Volkswagen California, el nuevo concepto de la zona de confort
Cuatro mil doscientos ochenta y tres kilómetros, exactamente, es la distancia recorrida durante un mes con la Volkswagen California por España y Portugal. Bienvenidos a una gran experiencia.
Comenzar este artículo es tener que decidir qué camino tomar: el racional, y os describo el coche con sus más y sus menos; o me voy a lo emocional, y os detallo paso por paso lo que se siente tras convivir con una California durante un mes y realizar más de cuatro mil kilómetros.
La decisión: mezclar todo y a ver que sale. Por un lado os contaré cómo ha sido mi experiencia personal y luego os contaré detalles técnicos.
Muy importante es poneros en antecedentes y deciros que lo más cerca que he tenido en mi vida una caseta de campaña es como mínimo cien metros. También he de deciros que cuando comencé esta aventura comenzó como todas las pruebas, recogiendo el coche en el concesionario. En este caso solicite que en la entrega fuesen muy escuetos y que me diesen las mínimas explicaciones, así le añadíamos más emoción a la aventura.
Esta profesión, a la que me siento un verdadero privilegiado de poder pertenecer, nos da momentos excepcionales. Increíbles destinos, hoteles de ensueño, restaurantes donde soñarías con celebrar el mejor aniversario, etc.
Todo eso no es real; simplemente pertenece a una puesta en escena donde los grandes fabricantes buscan que el escenario este a la altura de sus novedades. Eso me hizo dar vueltas y aunque os aseguro que este gremio reboza de profesionalidad y no existe hotel ni restaurante que desvíe una crónica de la profesionalidad, deseaba ir a la realidad.
Para ello había que ponerse en la piel de un comprador de la Volkswagen California. ¿Cómo hacerlo? Pues muy simple. Solo teníamos que variar las tradicionales vacaciones y, como he repetido hasta la saciedad, había que salir de la zona de confort.
Es emocionante a la vez que inquietante proponerte dormir en la cama que está situada en el techo de un coche y que en el momento de la salida medio sabes cómo se abrirá.
Pero antes de comenzar con la aventura voy a explicaros cómo es la nueva California y qué armas nos ofrece para poder adaptarse a diferentes situaciones.
¿Qué Volkswagen California llevamos?
Elegimos la más equipada: la California Ocean. Existe otra edición, la Beach, para los que buscan un vehículo más para el ocio local.La Ocean dispone doble cama debido al sistema retráctil del techo, ducha, nevera y cocina. El motor que lleva el coche con el que haremos la prueba es un 2.0 TDI Bluemotion con Primera etapa Madrid-Vigo. Caballos y tracción delantera. Sus medidas son de 4,90 metros de largo por 1,90 metros de ancho y una altura que deberéis tener en cuenta en el acceso a los parking de 1,99 m.
Primera Etapa: Vigo
Una vez recogida la California y tras superar las primeras emociones de verte con una casa rodante a tu espalda por primera vez, navegador y... ¡rumbo a Vigo!Lo primero que me llama la atención la capacidad de poder diseñar un verdadero apartamento rodante en el espacio de una furgoneta de casi cinco metros de largo por casi dos de ancho.En esta primera etapa usare la California como un mero vehículo de transporte durmiendo en un Hotel. Tras cuatro días, mi primera conclusión: el coche es increíblemente confortable para viajes largos debido al gran espacio en las plazas traseras y al diseño de las delanteras.Estas últimas cuentas con dos reposabrazos cada una y, aunque parezca una simpleza, es un muy buen compañero de viaje.He de deciros que este modelo dispone de cinco plazas principalmente debido a todo lo que lleva además. Una vez concluidos los primeros seiscientos kilómetros, concluyo muy satisfecho con el consumo medio (unos siete litros y medio) quedándonos con el sabor de que este primer capítulo: estamos trasladándonos en un verdadero turismo.
Segunda etapa: Baiona
Abandonamos Vigo y tras una reflexión con migo mismo, decido realizar una parada diurna para realizar un primer acercamiento con toda la infraestructura interna. No quiero caer en lo simple, sino que voy a intentar encontrar un equilibrio entre la información contrastada del uso así como de un tono más cordial para adecuarme al momento real en que podáis necesitar esta información.En este primer despliegue me centro en la infraestructura externa. Abro primero la cama y para ello, a través de un cuadro de control que está en el centro superior del parabrisas delantero y siguiendo las instrucciones del fabricante, lo abro fácilmente.Simplemente acciono primero el botón izquierdo de apagado y encendido y posteriormente en el botón derecho procedo a girarlo hasta que aparece en la pantalla: techo.Pulso el botón que he girado y vuelvo a buscar la opción abrir pulsándolo ahora hasta su total apertura. Encima de las plazas delanteras existe una trampilla corrediza que abriremos una vez expandido en su totalidad el techo.El truco que os puede valer en esta acción es que si en algún momento de la apertura se para será debido al vacío que se crea en el interior de la cama y con abrir y cerrar un poco la trampilla de acceso podremos seguir sin ningún problema la apertura. Una vez abierta la cama comienzo con el toldo.Debajo de las plazas traseras encontraremos un cajón central además de uno más pequeño y además de una maneta que nos permitirá posicionar estas a la altura de los carriles deslizantes que deseemos.En el interior del central encontraras la maneta para expandir de una forma manual el toldo. Fácilmente lo lograrás encontrando dos patas en la cabecera del toldo que te ayudaran a conseguir estabilidad. Luego procedo a buscar la mesa de la terraza que me la encuentro en el interior de la parte trasera y accionando un simple botón se desprenderá y ya la tendrás lista para comenzar a disfrutar la terraza.Busco las dos sillas que se que trae el coche en un departamento que se encuentra en el borde final de la puerta trasera. Tremendamente práctico y además, sencillo, ya que con la apertura de una simple cremallera que acota todo el borde superior del ancho del portón encontramos encajadas dos sillas: por si alguien se lo pregunta, no producen ningún tipo de ruido durante los viajes.Me quedaba montar la ducha pero tras sopesar el tiempo que me quedaba por delante para poder lograr llegar donde decido recoger velas y comenzar el camino hacia la siguiente etapa.
