¿Cómo se crea un icono de la cultura popular de la talla de Superman? ¿Qué condiciones o inspiración divina debe darse para que nazca un superhéroe? En el arte (sí, el cómic es el noveno arte), pocas cosas son fruto de la casualidad. Hoy en día no se hablaría de personajes que surgieron, en algunos casos, hace siglos si no es porque tienen algo especial que los salva del olvido.
No hablamos de esa divinidad propia de los dioses y héroes de la Grecia Clásica como Hércules que los superhéroes de cómic conservan ni de los poderosos valores que simbolizan (fuerza, justicia, bondad, valor…) y que tan fácilmente calan en el ser humano. Igual que, cuando uno es niño, puede identificarse con personajes como Caperucita Roja o Robin Hood, seguirá viéndose reflejado en otros más complejos conforme crezca y llorará con la dura vida de Scarlet O’Hara o se alegrará cuando Jim Hopkins abandona la isla del tesoro siendo más rico que antes.
Hay personajes, incluso esos que visten capas y mallas y que algunos acusan de arquetípicos planos, que acudieron a una llamada de auxilio que nadie había hecho y aparecieron en el momento exacto en que eran necesarios. Por supuesto, han tenido que actualizarse de vez en cuando y no siempre han brillado con la misma fuerza, pero aún se puede sentir la razón de ser de estos héroes.
El cómic como tal se popularizó a finales del siglo XIX a través de breves tiras de viñetas que se publicaban en los periódicos y las revistas y que solían girar en torno a una lección moral con la que se concluía. Su buena recepción hizo que las historias se alargaran y empezaran a tomar forma de folletines, como si de los capítulos de una novela se tratase. Las lecciones morales estaban ahí pero la trama cada vez tenía más peso, surgiendo los cómics de aventuras con temática western o de piratas y, por fin, los cómics de superhéroes.
Esta subcategoría ha pasado por sus altibajos, como todo, pero ha resultado ser una de las más exitosas y populares dentro del noveno arte. Sus personajes, aunque han traspasado las viñetas y las páginas de papel, mantiene intacta su esencia tanto tiempo después.
Superman y el sueño americano
Obra de Jerry Siegel y Joe Shuster, el último hijo de Krypton tuvo su primera aparición en 1938. Sus dos creadores eran judíos hijos de inmigrantes europeos que habían llegado a los Estados Unidos en busca de una vida mejor, en busca del sueño americano. La idea de que un alienígena (alguien que viene de fuera) llegase a los Estados Unidos, fuese aceptado por la sociedad, encontrase su camino y además pudiera prestar un servicio a la comunidad parecía cumplir un deseo de los jóvenes creadores y actuar como referencia.Superman era el hombre perfecto, representante de unos valores que los estadounidenses consideran inherentes a su país y a su bandera (“truth, justice and the american way”) y por lo tanto capaz de inspirar a los cientos de miles de inmigrantes recién llegados al país. Además, en sus primeros cómics se encargaba de detener a banqueros avaros y políticos corruptos, lo que también le convertía en el guardián de la gente de bien.
Batman en la Gran Depresión
Imagen: DC Comics.Nacido en 1939, podría haber sido muy distinto si Superman no hubiera llegado antes que él. El buenrollismo y la idílica realidad que representaba el hombre de acero ya estaban ocupadas, por lo que el mundo de Batman tendría que ser la sombra del de Kal-El, la otra cara de la moneda en que vivía la sociedad estadounidense.A finales de los años 30, las consecuencias del Crac del 29 y la Gran Depresión seguían notándose y la dañada población se agrupaba en ciudades cada vez más saturadas como Chicago o Nueva York. Eran los años posteriores a la Ley Seca, cuando la mafia seguía teniendo el control y los índices de criminalidad se elevaban por encima de las nubes. Superman estaba demasiado ocupado salvando a Lois Lane o al presidente y no podía ayudar a esa familia que era atracada cuando volvía a su casa. Superman no estaba allí, pero Batman sí.En sus orígenes, el caballero oscuro se encargaba de limpiar los bajos fondos de la gran ciudad y transmitía un mensaje de seguridad a la población. Por el día tenían luz y a Superman y cuando caía la noche seguían protegidos contra la realidad que nadie quería ver pero que, sin embargo, ahí estaba, acechando.
