El nuevo Opel Mokka fue presentado en su variante eléctrica, denominada Mokka-e. Esta era una declaración de intenciones por parte de la firma, que demostraba así uno de los puntos fuertes de este SUV compacto: la variedad en sus sistemas de propulsión. La incorporación de la firma alemana al grupo PSA les ha permitido aprovechar la plataforma CMP, que se adapta a la gasolina, el diésel y la electrificación. Por ese motivo, más que por cualquier otro, tiene sentido la aparición del Mokka cuando ya existe una alternativa tan parecida como el Opel Crossland. Sin embargo, este otro todocamino de cotas muy similares, prioriza la modularidad y habitabilidad, mientras el recién llegado lo hace por el diseño y el divertimento al volante.
Ambas opciones Opel miden 4,15 metros de largo por 1,79 ancho y 1,53 m de alto, con una distancia entre ejes de 2,55 metros. Rivalizan en el mercado con opciones como el Volkswagen T-Roc, Mazda CX-3 o Fiat 500X, con los que los compararemos durante la prueba a continuación. La parte emocional es clave en la decisión de compra de un vehículo, por lo que el diseño y la afinidad serán definitivas y un arma en el caso del Mokka de nueva hornada. No así en el modelo anterior, más anodino, atemporal y homogéneo a propuestas clásicas como la del T-Roc.
Durante la presentación pudimos conducir la variante 100% eléctrica y brevemente la opción gasolina de 130 CV. La primera de ellas incorpora un bloque de 100 kW, lo que son unos 136 CV, y ofrece una autonomía homologada de entre 300 y 332 kilómetros. Sus datos no son nada desdeñables, con una aceleración de 0 a 50 km/h en 3,7 segundos. Como nos quedamos con las ganas de exprimir el bloque térmico nos lo llevamos para una prueba en profundidad, utilizándolo como lo haría un cliente al uso. Solo así, utilizándolo en nuestro día a día, pudimos encontrar sus puntos fuertes y débiles para, finalmente, recomendarlo a aquellos que busquen un coche diferente, ágil y fresco. Si quieres saber si encaja contigo, sigue leyendo la galería.
Diseño más moderno
Durante los últimos años el conformismo en las líneas de los SUV’s era evidente. La gran mayoría de marcas optan por siluetas de carácter marcado, líneas muy rectas y siluetas contundentes. El nuevo Mokka va un paso más allá, sin ser revolucionario pero sí acertado. De este modo plantean algo distinto al Crossland.
Para el público joven
La modularidad del Crossland ha encajado a la perfección con las necesidades de las familias pero faltaba conquistar a un comprador más pasional. Con el Mokka atacan directamente a ese segmento, acostumbrado a optar por opciones más convencionales y de gran tirada.
Opel Vizor
El nuevo frontal Opel Vizor se llevó más de una mirada a nuestro paso. Tal como comenta la propia firma, han querido rendir homenaje al mítico Opel Manta de los años 70 y 80’s pero con la dosis de tecnología actual. Por ese motivo, encontraremos los grupos ópticos LED de serie.
El GS Line sí o sí
A los apasionados al motor las letras GSI nos recuerdan a diversión, velocidad y prestaciones. Era la nomenclatura utilizada para las variantes más potentes de hace más de treinta años, motivo por el que lo utilizan ahora como símbolo para sus versiones de estética racing. El modelo probado contaba con este pack que, para nosotros, es ideal.
Minimalismo como estilo
La simplicidad va ganando terreno en los interiores de los coches, que cada vez requieren de menos botonería al incluir pantallas de gran calidad y usabilidad. El Opel Pure Panel, como llaman al salpicadero, pretende elevar al conductor como protagonista de la experiencia, algo que notas nada más sentarte en el asiento y ver las pantallas panorámicas de 12 pulgadas (central) y 7 o 10 de instrumentación.
A lo digital
Las pantallas pasarán a formar parte de nuestra circulación y conexión con el coche. Algunas firmas optan por cederles todo el protagonismo, como el nuevo Kia EV6 eléctrico, otras prefieren integrarlo de manera más natural en el salpicadero. Eso sí, la sensación envolvente es excelente en el Mokka, sobre todo por la manera en la que se enmarca con la decoración.
Conectarse sin problema
Llevamos nuestra agenda, cámara, micrófono y teléfono en un mismo dispositivo, que tampoco queremos perder de vista mientras conducimos. Por suerte, la conectividad está asegurada en el nuevo Mokka y la navegación por la pantalla central es realmente intuitiva. Además, me gusta que hayan dejado los comandos de climatización con botonería, un clásico que no despista tanto de la carretera.
Espacio para aventuras
El modelo probado, que monta propulsor 1.2 tricilíndrico, tiene un maletero de 350 litros de capacidad. En el Opel Crossland, su mellizo, encontramos 410 litros de espacio pero, en función de nuestras necesidades, no necesitaremos tanto. Con el maletero del Mokka podremos viajar, con amigos o familia, sin problemas.
Al volante del GSI
Como bien decía, las siglas GSI son evocadoras para la generación de aficionados a los compactos. El modelo probado incluía el paquete GSI Line que, si bien no es la denominación utilizada para los modelos prestaciones, sí le aporta un toque deportivo y juguetón a su carrocería.
Motor cumplidor
El motor probado es el 1.2 Turbo de 3 cilindros que rinde 130 CV. Puedes optar por una motorización menos potente, de 100 CV, pero te animo a no quedarte con las ganas de ese extra empuje. Su asociación con el cambio automático de ocho velocidades es excelente, con cambios apenas perceptibles y un modo Sport bastante activo. Su consumo al finalizar la prueba fue de 6,1 l/100 km, muy cercanos a los 5,9 l/100 km homologados por la firma y correctos para los trayectos realizados.
Conclusiones y precio
El Mokka gasolina de 130 CV me parece una de las opciones más equilibradas, divertidas y desenfadadas del mercado actual. Si te gusta marcar la diferencia pero te has enamorado de las carrocerías SUV, este recién llegado puede encajar contigo. El precio de la unidad probada parte de los 27 229 euros, con cambio automático y acabado GS Line.
Sensación de calidad
La sensación de acogida es muy buena en el Mokka, superior a la que encontramos en algunos rivales como el T-Roc del que hablamos. Eso se debe, en gran parte, al trabajo que realiza la marca en los asientos, marcándose el objetivo de hacerlos realmente confortables y ergonómicos. Es muy fácil encontrar tu posición de conducción ideal.