Coches voladores: pasado, presente y futuro
A simple vista, el coche volador puede parecer un concepto muy moderno. Sin embargo, fue a principios del siglo XX cuando apareció por primera vez. A partir de entonces, la idea del coche volador ha evolucionado hasta convertirse en una realidad.
El coche volador no es un concepto precisamente nuevo. En la famosa trilogía de películas de ciencia-ficción Regreso al Futuro, el adolescente Marty McFly viaja al futuro desde 1985, su época, a 2015, donde se ve que los coches ya pueden volar. A día de hoy, nos damos cuenta que el futuro que mostraba la película y nuestra realidad están bastante alejados, pues las carreteras siguen construyéndose en tierra. Sin embargo, aunque todavía no se han popularizado a nivel comercial, lo cierto es que ya existen automóviles capaces de surcar los cielos desde hace años. De hecho, la idea del coche volador como vehículo de uso doméstico capaz de transportar personas volando o levitando no es precisamente nueva, sino que data de principios del siglo pasado, concretamente de 1904, cuando el escritor francés Julio Verne describió un coche-barco-avión, llamado Terror, en su obra Dueño del Mundo.
Más adelante, y ya fuera del ámbito de la literatura, Glenn Curtis presentó el Autoplane Modelo 11 en la Exposición Panamericana de Aeronáutica celebrada en Nueva York. Este modelo nunca consiguió alzar el vuelo, pero sí que sentó las bases para lo que llegaría después. De hecho, ya en la década de 1920 se habían registrado unas ochenta patentes para diferentes clases de coches voladores en la oficina de marcas y patentes de Estados Unidos. La gran mayoría de estas ideas no acabaron llevándose a cabo, pero hubo alguna que sí que llegó a la etapa de pruebas. Así, en 1921, el Tampier Roadable se presentó en el Salón del Aire de París, llegando incluso a realizar un recorrido de dos horas sobre la ciudad.

Regreso al futuro
Accidentes aéreos
En 1947, tuvo lugar el que se conoce como el primer accidente por parte de un coche volador: el ConvAirCar, un automóvil con carrocería de fibra de vidrio, alas y un motor en la parte superior ideado por el diseñador estadounidense Henry Dreyfuss, se estrelló en su vuelo de prueba, eliminando así toda posibilidad de producirlo para su venta al público. Este fue el primer accidente aunque, por desgracia, no el último. En 1953, Leland Bryan, diseñador de la compañía Buick, despegó con su Autoplane, capaz de alcanzar los 105 km/h gracias al motor trasero que montaba. Bryan murió años después al estrellarse en una versión posterior del modelo. Henry Smolinski, por su parte, murió en 1973 cuando un Ford Pinto al que él mismo le puso alas se estrelló en su vuelo inaugural.
En la actualidad...
Como ya hemos dicho, el uso y funcionamiento de este tipo de vehículos aún no está generalizado. Sin embargo, se espera que los coches voladores lleguen a las grandes ciudades en pocos años y acaben dominando los cielos urbanos en dos décadas. Además, en este campo no solo entrará el transporte de personas, sino también el de mercancías, sumándose empresas de reparto y otras compañías al negocio. De hecho, lo más probable es que, en vez de que el usuario pueda comprar y pilotar un coche volador, la industria avance hacia la era de los taxis voladores como drones autónomos que transportarán personas de un lugar a otro. Con esta idea de futuro en mente, muchos son los fabricantes que ya se han sumado a la carrera por conseguir dominar el cielo. No obstante, aún queda mucho camino por recorrer, aún quedan años para que podamos ver nuestras ciudades como Marty McFly las vio en su particular 2015.