Muy Interesante

A Van Gogh le sacan los colores

Una restauración virtual de El domitorio en Arlés recupera los matices cromáticos originales.

Pablo Colado

Es uno de esos cuadros que hemos visto mil y una veces, que casi tenemos grabado en la retina. Y como ocurre con El grito, de Edvard Munch –otro icono de la pintura moderna–, quizá muchos no sepan que el autor, obsesionado con la composición o la idea, acabó pintándolo varias veces, con pequeñas diferencias.

Hablamos de El domitorio en Arlés, lienzo del que Vincent Van Gogh ejecutó tres versiones entre 1888 y 1889. Ahora, el espectador puede compararlas en una exposición que las reúne por primera vez y que acaba de ser inaugurada en el Instituto de Arte de Chicago. Pero además, los amantes del arte pueden comprobar in situ que otro autor invisible –el paso del tiempo– ha dejado su impronta en la creación del genio holandés. Porque, junto a las obras reales, se exhiben unas recreaciones digitales de cómo podrían haber sido los cuadros cuando salieron de los pinceles de Van Gogh hace casi 130 años.

La principal pista para restablecer el aspecto original de la pintura fue el testimonio del propio artista, ya que lo describió detalladamente en cartas a varios colegas y a su hermano Theo. Sobre todo había una gran discrepancia en el color de la pared de El dormitorio, inequívocamente definida por Van Gogh como “lila”, cuando en el cuadro que podemos ver hoy es azul.

Los científicos tomaron una pequeña muestra del lienzo y descubrieron al microscopio los vestigios de un pigmento de color carmín, extraído del insecto cochinilla (Dactylopius coccus), que se degrada con el paso de los años. Mezclado con el azul, el carmín produce el violeta perdido.  Luego, los expertos rastrearon con rayos X el resto de los pigmentos usados originalmente por Van Gogh a nivel atómico y reequilibraron los contrastes cromáticos, con el sorprendente resultado que puedes ver.

Imagen: a la izquierda, el cuadro original. A la derecha, tras la restauración virtual

tracking