El Gobierno británico contra unos helados por culpa de los refugiados
El Ejecutivo de Boris Johnson se enzarza en Twitter con la marca Ben&Jerry’s después de una dura crítica a su política de inmigración.
“Hace no mucho, cualquier comunicado de una empresa sobre cualquier tema que mínimamente político era soberanamente aburrido. Si es que se decía algo político. Bien, pues parece que la cosa está cambiando. Las marcas, grandes y pequeñas, cada vez tienen menos miedo de meterse en el barro de la discusión política en las redes sociales”.
Así de contundente se ha mostrado la siempre correcta BBC al dar cuenta de la batalla dialéctica y pública que ha enfrentado al Gobierno de Su Magestad con una conocida marca de helados estadounidense.
“El Gobierno británico discute con un helado”, afirmaba David Meyer en su columna CEO Daily de la revista Fortune. “Surrealista, sí, pero el objeto de la discusión es tremendamente serio: los refugiados y migrantes que se agolpan en pequeñas embarcaciones para cruzar el Canal de la Mancha desde Francia”.
El Ejecutivo de Boris Johnson está considerando cambiar su normativa de asilo para evitar que estas pateras crucen el Canal. En lo que va de año han cruzado con éxito desde el continente más de 4 000 personas. El Ministerio del Interior británico les pidió a los encargados de Defensa que impidieran que las pequeñas embarcaciones pudieran emprender esa peligrosa ruta.
Fue esa petición la que desató la ira de la siempre activista Ben&Jerry’s. Con siete tuits en su cuenta británica, en los que apuntó directamente a la ministra del Interior, Petri Patel, cargó duramente contra la política de inmigración de Londres. Puso artículos de distintos medios para apoyar su acusación de “Falta de humanidad para con personas que huyen de la guerra, el cambio climático y la tortura”. Para terminar con un contundente: “LAS PERSONAS NO PUEDEN SER ILEGALES”.
Este ataque directo a la responsable de interior tuvo otra respuesta casi igual de directa. Un portavoz del ministerio aseguró: "Priti trabaja día y noche para detener estos viajes, que organizan bandas criminales internacionales y son justificadamente una gran preocupación para los británicos. Si eso implica molestar el equipo de redes sociales de una cara marca de comida basura, pues que así sea”.
Pero es que, en Twitter, el ministro de Exteriores James Cleverly no se mordió la lengua tampoco: “Podría ponerme un poco de acusación virtuosa basada en estadísticas incorrectas con mi carísimo helado por favor”. Ni el periodista conservador Andrew Neil, que espetó: “Dejad el postureo de una especie de helado hippy. Sois propiedad del megaconglomerado internacional Unilever. A lo mejor si pagaran los impuestos que Hacienda cree que debería podríamos permitirnos acoger a muchos más solicitantes de asilo”.
Como no, los usuarios no se quedaron atrás, unos pidiendo el boicot a la marca y otros diciendo que iban a comprar el doble... ¿Por qué meterse en ese charco? La respuesta la daba la BBC: “Consigues dar voz a algo en lo que crees, eso seguro, pero también consigues multiplicar tu imagen de marca, que la gente hable de ti y tu producto. Puedes evaluar el sentir del público, o, al menos, de la mayoría”.
Os dejamos aquí los tuits originales de los protagonistas: