Muy Interesante

Coches de cine

La historia del cine ha convertido a modelos de coches en verdaderos mitos dentro y fuera de la pantalla.

Si pienso en la perfección, no tengo ninguna duda de que, para mí, consiste en estar dentro de un descapotable clásico en una noche de verano viendo una película -de esas que has visto cien veces, pero que el final te sigue emocionando- en un autocine.

Vivir la pasión del motor a través del cine ha sido una verdadera fábrica de momentos inolvidables posicionados en la mente de miles de espectadores permanentemente. Hay ejemplos de todo tipo y color: coches que volaban, hablaban, navegaban y que incluso nos llevaban al pasado fueron participes de guiones de películas que a día de hoy se han convertido en imprescindibles para poder tener una percepción completa de la historia del cine.

Es imposible pensar en películas de gangsters sin imaginar escenas de coches esquivando lluvias de balas por las calles de New York o Chicago. Y ¿cómo olvidar los momentos románticos que aportaron los descapotables de los años cincuenta y sesenta a ambos lados del charco?

El coche ha sido capaz de estar en todos los géneros del cine exigiendo un merecido papel de protagonista.

Y más allá de la pasión, no olvidemos la capacidad de la industria del cine para convertir en objetos de colección aptos para muy pocos bolsillos las piezas originales que participaron en las películas, haciendo muy difícil, por no decir imposible, encontrar esos mismos modelos que se fabricaron de serie.

No es nada  fácil encontrar  un DB5 como el que apareció en Goldfinger conducido por Sean Connery o el famoso Ferrari Testarossa de la ochentera y famosa serie "Corrupción en Miami".

Buscar anécdotas en esta relación tan bien avenida nos daría para varios artículos. Permitidme que os nombre una que sucedió en Pretty Woman cuando buscando el coche deportivo que se adecuara a las escenas del joven millonario: marcas muy conocidas de súper deportivos se desmarcaron porque el guion iba relacionado con la prostitución. Lotus no le hizo ascos al mismo y aposto por el Esprit, modelo que multiplicó por tres sus ventas.

Y, por último, el coche en el cine también nos ha dejado momentos graciosos: no hace mucho disfrutaba de la película Notting Hills por vigésima vez. Hugh Grant observa la foto de Julia Roberts plasmada sobre el típico bus de Londres y termina la escena pasando ante sus ojos un Seat Ibiza de primera generación rojo. Además de reconfortante por lo patriótico, una fotografía muy simpática.

No tardaré mucho en contaros mi viaje a Los Ángeles con Seat y qée hacíamos dos españoles en tierras americanas.


Pero eso será otra historia…

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