Capitán América y la Segunda Guerra Mundial
Para 1941, aun cuando había apoyado a Gran Bretaña desde el estallido de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos seguía sin involucrarse en el conflicto bélico. En marzo de ese año dos jóvenes judíos (Joe Simon y Jack ‘the King’ Kirby), preocupados por el avance alemán y la pasividad de los estadounidenses, publicaron el primer número del Capitán América con Timely Comics, editorial predecesora de Marvel Comics. Su portada transmitía un mensaje muy claro, ya que mostraba al Capitán América propinando un gancho de derecha al mismísimo Adolf Hitler.El personaje creado por Simon y Kirby era la materialización de un grito que no había sido escuchado hasta entonces. Como miembros de la religión judía y siendo conscientes de la situación que se vivía en Europa, pretendieron movilizar a la población estadounidense para que apoyase su participación en la guerra y para ello personificaron los supuestos valores patrióticos norteamericanos en un superhéroe con escudo.Si bien fue el bombardeo a Pearl Harbor lo que hizo que Estados Unidos se uniera a la guerra, la historia del Capitán América se convirtió en un fenómeno durante el conflicto, multiplicó sus ventas y no era raro ver a soldados en el frente leyendo sus cómics. El simbolismo que sus creadores querían darle llegó tarde pero llegó y se ha repetido en innumerables ocasiones.
Wonder Woman, las mujeres se unen a la lucha
Imagen: DC Comics.Fue también en 1941 cuando el psicólogo William Moulton Marston creó a la primera superheroína de la historia. Con un mensaje profundamente feminista, la princesa amazona transmitió un mensaje de fuerza e independencia para todas las mujeres del país. Su máximo esplendor llegó en torno a 1944, cuando muchos hombres estaban combatiendo en Europa y eran las mujeres las que habían tomado las riendas del país ocupando sus trabajos y responsabilidades.Wonder Woman no solo tenía su propia historia, sino que ella era la protagonista y quien rescataba al hombre del peligro (en algunos casos de los alemanes en el frente) y animaba a las mujeres, pequeñas y mayores, a asumir un mayor papel en la sociedad del que se les había dado. Por desgracia, la situación cambió tras la guerra y los años 50 convirtieron a la princesa guerrera en una damisela en apuros que se preocupaba de estar bien peinada y guapa para su hombre. Este cambio provocó una caída de ventas y Wonder Woman acabó recuperando su actitud luchadora original.
Iron Man en Vietnam
Imagen: Marvel Comics.1963. Stan Lee, Larry Lieber, Don Heck y Jack Kirby conciben al multimillonario Tony Stark. Si bien en un principio era un personaje diseñado para historias en las que se profundizase en el conflicto de la Guerra Fría y las nuevas tecnologías (con un toquecito de propaganda anticomunista), la intervención estadounidense en Vietnam le daría una vuelta de 180 grados. En los cómics, Tony Stark se encuentra en el país asiático vendiendo armas cuando es herido y secuestrado por una guerrilla comunista. Tendrá que usar su ingenio y su poderío americano para construir una armadura robótica con la que escapar y convertirse en un nuevo gladiador de los valores estadounidenses.Esa era la concepción original del personaje, cuando los primeros marines estaban desembarcando en Vietnam y la sociedad apoyaba la guerra como parte de su deber por frenar el terror rojo. Pero los meses pasaban y lo único que llegaba de Vietnam era ataúdes y mentiras del gobierno. Así, Iron Man acabaría por ver el dolor que provoca la industria armamentística y pasaría a ser un ejemplo de redención, de corrección de los propios errores. Tony Stark encarnaba el rechazo a la violencia que gran parte de la sociedad estadounidense enarbolaba a finales de los 60.
