública, es del ciudadano, con lo cual, estés en un lado o en el otro, el dinero nunca se gasta alegremente. Todo ha de ser testado y meditado.

noemí galera tinet rubira
Artículo original publicado en el número 2 de la revista MuyNegocios&Economía