Turismo sostenible: el modelo de Costa Rica, una alternativa para el sector
Uno de los países más ecológicos del planeta desarrolla, desde hace años, un concepto de viaje integrado con lo natural que se ha convertido en emblema del ecoturismo. La recuperación del sector turístico pasa por implementar modelos sostenibles siguiendo el ejemplo costarricense.
El turismo representa el 10% del PIB mundial, lo que lo convierte en una industria líder a escala global. Casi 300 millones de empleos internacionales están vinculados a este sector, es decir, uno de cada 10 empleados trabaja en él. Al mismo tiempo, el turismo se encuentra sujeto a la lógica de la globalización.
Sin embargo, viajar es más que un producto de consumo, es un recurso y una experiencia necesaria. Un recurso y una experiencia para las personas que les permite abrirse a los demás, encontrarse, comprender el mundo y conocerse a sí mismas. Por eso, jamás se dejará de viajar pero se cambiará la forma de hacerlo.
Es hora de que el sector se reinvente hacia un modelo que acabe con las consecuencias sociales y medioambientales de la masificación. En la nueva realidad, uno de los gestos que más cambiarán es la forma de viajar, Costa Rica se encuentra en una situación privilegiada por todo el camino que ya había recorrido y se erige como modelo del nuevo turismo.
Pionera de la sostenibilidad y el ecoturismo seguro, Costa Rica recibió el premio Campeones de la Tierra, el máximo galardón ambiental de las Naciones Unidas, por su papel en la protección de la naturaleza y su compromiso contra el cambio climático.
Costa Rica ha elaborado un plan detallado para descarbonizar su economía antes de 2050, en línea con el Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Con esta iniciativa, el país espera abrir el camino para que otras naciones frenen las emisiones de gases de efecto invernadero, causantes del cambio climático y sus devastadores efectos. El éxito de Costa Rica al colocar las preocupaciones ambientales en el centro de sus estrategias políticas y económicas es evidencia de que la sostenibilidad es alcanzable y económicamente viable. Por eso, si una de tus prioridades es proteger el planeta, no encontrarás un destino mejor.
¿Por dónde empezar? Costa Rica lo tiene todo: alberga el 6,5 % de la biodiversidad mundial. En este paraíso de poco más de 51.000 kilómetros cuadrados —un poco mayor que Aragón— hay más de 230 especies de mamíferos, 850 especies de aves y 12.000 tipos de plantas. Además, el viajero se encuentra con la calidad de sus maravillosas playas, una temperatura promedio anual entre los 20 y los 27 grados y un modelo de turismo que promueve la economía local y favorece la reinserción de especies animales en su hábitat natural. Estas son algunas de las propuestas para vivir una experiencia única en Costa Rica.
Cultura: Teatro Nacional de San José
Las calles de San José, la capital de Costa Rica, conocida como Chepe, se asoman a bellísimos espacios naturales pero la ciudad es única por sí misma, llena de tesoros. Podemos comenzar en la Plaza de la Cultura, en cuyo lado sur se levanta el edificio más emblemático de San José, el Teatro Nacional. Símbolo de las aspiraciones europeas de la sociedad cafetalera liberal, fue construido a fines del siglo XIX, mediante un fuerte impuesto a la producción cafetalera. Es un edificio de arquitectura historicista de 1897 y se considera uno de los inmuebles más importantes de la historia de Costa Rica y principal joya arquitectónica de la ciudad de San José.
Historia: esferas precolombinas
Las misteriosas esferas de piedra de Costa Rica se hicieron mundialmente famosas por aparecer en la secuencia de inicio de En busca del arca perdida, en la que una de estas reliquias misteriosas rodaba a gran velocidad a punto de aplastar al mismo Indiana Jones. Actualmente, se conoce la existencia de 250 de estas bolas de distinto tamaño -la más grande pesa unas 16 toneladas y mide dos metros de diámetro-, la mayoría concentradas en la región del Delta de Diquís.
Historia: Museo del Jade
Entre la oferta museística de San José destaca el Museo del Jade que exhibe la mayor colección de jade precolombino de América. Muy cerca se encuentra el Parque Morazán, corazón de la vida social y política josefina de finales del siglo XIX y donde se realizaron por décadas las fiestas de fin de año, hasta que se trasladaron a la Plaza González Víquez en 1930.
Cultura: Edificio de Correos
El histórico edificio de Correos y Telégrafos es uno de los más emblemáticos de la capital. Fue concebido por el arquitecto de origen catalán Luis Llach en un estilo neorrenacentista y se terminó en 1917.
