La deportividad se puede entender bajo muchos parámetros. Algunos conceden importancia a los datos, como la velocidad máxima o la aceleración. Otros, en cambio, somos de valorar las sensaciones que nos otorga el coche, más allá de ser (o no) el mejor en cuanto a números. La tecnología ha democratizado las prestaciones, permitiendo que un conductor al uso pueda hacerse al volante un deportivo de más de 300 CV. Las ayudas, los controles de tracción y las entregas del turbo son cada vez más lineales, siendo más fácil adaptarse e ir rápido sin ser especialmente bueno. El resumen es positivo: menos muertes en carretera. La realidad es que, a los auténticos pretrolheads, les sigue gustando ponerse a prueba y estar concentrados en la conducción. Un reto que ofrecen unos pocos modelos como el Alfa Romeo Giulia Quadrifoglio Verde, la piedra angular de una firma que todavía rinde homenaje a su historia en la competición.
Ese respeto a sus raíces es palpable en su museo de Alfa Romeo: “La Macchina del tempo” (Arese). Estuvimos dando una vuelta entre sus piezas más icónicas, una jornada llena de emociones y en la que pudimos conversar con Alejandro Mesonero, su actual director de diseño. Esa entrevista nos sirvió para hacernos una idea del camino que tomará Alfa Romeo en su nueva vertiente como firma 100% electrificada, algo que no parece cuadrar con dicha herencia de caballos, carreras y combustible. Sin embargo, y tras probar el Giulia Quadrifoglio Verde, guardamos la esperanza de que, desde la firma, sean capaces de conservar su carácter radical.
Además de la belleza, que es palpable desde el primer momento, el Giulia QV guarda un arsenal mecánico que lo convierte en uno de los más deseados del mercado. Sus rivales tienen tarea, porque lo icónico de Alfa pocos pueden conseguirlo. Hablamos de alternativas como el Audi RS4 o el BMW M3 Competition, ambos modelos que se han pasado a la tracción total como método de eficacia deportiva. En la siguiente galería os hablaremos de las ventajas, y las desventajas, de optar por el modelo italiano. Una variante que, por cierto, fue la primera en desarrollarse durante el proyecto que dio a luz a la generación actual del Giulia.
Elegancia italiana
El Alfa Romeo Giulia es uno de los modelos más bellos del mercado. Sus líneas sensuales refieren a un conductor elegante y sofisticado, que prioriza la estética a un mayor equipamiento tecnológico o eficiencia. Es la opción ideal para una familia con poder adquisitivo que no quiere renunciar a la diversión al volante.
Detalles aerodinámicos
La potencia no serviría de nada si el coche no puede admitir velocidades considerables. Para ello, el Giulia QV incorpora algunos detalles específicos como las inserciones en fibra de carbono en el labio inferior del frontal. Un material que se repite bajo el capó, faldones laterales y en el pequeño alerón del portón trasero.
Pura sensualidad
El perfil de este Giulia QV destaca, además de por el tono rojo tricapa Competizione (3 394 euros), por esas llantas de 19 pulgadas con el diseño curvado que tanto se identifica con Alfa Romeo. A través de estas se puede ver la pinza amarilla de freno, un opcional que cuesta 339 euros. Un coste mínimo comparado con las colas de escape Akrapovic de 8 145, más que recomendables si te gusta la melodía de los V6.
Bajo el capó
Más allá del gusto estético de los italianos, en Alfa Romeo no se andan con chiquitas a la hora de vitaminar la variante prestacional del Giulia. Para ello cuentan con un bloque V6 de 2,9 litros de cubicaje sobrealimentado por dos turbos, que conceden un empuje a medio régimen dejando algo vacía la zona baja del cuentavueltas.
Motor de superdeportivo
En números se traduce en un motor de 510 CV sobre las 6 500 vueltas, y 600 Nm entre las 2 500 y 5 000 revoluciones por minuto. Se asocia con un cambio automático ZF por convertidor de par que tiene 8 marchas, más que necesarias para reducir el consumo en un tramo de autovía a velocidades legales. Un gasto que está homologado en 10 l/100 km, más que realista.
Prestaciones de infarto
Si seguimos con los números, el Alfa Romeo Giulia Quadrifoglio Verde acelera de 0 a 100 km/h en 3,9 segundos. Es un dato muy correcto e idéntico al del nuevo BMW M3 Competitione a pesar de ser xDrive el alemán (tracción a las cuatro ruedas). La velocidad máxima del QV es de 307 km/h, algo que no llegamos a comprobar.
La tracción trasera
Si algo caracteriza al Giulia Quadrifoglio Verde en el mercado es su tracción al eje trasero. Tal como hemos comentado, sus rivales directos optan por la tracción total como herramienta de eficacia. Está claro que son más fáciles de conducir, estables y contundentes en curva. Sin embargo, el QV te exige más atención, capacidades y diversión en un tramo de curvas.
Un cambio de lujo
Uno de los mejores compases del QV es el del cambio automático y los modos de conducción. Las ayudas, que han sido mejoradas en el último restyling de 2020, se pueden desactivar por completo al activar el modo de conducción R (Race), que concede un sonido gutural y una respuesta más atenta del acelerador. Además, te deja cortar y estirar la marcha a tu gusto.
Deja que te miren
Con el sonido y el diseño del Alfa Romeo Giulia Quadrifoglio Verde es inevitable no pasar inadvertido. Eso sí, si lo deseas, puedes llevar una conducción muy confortable y tranquila. El motor siempre te pedirá guerra, pero la suspensión, dirección y frenada, se pueden adaptar a un trayecto largo que no acabe con tus costillas resentidas.
Novedades tecnológicas
El Giulia fue actualizado en 2020 para incorporar nuevas tonalidades y cambios en el habitáculo. El volante es de nueva factura, con mandos para controlar los sistemas de ayuda a la conducción, y la pantalla central crece hasta las 8,8 pulgadas con más funcionalidades y mejor visualización.
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