Black Widow y los juegos de espionaje
Imagen: Marvel Comics.En abril de 1964 Marvel puso en el camino de Iron Man un personaje, como poco, interesante y que crecería mucho más de lo que sus propios creadores probablemente imaginaron en un principio. Aprovechando el auge de la Guerra Fría, el miedo a los soviéticos y los manejos en las sombras que agentes de la KGB y de la CIA llevaban a cabo por medio mundo se presentó a los lectores a Natasha Romanoff (AKA Viuda Negra), una espía soviética que encarnaba ese papel de femme fatale y que daría más de un quebradero de cabeza a Tony Stark y a los agentes de S.H.I.E.L.D. Romance con el circense delincuente Ojo de Halcón aparte, la de Viuda Negra iría desarrollándose como personaje y, con el tiempo, formaría parte de los Vengadores y de S.H.I.E.L.D. en un posible intento de rebajar el tono anti-soviético con el que nació.La peculiar situación que se vivió durante la Guerra Fría y los constantes cambios y avances a los que se llegaba dieron mucho juego a los creativos y Marvel supo sacarle un grandioso provecho al atractivo que las historias de espías, esa fantasía tan próxima a la realidad en muchos casos, tenían gracias a la Viuda Negra.
Los 4 Fantásticos, la primera súper familia
Imagen: Marvel Comics.Este caso particular es especialmente interesante y no solo por su momento histórico, sino por lo que significó para Marvel y el mundo del cómic de superhéroes. Empecemos por el contexto social: en abril de 1961 el cosmonauta soviético Yuri Gagarin se convertía en el primer ser humano en viajar al espacio y en mayo de ese mismo año, menos de un mes después, Alan Shepard imitaba (a su manera) esta hazaña siendo el primer estadounidense que salía de la Tierra. El debate sobre los efectos que una visita espacial podían tener en el ser humano estaba de purísima actualidad y la divagación sin fundamento hizo que surgieran todo tipo de locas teorías. Jack Kirby y Stan Lee cogieron esta incógnita y la usaron para crear a su primer grupo de superhéroes, unos astronautas que adquieren poderes cuando entran en contacto con unos rayos cósmicos.La otra historia que merece ser contada es la de Kirby y Lee en el momento en que idearon a Los 4 Fantásticos. La compañía estaba en una muy mala situación económica, publicando sus historias a través de un acuerdo con DC Comics y a punto de ser vendida cuando su propietario, Martin Goodman, animó a Stan Lee y Jack Kirby a crear una última historia sin ningún tipo de línea roja. Lee, que estaba pensando en dejar el mundo del cómic para intentar ser escritor de novela, aceptó la propuesta y creó con Kirby a su primer grupo de superhéroes que no eran simples compañeros, sino que actuaban como una familia y dejaban ver su vida entre misión y misión. El éxito fue inmediato y las ventas se dispararon hasta tal punto que Stan Lee bautizó su nueva creación como “el mejor cómic del mundo”.En Los 4 Fantásticos fue donde Lee y Kirby añadieron otro elemento muy novedoso en el mundo del cómic: la Cosa, un personaje que estaba más cerca de una monstruosa criatura que de un hercúleo héroe. Su aspecto, su fuerza y su trauma personal conquistaron al público y sirvieron como precedente directo del Increíble Hulk, una versión con origen atómico muy parecida a la Cosa.
Thor, el dios sobre el puente arco iris
Imagen: Marvel Comics.El año era 1961 y Stan Lee le propuso a Marvel Comics crear una historia en la que su protagonista fuese nada menos que Jesucristo. Esta se rechazó inmediatamente porque pensaban que no sería bien acogida, pero la idea de hacer un cómic sobre un dios quedó rondando en su bigotuda cabeza y, si a esto se suma la afición de Jack Kirby por la mitología y su habilidad para crear mundos fantásticos, ¡voilà! Al año siguiente nació Thor.En los 60 se vivió el momento álgido del movimiento hippie, que había popularizado enormemente las culturas antiguas y el mundo del misticismo y la fantasía. Así, una readaptación de las leyendas vikingas en su versión extremadamente colorida resultó una apuesta segura para los intereses de ese momento. A esa fantasía basada en las creencias nórdicas se le suma el tono de space opera psicodélica que Stan Lee y su equipo concedieron al señor del trueno y las melenas rubias. Además… era la época del LSD y otras drogas que podrían haber “inspirado” la creación de Asgard y compañía.
