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Cuándo y cómo nació el coche eléctrico

Seguro que si te preguntáramos qué tipo de coche se desarrolló antes, no dudarías en contestar que los de combustión interna fueron antes que los eléctricos. Sin embargo, nada más lejos de la realidad…

Al contrario de lo que pueda parecer, el coche eléctrico fue el primero que se desarrolló. De hecho, fue en 1837 cuando el empresario escocés Robert Anderson inventó el que se convertiría en el primer y rudimentario vehículo eléctrico puro. El profesor Sibrandus Stratingh, por su parte, diseñó y construyó, con la ayuda de su asistente Christopher Becker, vehículos eléctricos a escala reducida a partir de 1835. Más tarde, durante la década de 1850, los franceses Gastón Planté mejoraron la pila eléctrica; y durante la década de 1880, Camille Alphonse Faure siguió allanando el camino para este tipo de vehículos.

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Coche eléctricoiStock

Desarrollo del eléctrico

En la Exposición Internacional de París de 1881, el inventor francés Gustave Trouvé mostró un coche eléctrico de tres ruedas, gracias precisamente a las mejoras de la pila eléctrica… Ya en 1867, durante la Exposición Mundial de París, el inventor Franz Kravogl mostró un ciclo de dos ruedas con motor eléctrico. Francia y Gran Bretaña fueron las primeras naciones que apoyaron el desarrollo generalizado de este tipo de vehículos, hasta que el corredor automovilístico belga Camille Jenatzy logró romper por primera vez la barrera de los 100 km/h con la ayuda de su descapotable eléctrico en forma de bala, la Jamais Contente, alcanzando una velocidad máxima de 105,88 km/h, justo antes de la preeminencia de los motores de combustión interna.

La Primera Guerra Mundial firmó la sentencia de muerte del vehículo eléctrico, pues el motor de combustión interna fue decisivo para la mecanización de la guerra, donde características como la velocidad, la durabilidad y la potencia en el campo de batalla resultaban fundamentales. Así pues, el motor ganó la guerra, pero también ganó otra batalla en el mercado automovilístico estadounidense, que empezó a crecer rápidamente, extendiéndose más tarde al oeste de Europa y, finalmente, al resto del mundo.

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Actualidad

Sin embargo, cada vez son más los vehículos eléctricos que encontramos actualmente circulando por nuestras carreteras. Ya sea por las restricciones de tráfico por contaminación, que nos empujan a apostar por alternativas a los motores de combustión interna o por nuestra propia conciencia, que empieza a despertar entendiendo la importancia de la lucha contra la contaminación, lo cierto es que los eléctricos cuentan cada día con un poco más de presencia en las calles de nuestro país. Para ser sinceros, es verdad que, a día de hoy, no existe ningún modelo de vehículo que sea totalmente ecológico.

De hecho, es cierto que los eléctricos también contaminan aun siendo coches libres de humos, pues la limpieza no depende solo de su funcionamiento, sino que también se trata de lograr la compatibilidad completa del automóvil en todo su ciclo de vida, lo que incluye la elaboración de las materias primas y de los componentes, así como el montaje del vehículo en las fábricas. El objetivo principal es conseguir utilizar energía verde en todas las fases donde sea posible. Sin embargo, hasta que este momento llegue, tanto los eléctricos como los híbridos son algunas de las mejores opciones actuales en cuanto a emisiones contaminantes, considerablemente más bajas que las de los modelos de combustión equivalentes.

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