Tercera etapa: Cascáis
No os he mencionado anteriormente que antes de salir de Madrid me baje en el móvil una APP que me sirvió de una ayuda incalculable y sobre todo en esta etapa. Esta APP (de la que no os digo el nombre ya que existen bastante y no quiero condicionaros) nos informa de dónde podemos estacionar y pernoctar.Con esta herramienta en encamino hacia Cascáis. Una vez abandonado el primer destino paro a almorzar en Valenca (Portugal). La ciudad amurallada me atrapa más de lo previsto. Con un par de horas de retraso retomo la carretera con el destino previsto. A veces en agosto llueve, hace frio, hace viento. Pues bien, ese día de agosto pasaba todo y de todo. Y con la inquietud de lo que aportaban de más las inclemencias del tiempo, decido seguir con el plan previsto para la primera noche: dormir en un estacionamiento.Tras unas cuatro horas en carretera llegamos a destino. El lugar, una playa surfera que se encuentra a la entrada de la ciudad y muy cercana de la famosa “Boca del Infierno “(un acantilado con forma de arco que da acceso al interior del mismo). El tiempo a la llegada fue acorde con el resto del día, nada apacible. El viento y la lluvia se mezclaban. La decisión fue seguir con el plan y ver el comportamiento de la California en una situación muy adversa. Como precaución posiciono el coche entre dos caravanas de grandes dimensiones reduciendo así el castigo de las inclemencias del temporal que azotaba la costa portuguesa.Sin salir al exterior abrimos la cama y, lógicamente, con la incomodidad que produce el viento y la lluvia dormimos. El agua se mantuvo fuera y, aunque dormimos perfectamente, la elección para mí en estas situaciones es utilizar la cama que surge de la transformación de las plazas traseras ya que la chapa nos protegerá siempre más que el tejido de las paredes que surge cuando expandimos la cama.Y como siempre sale el Sol, el amanecer nos regaló uno a la altura del comienzo del mes de agosto y nos invitó a arrancar y poner en marcha en plan para llegar al siguiente destino.
Siguiente etapa: Faro (Portugal)
Versatilidad es sin duda la cualidad que para mí reina en este coche. Estoy seguro de que algunos lectores estarán pensando que la Volkswagen California no es el vehículo ideal para unas vacaciones convirtiendo el coche en apartamento. No perdáis el prisma de donde nos situamos. Estamos ante un vehículo de cinco metros con las limitaciones que ello conlleva y no destinado a clientes que buscan una casa portátilCapaz de ofrecer una versatilidad útil y divertida, se comporta como un vehículo en los desplazamientos largos, es capaz de convertirse un mini apartamento para dormir y, como veremos más adelante, es una herramienta increíble para disfrutar jornadas diurnas. Dicho esto, comenzamos esta jornada conociendo ciudades como Cascáis, Estoril o Portugal. Una vez terminados los paseos turísticos, ponemos destino al sur de Portugal, concretamente Faro. Aquí buscaba otra experiencia eligiendo como base para la noche un camping de enormes dimensiones, casi como una ciudad.
Quinta etapa: Jerez
Una vez culminada la jornada portuguesa pongo rumbo a Jerez para hacer una parada especial. Aprovechando un evento familiar decidimos abrir alas en una de las más míticas fincas de este rincón gaditano: "Dehesa Bolaños". Arropados por su historia y por su belleza, pernoctamos por primera vez perdiendo el paisaje de las olas y ganando a cambio la naturaleza y la posición privillejada de este espacio, el lienzo de una salina casi infinita que nos declara el fin del horizonte. Y con la definición práctica de la tranquilidad absoluta, ponemos fin a la jornada.Aquí por primera vez, como podéis observar en la foto, desplegamos la totalidad de la California incorporando en el portón trasero una lona que lo rodea una vez abierto y convirtiéndolo en una ducha. En la parte izquierda hay un práctico armario donde se guarda el teléfono de la ducha y la posibilidad de almacenar todo lo necesario para el aseo.