X-Men contra la segregación racial
Imagen: Marvel Comics.Los 60 fueron una etapa de crecimiento y desarrollo para Marvel Comics. Tras el éxito que habían tenido los 4 Fantásticos (1961), la casa de las ideas decidió formar un nuevo equipo de superhéroes que, en lugar de haber adquirido sus poderes, hubieran nacido con ellos. Así surgieron en 1963 los X-Men (Patrulla X en España), un comando de mutantes que usan sus habilidades especiales para ayudar a la gente aun cuando estos les devuelven el favor con miedo y rechazo.En Estados Unidos, el movimiento por los derechos civiles tomaba fuerza desde su nacimiento en 1958 y Stan Lee y Jack Kirby vieron en su última creación una metáfora perfecta con la que denunciar el racismo y el odio irracional contra aquellos que son diferentes. Así, los X-Men se convirtieron en un alegato encubierto por la igualdad que iría in crescendo y perduraría hasta la serie animada de los 90 y las películas de los 2000.
Black Panther, el primer héroe negro
Imagen: Marvel Comics.La lucha contra el racismo de Marvel no vino solo de un frente, sino que realizaron una ofensiva a gran escala muy bien coordinada. En 1966 se introdujo al primer superhéroe afroamericano de la compañía, Black Panther, y se hizo nada menos que dando una paliza a los 4 Fantásticos (cabecera icónica de Marvel donde las haya). Aunque el nombre solo coincidió con el del Partido Pantera Negra para la Autodefensa por casualidad, el personaje era un claro ejemplo de empoderamiento para las personas de color.Malcolm X había sido asesinado en 1964 y en 1966 el mensaje de Martin Luther King Jr. calaba cada vez más hondo en la sociedad. La importancia de Black Panther era mucho más profunda que el simple hecho de que fuera una persona de color; lo destacable era la situación en la que lo colocaban. Marvel creó un personaje que no solo era rey de una nación africana que respetaba sus raíces y costumbres, sino que también regía una sociedad rica, tecnológicamente avanzada y autosuficiente que hacía sentir envidia incluso a Míster Fantástico.
Falcon, el amigo afroamericano de América
Imagen: Marvel Comics.De la mano de Stan Lee y Gene Colan surgió también Falcon, el otro gran luchador de Marvel contra el racismo, en 1969. Si Black Panther era símbolo de empoderamiento y estatus para la comunidad negra (tal vez más cercano a las ideas de Malcolm X), Falcon representaba la igualdad, cooperación y convivencia pacífica (próximo a las ideas del entonces recién fallecido Dr. King).El origen de Falcon tiene un potente simbolismo: es engañado por Cráneo Rojo (antiguo líder nazi) para pelear contra el Capitán América pero ambos se dan cuenta del engaño y se alían. Desde ese momento pasaría a ser un compañero habitual del hombre del escudo estrellado, pero lo curioso es que no se le puede calificar de compinche (‘side-kick’) ya que se mantenía como un héroe independiente que, aun ayudando al Capi, se alejaba del papel de protegido que sí tenía Bucky Barnes. En más de una ocasión llegaba a llevarle la contraria al supersoldado, una imagen muy poderosa teniendo en cuenta que el Capitán América era un icono estadounidense.
