¿Cómo llegaron los SUV a Mazda?
Casi el 69% de las ventas de Mazda han sido de sus modelos todocamino. El éxito de este segmento es imparable pero no surgió de un día para otro en la marca.
Muchos fabricantes han querido llevarse el mérito de ser los pioneros, los que se adelantaron al mercado y lanzaron el primer SUV. El fenómeno de los crossovers fue bastante repentino, con protagonistas clave como el Nissan Qashqai o las variantes X de BMW.

Mazda navajo
Su éxito no se hizo esperar y pronto la tendencia se convirtió en una obligación, rara era la firma que no presentaba su todocamino. Llegó incluso a las más altas esferas con el polémico Porsche Cayenne, un modelo incomprendido que salvó las papeletas a una marca en recesión. Mazda también reaccionó a la fuerte demanda de modelos camperos pero lo hizo prestando especial atención a las sensaciones de conducción y la belleza de la carrocería. Aspectos algo olvidados en ese afán por entrar en un mercado al alza. Como tantas otras firmas, el fabricante nipón coqueteó antes con modelos todoterrenos e incluso pick-up. Con motivo de su centenario, es buen momento para echar la vista atrás y reconocer cómo fue el camino que recorrió Mazda hasta la aparición de sus CX-5, CX-3 y CX-30.
Podría decirse que la moda SUV ha calado en el comprador estos últimos 15 años. Su aparición relegó a los monovolúmenes al más puro olvido y lo mismo está sucediendo con las berlinas o familiares. Su versatilidad consiguió convencer al comprador de la necesidad de poseer un coche capaz de recorrer zonas mal asfaltadas, pese a que nunca lo fueras a meter por un camino de tierra. Su fácil acceso a plazas delanteras y traseras, sumado a la sensación de seguridad que aporta conducir más alto, resultaron la fórmula perfecta para llenar nuestras ciudades de todocaminos. La esencia, sin embargo, está muy alejada de la jungla de asfalto y cristal que son nuestras metrópolis. La gran mayoría de SUV’s se desarrollaron a partir de un todoterreno 4x4 fiable y nada sofisticado. Modelos que vieron como su carrocería se engalanaba y sus capacidades off-road desaparecían.
La semilla
Los primeros todoterrenos de Mazda eran modelos funcionales de estética robusta y poco refinada. En su camino hacia la producción masiva, Mazda desarrolló el Pathfinder XV-1. Se trataba de un 4x4 basado en los Toyota Land Cruiser de la época y solo se vendió en la antigua Birmania, entre 1970 y 1973. Muchos fueron a parar al ejército y a la policía del país pero, para el resto del mundo, es un modelo desconocido. No fue hasta finales de los 70 cuando la fabricación de pick-ups situó a Mazda en el mapa. En esa línea comercial apareció el Mazda Proceed Marvie, lanzado en 1991 con ciertos aires todocamino y tres filas de asientos. Se vendió en Japón, algunos países asiáticos y en Australia, donde se llamó Ford Raider.
La evolución fue distinta en la otra punta del planeta. A los americanos les encantan los coches de dimensiones considerables y carácter indómito. Para ese mercado la firma ideó el Mazda Navajo, que era un Ford Explorer Sport retocado, con tracción a las cuatro ruedas y motor gasolina V6 de 4.0 litros. Antes de pasar a crear sus propios SUV, Mazda lo volvió a intentar con la colaboración de Suzuki y su Escudo. El modelo se llamó Proceed Levante y se comercializó en los noventa.

Mazda tribute
Mazda crea su primer SUV
El Mazda Tribute fue desarrollado de manera conjunta con Ford, que tenía participaciones en la compañía nipona. Utilizaban el Mazda 626 como plataforma y fueron presentados oficialmente el año 2000. El Tribute era ligeramente más deportivo que el Ford Escape y se comercializó en Europa con un motor gasolina de 2.0 litros y 125 CV y un V6 de 3.0 l de 199 CV. El primero de ellos encajó mejor en el mercado del viejo continente de 2001 así que se realizaron versiones con tracción delantera y total. El éxito de estos modelos fue relativo e incluso se produjo una segunda generación para América y algún que otro país. Sin embargo, Mazda ya tenía la vista puesta en el auge imparable de los SUV y acompañó esa permanencia con el lanzamiento del CX-9. Era un modelo de líneas más puras y deportivas pensado para ser conducido y disfrutado en carreteras asfaltadas.
En Europa se optó por el Mazda CX-7, basado en el concept car MX-Crossport presentado en el Salón de los Ángeles de 2006. Era un modelo completamente distinto a lo visto hasta entonces en la firma, alejado de la imagen tosca y sin gracia de los todoterrenos anteriores. Montaba un bloque gasolina de 2.3 litros que rendía 260 CV y fue elogiado por su comportamiento dinámico. Sus ventas se vieron afectadas por la falta de una motorización diésel, que llegó en 2009 de la mano del 2,2 l de 172 CV, pero fue la semilla del éxito.

Mazda SUV
Los modelos CX
El Mazda CX-5 fue el primero en recurrir a la filosofía de diseño Kodo. También incorporó la tecnología Skyactiv con las últimas innovaciones en cuanto a motores, chasis y transmisiones. La calidad de rodadura era muy superior, su imagen más limpia y todo él consiguió impactar en el mercado europeo. Se lanzó en 2012 y para 2013 suponía el 19% de las ventas en el mercado británico. Poco a poco llegaron otras propuestas para cumplir con la enorme demanda de modelos SUV.
El Mazda CX-3, basado en la plataforma del Mazda2, compite en el segmento de todocaminos compactos. Su elegante diseño y la sencillez de su conducción han enamorado a muchos conductores. Hace apenas unas semanas se hacía oficial su última actualización con más equipamientos y la tecnología de desconexión de cilindros para el bloque 2.0 Skyactiv-G. Tampoco podemos olvidarnos del Mazda CX-30, el último en llegar junto al revolucionario motor Skyactiv-X, que se enciende por compresión y se controla por chispa.