Los coches de pila de combustible no son el futuro, son el presente. Utilizan el hidrógeno, combinado con oxígeno, para generar una corriente eléctrica.
La emergencia climática se ha instaurado como una de las mayores preocupaciones de la sociedad, consciente de su impacto y de la urgencia por encontrar soluciones. El sector del transporte ha sido el más afectado por las normativas europeas y muchos fabricantes llegan al 2020 con el pie cambiado. Otros, en cambio, han sabido leer los retos del futuro en su presente, ofreciendo alternativas sostenibles adelantadas a su tiempo. Toyota fue pionero en la democratización de la propulsión híbrida, decisión que le otorga el liderazgo en la reducción de emisiones contaminantes a día de hoy. Sin embargo, el desafío no hace más que crecer y la electrificación del parque automovilístico parece la única solución. Lejos de conformarse con seguir las reglas del juego, la firma japonesa apuesta por la pila de combustible como modelo de propulsión cero emisiones. Una tecnología que aprovecha el hidrógeno como fuente de energía para crear la corriente que impulse vehículos como el Toyota Mirai.
Esta molécula surge de fuentes, tanto renovables como no renovables, que ya existen en nuestro planeta. Tras un proceso químico o bioquímico, como es la electrolisis del agua, se almacena en tanques en estado gaseoso o líquido. Esta modularidad permite su transporte por diferentes vías, ya sea por gasoductos o rutas marítimas, hasta las llamadas hidrogeneras. Estas estaciones de servicio y el proceso de repostaje de un vehículo de pila de combustible son casi idénticos al de un modelo convencional, pero sus resultados no pueden ser más dispares.
Esta tecnología no es cosa del futuro, es viable y lo es ahora. Las alternativas a los combustibles tradicionales son varias, todas ellas con algunas desventajas y un ciclo ecológico con puntos ciegos. Las infraestructuras son el gran escollo en nuestro país, un reto que Toyota se propone solventar durante los próximos meses. Tiempo más que suficiente para dar a conocer una fuente inacabable de energía: el hidrógeno. Un ‘combustible natural’ que no emite gases de efecto invernadero, partículas tóxicas para el ser humano y con un alto coeficiente de eficiencia energética. Descubre de dónde sale esta molécula y cómo se consigue extraerla de precursores tan conocidos como el gas natural.
¿Qué es el hidrógeno?
El hidrógeno es una molécula que encontrarás en la tabla periódica bajo el símbolo H2. No es posible encontrarlo en estado libre, por lo que no se trata de una energía primaria pero se puede extraer de alguna de ellas.
¿Qué es la energía primaria?
Este tipo de energías está disponible en la naturaleza y puede ser renovable, como la eólica, hidráulica o solar. También son energías primarias el petróleo, el gas o el uranio pero se consideran no renovables, ya que se agotarán en algún momento.
¿Cómo consigo el hidrógeno?
Mediante procesos químicos o bioquímicos es posible separar las moléculas del agua, el gas natural, el carbón, el amoníaco e incluso del petróleo. El proceso más conocido es el de la electrolisis, que separa las moléculas de hidrógeno y oxígeno del agua.
Agua y viento
Es posible generar hidrógeno a partir del viento, un proceso que ya se realiza en el parque eólico de Hama Wing en Yokohama (Japón). Esta bahía de Tokio es conocida por su brisa, a la que denominan los vientos del Hama. Esas corrientes se aprovechan para generar hidrógeno mediante un aerogenerador de 78 metros de altura y paletas de 80 metros de largo.
De energía a hidrógeno
En ese mismo parque se encuentra una instalación con el logotipo de Toshiba. En esta zona se realiza la electrolisis del agua gracias a la electricidad generada por los aerogeneradores anteriormente citados. El hidrógeno resultante se conserva en un gran cilindro de más de 10 metros de altura y se utiliza para las carretillas elevadoras de la planta.
Electrolisis
Este proceso es el más adecuado si se requiere de poca cantidad de hidrógeno, pero es el más sostenible. Mediante corriente eléctrica se separa el H2 (hidrógeno) del O (oxígeno) y se almacena en estado gaseoso o líquido. Es un proceso demasiado caro, que se reduce si se realiza en la fase de vapor del agua.
El más común
El precursor más utilizado para la obtención del hidrógeno es el gas natural (CH4). Se utiliza vapor de agua para que la reacción química sea la siguiente: CH4 + H2O = CO + tres moléculas de H2. En las plantas que se dedican a esta conversión se ha conseguido un resultado casi perfecto. Mediante otros tratamientos reducen el resultado de dióxido de carbono a un 1%.
Energías renovables
Conseguir el hidrógeno de fuentes renovables es el gran reto de esta industria. Esta molécula puede obtenerse de la biomasa e incluso de la energía nuclear, una opción poco estética pero muy atractiva a nivel de resultados.
Una energía inacabable
El hidrógeno es un gran desconocido en nuestro país, pero no por ello es la opción menos interesante. Su obtención permite aprovechar energías que ya existen, e incluso se malgastan, creando un ciclo casi perfecto de emisiones cero.
¿Qué propulsión genera?
Los vehículos con pila de combustible montan propulsores eléctricos. De la unión del hidrógeno y el oxígeno se genera una corriente eléctrica, la encargada de mover las ruedas de vehículos como el Toyota Mirai. Todo ello con un resultado en emisiones cero, tan solo expulsa agua por sus escapes.
RECIBE CADA SEMANA LAS NEWSLETTERS DE MUY INTERESANTE