Junto a la entrada del repostaje encontramos otro parecido y perfectamente identificado como depósito de agua y que nos ayudara a darnos breves duchas. Una vez terminada la puesta en marcha personal, recogemos y ponemos rumbo a Marbella no antes sin olvidar pasear por la emblemática ciudad de Jerez de la Frontera. En breve volveremos a los alrededores y, sin perder demasiado tiempo, ponemos rumbo a la provincia de Málaga.
Sexta etapa: Marbella
Por motivos profesionales que no vienen al caso debía estar una jornada en Marbella, jornada que se multiplicó por tres casi sin darnos cuenta. Hasta ahora habíamos vivido la California en diferentes situaciones, haciendo muchos kilómetros, durmiendo improvisando el lugar y en un camping.Bien claro tenia que el surfero era sin duda uno de los clientes Vip de este club pero, me faltaba algo más.Desde la salida de Madrid existía un denominador común: por donde pasase encontrabas gente que volvía la cabeza al pasar el coche. Pero ¿que la gente se gire con la Volkswagen T6? Pues sí, existe una verdadera historia repleta de sueños creados a través de este coche.Este pensamiento me hizo navegar un poco por internet con la intención de encontrar un camping algo más lujoso. Marbella era mi destino y no podría haber ciudad más indicada en el mapa de España para ello. Efectivamente, lo encontré. A unos kilómetros de Marbella y muy cercano a Estepeña un pequeñísimo camping situado a muy pocos metros del mar se apostaba como candidato. Una vez inspeccionado y comprobando que era lo que buscaba (coches de lujo enganchados a caravanas, instalaciones muy cuidadas, restauración muy aceptable…) eché el ancla y convertí lo que en principio iba a ser una jornada en varias noches.
Etapa estrella: Tarifa
Si no había duda de algo desde comencé era que una etapa se denominaría Tarifa. Podemos pensar en el cliente perfecto para la California y a bien seguro que encontraremos varios y diversos, pero si buscamos el cliente de foto para la nueva T6 es sin duda el amante del agua y el viento.Ponemos rumbo a Tarifa desde Marbella y la APP me ofrece más de un camping: a priori, parecen todos perfectos. Nos decidimos por el camping “Faro de la Peña” con la suerte de poder posicionarlo justo frente al mar. Os describo brevemente este paradisiaco espacio donde se respira surfeo hasta en las cortezas de los pinos.Era un espacio muy familiar donde se reúnen familias de diferentes generaciones y donde son capaces de unirse en una sola cuando se ponen el neopreno y buscan la mejor racha de viento. No hace falta que os diga lo que produjo la última California al entrar en el camping: No pasó mucho tiempo hasta que apareció el primer vecino pidiéndome cotillear por todos los rincones el coche.En un lugar tan lleno de magia, buen rollo y camaradería transcurrieron varias jornadas con curso de Windsurf incluido. No quiero olvidar la alta calidad basada en la sencillez y lo espectacular de poder disfrutar de la gastronomía local en un restaurante donde la terraza está al pie del acantilado y a escasos centímetros del mar.Abandonamos este increíble lugar bajo la única justificación de tener que seguir una agenda y con la seguridad de que volvería. Pongo rumbo bajo el clima de esos días que hacen paréntesis en pleno mes de agosto con lluvia incluida. En el destino nos espera lo que sin duda se convertiría en la gran sorpresa del verano. Vamos a Zahara de los Atunes.
Etapa Final: Zahara de los Atunes
No sé si conocéis este pueblo marinero. Sin duda os invito a hacerlo pero, por favor, no os lo contéis a muchos, dado que pondríamos en riesgo la idiosincrasia y la pureza que sin duda define a un pueblo que se mantiene impermeable a la globalización con el paso de los años. En este caso sacamos de la baraja una de las pocas cartas que nos quedaba por jugar a esta altura de la partida. Me decanto por el Hotel Almadraba. Es un restaurante que, sin perder el ADN que le define desde el minuto uno de su historia, ha ido creciendo ladrillo a ladrillo convirtiéndose en un Hotel donde el timón lo sigue llevando su fundador.Y para qué queríamos la California, ¿para tenerla aparcada? Pues no. Sin tenerlo previsto, íbamos a vivir lo que para mí se ha convertido en la mejor experiencia del verano. Zahara de los Atunes es un pueblo que está acotado en la entrada por un playa que pertenece al ejército y que en julio y agosto se permite el acceso por la playa de los Alemanes, que pone fin a este paraíso. En la primera que os he nombrado el acceso os permite, como observaréis en la foto, llegar y posicionar el coche en la misma orilla. Ese privilegio nos hizo vivir lo que para mí sería el uso ideal de la California. Aparcas el coche, abres toda su infraestructura y disfruta de todo el ocio que te pueden ofrecer el sol, el viento y las olas a pocos metros de ti.Con este escenario y durante casi dos semanas pusimos fin a un verano que comenzó con el titular “salimos de la zona de confort” y que ha terminado regalándonos experiencias y momentos con fuerza suficiente capaz de redefinir este concepto en mi mente.
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