Cultura: Mercado Central de San José
El Mercado Central es visita imprescindible en la capital de Costa Rica. Sito en la Plaza Nueva, los puestos tradicionales de alimentos básicos, ropa, accesorios para la casa se combinan con flores y plantas, especias y hasta imágenes y estampas de santos y remedios milagrosos para casi todo. Lo mejor es quedarse a comer y tapear en sus sodas, como en la Cantina El Gran Vicio, la más antigua de Latinoamérica, parada obligatoria para tomar una Imperial bien fría y la soda Tapia, que desde hace 123 años es de obligada visita para saborear un típico casado, rematando con su legendaria ensalada de frutas. Para terminar la centenaria Heladería de Don Lolo Mora.
Naturaleza: refugio de tortugas
En Costa Rica se pueden observar cinco de las siete especies de tortugas marinas que existen en el mundo: las tortugas Lora, Baula, Carey, Verde y la tortuga Cabezona. Todas las tortugas marinas se encuentran en la Lista Roja de Especies en Peligro de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN), y en el Apéndice I (máxima protección) de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, conocida como CITES, donde el comercio de tortugas marinas, así como de sus partes (como el carey) está prohibido a nivel internacional. ¿Dónde? En el Parque Nacional Tortuguero, en el Refugio de Vida Silvestre Gandoca Manzanillo, en el Parque Nacional Marino Las Baulas de Guanacaste, en el Refugio de Vida Silvestre Ostional y en la Estación Biológica Nancite.
Naturaleza: entre el agua y los volcanes
Los volcanes son grandes protagonistas de Costa Rica, que se sitúa dentro del llamado cinturón de fuego del Pacífico que reúne a la mayoría de los volcanes del mundo. En sus cordilleras (excepto la de Talamanca) se localizan 300 edificios o focos volcánicos de los cuales menos del 5% están activos. Entre estos se encuentran los volcanes Orosi, Miravalles, Rincón de la Vieja, Tenorio, Poás, Congo, Barva, Cacho Negro, Irazú Turrialba y Arenal.En la imagen, el río Celeste se halla en el cantón Guatuso de Alajuela, en el Parque Nacional Volcán Tenorio.
Naturaleza: fauna y biodiversidad
En Costa Rica hay más de 230 especies de mamíferos, 850 especies de aves y 12.000 tipos de plantas. El golfo Dulce (en la imagen) es un pequeño fiordo tropical de Costa Rica situado en la costa meridional del país, en aguas del océano Pacífico.
Naturaleza: Parques Nacionales
Cerca del 26% de la superficie del país son espacios protegidos, en total 145. Entre ellos, tres considerados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco: Isla del Coco, Parque Internacional La Amistad y área de conservación de Guanacaste.En la imagen, la península de la Osa, una de las últimas fronteras salvajes del mundo. Rica en fauna, poco poblada, y hasta ahora, con un acceso difícil, la mayor parte de esta área está compuesta por parques nacionales como el Parque Nacional de Corcovado.
Playas: caribeñas y atlánticas
Conocido como un paraíso para los surfistas, Pavones es una pequeña comunidad ubicada a lo largo de la costa sur del Pacífico y alberga algunas de las mejores y más largas olas del mundo.
Playas: paraíso surfista
Playa Avellana cuenta con olas de clase mundial que pueden alcanzar los 5 metros de altura.
Sostenibilidad local: San Gerardo de Dota
Sentado a lo largo de las estribaciones de la Cordillera de Talamanca, el pequeño pueblo de San Gerardo de Dota le sobra la belleza natural. Los viajeros vienen aquí para ir de excursión a través de la naturaleza virgen y ver alguna de la flora y fauna más predominantes de la región.
Cultura: gastronomía, ocio y vida nocturna
Cuando cae la noche, una opción es hacer un recorrido guiado por San José con amantes de esta ciudad. Se trata de Carpe Chepe, empresa que se dedica a mostrar los encantos ocultos o no tan ocultos de esta ciudad que asombra en cada rincón. Entre los locales que hay que visitar está el Café Mundo, con su terraza en una mansión del barrio de Otoya; el Café Kalú, cuya chef Camille Anton prepara platos de fusión; el Café de los Deseos, algo bohemio y muy colorido; el restaurante Grano de Oro situado en el hotel del mismo nombre; o el Park Café, con el chef Richard Neat, estrella Michelin, a sus fogones. Pero la tendencia josefina la forman dos restaurantes con sus correspondientes chefs. Uno es de cocina contemporánea, Silvestre, a cuyo timón navega el chef Santiago Fernández con la pesca artesanal y la agricultura orgánica. El otro es Sikwa, al mando el chef Pablo Bonilla, o lo que es lo mismo, el maestro que está rescatando la comida indígena.
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