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¿Qué es el ‘Outsourcing’?

Muchas empresas están externalizando ciertos servicios, muchos relacionados con la relación con sus clientes para ahorrar costes, aunque en lugar de subcontrata le han dado un nombre en inglés

A todos nos ha pasado. Suena el teléfono. Es un número que no conoces. Pero como estás esperando una llamada, descuelgas; no vaya a ser el fontanero, el mecánico o la chica de la agencia de viajes con el presupuesto solicitado para ese viaje a Costa Rica. Pero, ay, no es ninguna de esas personas: es alguien que llama en nombre de una compañía, normalmente telefónica, para intentar convencerte de que, si contratas lo que está a punto de proponerte, saldrás ganando. ¿Desde dónde llama esa persona? ¿Cómo ha conseguido mi número? ¿Es un trabajador de la compañía telefónica? No: es un trabajador de una empresa subcontratada por aquella. Eso es el outsourcing.
El outsourcing, en resumen, consiste en prescindir de un área de la compañía, ahorrarse el dinero que costaba y contratar ese mismo servicio –a un módico precio, por supuesto– fuera. Externalizarlo. También sucede con los técnicos que acuden a casa a instalarte la fibra: trabajan para subcontratas. O con el informático que mandan para revisar los ordenadores de tu empresa; subcontratado también.

¿Qué es el 'outsourcing offshore'?

En el caso de las llamadas telefónicas, a veces se realizan desde otro país. Eso es lo que se conoce como el outsourcing offshore. Las ventajas de externalizar estos servicios son, como se ha dicho, económicas. Las desventajas, también: el país de origen pierde empleos y muchos de los subcontratados trabajan en condiciones más precarias.
Uno de los sectores en los que más se produce ese outsourcing offshore es el de la informática. Compañías europeas o estadounidenses suelen recurrir a otras en países asiáticos o de América Latina donde el coste de los servicios es mucho más barato, con la consecuente desventaja para los trabajadores.
Los empleados en el país de origen de la compañía, a veces, pierden sus empleos a causa de esta deslocalización encubierta; los de aquellos donde está la empresa subcontratada, hacen una labor por la que no cobran en consonancia con los beneficios que generan.

Las ventajas del 'outsourcing'

Cada vez son más las compañías que recurren a este método para mejorar sus rendimiento. Y es que además del abaratamiento de los costes por la ya mencionada deslocalización -no siempre de carácter internacional- el outsourcing lleva consigo una serie de ventajas aparejadas.
Por ejemplo, permite a la empresa principal ahorrarse la inversión en innovación, de forma que sea la subcontratada quien se centre en desarrollar esta parte del proceso de manera especializada. En línea con ello, los profesionales de la subcontratada, al dedicarse a una actividad más concreta y la misma para varias empresas, también consiguen ofrecer un servicio mucho más especializado de lo que puede llegar a hacerlo un departamento integrado en la principal. A los trabajadores de esta, a su vez, les permite estar más desahogados y mejorar su productividad sin tener que estar con mil frentes abiertos que no se correspondan con sus tareas principales.
Y, por supuesto, a todo ello se suma la flexibilidad que aporta. A través del outsourcing, la compañía principal puede dedicarse a contratar ciertos servicios solo en periodos de tiempo determinados, reduciéndolos o aumentándolos en función de sus necesidades. No es necesario ya mantener un departamento entero cuando no siempre tiene funciones con las que cumplir, sino que estas se acaban desarrollando a demanda.

Las desventajas del 'outsourcing'

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce al decidirse por recurrir a estas subcontratas. Por lo general, los más perjudicados por el outsourcing suelen ser los trabajadores. Más allá de la posible precariedad, los de la subcontrata pueden llegar a sentir que el ente final para el que realizan su labor les es demasiado lejano, disminuyendo su motivación e implicación. Por su parte, los de la empresa principal pueden sentir que se les está apartando de responsabilidades que hayan asumido durante mucho tiempo y consideren propias. En casos extremos, el recurrir al outsourcing puede desembocar el recortes masivos en algunas empresas, haciendo que muchas personas pierdan sus puestos de trabajo.
Pero para las propias compañías también existen ciertos aspectos negativos que se tienen que valorar. Por ejemplo, esa falta de compromiso por parte de los trabajadores subcontratados repercutirá en los resultados. Asimismo, al no ser trabajadores directamente vinculados con la empresa, puede ser que no lleguen a captar del todo el funcionamiento, los valores o pretensiones de la misma. Y esta no podrá corregirlos al no hallarse directamente a su cargo.
Por último, la alta rotación que caracteriza a las plantillas de las empresas de subcontratación, como las de atención al cliente y telefonía a las que aludíamos al principio, revierte en una falta de profesionalización de los empleados, lo que disminuye la calidad del servicio.

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