Nómada y el caso Watergate
Imagen: Marvel Comics.Y seguimos con Steve Rogers. El que fue el primer gran héroe de Marvel tiene una carrera larga y compleja que le ha dado la oportunidad de ir cambiando y creciendo, alejándose de ese personaje patriótico y plano que las circunstancias de 1941 le exigían. El cambio más importante se produjo en 1974, cuando en un arco argumental el Capitán América descubría que el presidente de los Estados Unidos era el líder de una asociación terrorista llamada Imperio Secreto y, habiendo perdido la fe en su país, abandonaba su identidad de Capitán América y se convertía en Nómada, un héroe sin patria.En agosto de ese mismo año, y tras un constante flujo de escándalos, el presidente Richard Nixon presentaba su dimisión por haber mentido ante el Gran Jurado de los Estados Unidos. Los periodistas del Washington Post Bob Woodward y Carl Bernstein llevaban destapando una inmensa trama de espionaje político y sabotajes contra el Partido Demócrata que subían por toda la jerarquía de los republicanos y llegaban hasta el mismísmo Nixon. El caso Watergate tambaleó los principios de la democracia estadounidense y generó un sentimiento de desilusión y rechazo hacia las instituciones del país que Marvel supo plasmar al despojar a su superhéroe de ese patriotismo que le caracterizaba.
V contra Thatcher
Imagen: DC Comics.En 1981, cuando Margaret Thatcher llevaba en el poder dos años, Alan Moore concibió las primeras escenas de V de Vendetta, otro ejemplo de la abrumadora genialidad del autor. En él, Moore describe una Gran Bretaña que ha caído bajo el fascismo tras un invierno nuclear; una dictadura brutal que reprime y asesina con total impunidad y en la que homosexuales, disidentes políticos o creyentes de religiones distintas a la establecida por el partido son llevados a campos de concentración donde se experimenta con ellos y luego se les ejecuta.En su primera edición de V de Vendetta, Alan Moore escribió esto en la introducción: “Ahora estamos en 1988. Margaret Thatcher comienza su tercer mandato y lidera sólidamente un Partido Conservador hacia el próximo siglo. (…) en la prensa circula la idea de campos de concentración para los enfermos de SIDA. La nueva policía antidisturbios lleva visores negros, como sus caballos, y sus furgonetas transportan videocámaras giratorias en sus techos. El gobierno ha expresado su deseo de erradicar la homosexualidad, incluso como concepto abstracto. Y uno se pregunta qué nueva minoría será atacada legalmente después”.
Deadpool, hijo del grunge
Imagen: Marvel Comics.Viajamos al año 1991. La música contestataria de Nirvana triunfaba entre los miembros de la Generación X, jóvenes desilusionados con la sociedad y el mundo que les tocaba heredar de sus padres y que querían romper con todo. Ante este nuevo público inconformista, Marvel recurrió al artista Rob Liefeld para presentar un nuevo personaje que encajase con los fans de Kurt Cobain y su ocurrencia lo cambió todo.Deadpool, un mutante inmortal que trabaja como mercenario y cuyos cómics están plagados de violencia, sexo y humor negro. Este antihéroe desechaba todas las normas de cortesía con historias tan absurdas como gamberras, con la suficiente cantidad de elementos políticamente incorrectos y un tono sarcástico y crítico que consiguió derribar las defensas de la Generación X. El mercenario bocazas se convirtió en un éxito rotundo, un zumbado que rompía la cuarta pared para decirle a la cara a sus nuevos lectores lo mal que estaba el mundo.
Ms Marvel contra la islamofobia
Imagen: Marvel Comics.En 2013, la adolescente hija de paquistaníes Kamala Khan se convertía en la nueva Ms Marvel y protagonizaba una serie propia que ganó el Premio Hugo a Mejor Historia Gráfica en 2015. Si bien las mujeres habían ido ganando protagonismo y perdiendo ese elemento de objeto sexual del que todavía se abusaba en los primeros 2000, Marvel quiso ir un paso más allá al introducir a su primera protagonista de religión musulmana.Al igual que había pasado en los 60 con la comunidad negra, esta Ms Marvel tumbaba barreras y rompía prejuicios en un país en el que la islamofobia tenía más presencia de la deseada. Marvel consiguió crear historias en las que el factor religioso se incluía en la trama sin chirriar ni estar porque sí, sino que se añadía como otro de los rasgos del personaje que le hacían crecer y tener mayor profundidad (al igual que pasaba con los problemas típicos de cualquier adolescente con poderes). Kamala Khan demuestra que el cómic sigue siendo un medio para ayudar a que la sociedad avance.
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