Renault convierte al 4L en una Suite
El diseñador francés Mathieu Lehanneur reinventa el icónico 4L y lo convierte en el Renault Suite Nº4.
En el mundo de la automoción existen iconos que nada tienen que ver con la potencia, la velocidad o el diseño. El Renault 4L es uno de ellos. Un vehículo creado por y para el pueblo obrero de hace 60 años. Con motivo de su aniversario, la firma del rombo ha confiado en el diseñador Mathieu Lehanneur para reinventar ese coche por completo. El resultado es el inédito Renault Suite Nº4, inspirado en las habitaciones más sofisticadas de los hoteles del mundo. Un mundo paralelo producido a partir de una leyenda de las cuatro ruedas, un modelo del que se comercializaron más de 8 millones de ejemplares en 100 países durante las tres décadas que estuvo en órbita de producción. Una fabricación que contó con la participación de la planta española, encargada de 800 000 unidades, y de otros 27 países.
El 60 aniversario del 4L merecía la inversión de todo el tiempo, y recursos, necesarios por parte del rombo. Durante todo el año, la firma ha puesto en marcha iniciativas en las redes sociales y los medios de comunicación. Incluso ofrecieron la posibilidad de volver a conducir un histórico Renault 4L o la versión 100% eléctrica que también hemos visto circular. Además, desde el 8 de octubre, Los Campos Elíseos (París) acogen la exposición rotatoria de 30 variantes de este cuatrolatas. Pero es este Nº4 Suite el regalo más especial que podían hacer a su historia, marcada por la conexión con su propietario.
El diseño es clave para crear ese vínculo con el vehículo, y en Renault lo saben. Por ese motivo, en la colaboración con el diseñador Mathieu Lehanneur se ha priorizado la esencia del modelo. Era importante mostrar el objetivo de la marca en el nuevo plan estrategia Renaulution, que busca crear coches que transmitan emociones, en un modelo de antaño. El resultado es un concept car Suite N°4 que brinda una innovadora experiencia del automóvil, “un Renault para vivir en el interior y en el exterior”. Para ello, y tal como nos explica el propio Lehanneur: “He buscado una hibridación entre el mundo del automóvil y el de la arquitectura para crear una habitación de hotel a cielo abierto”. Os contamos más de este proyecto en la siguiente galería.

Un espíritu único
El diseñador Mathieu Lehanneur nos ha desvelado los pilares para la creación del Renault Suite Nº4. Según él mismo “se alimentó de dos mundos paralelos: el automóvil y la arquitectura. SUITE N°4 es un coche espontáneo y un homenaje al Renault 4L, del que conserva el espíritu puro, sobrio y sencillo que da prioridad a la eficacia y la espontaneidad”.

Una suite móvil
Los coches te permiten descubrir lugares inhóspitos y vivir la experiencia de una aventura en la que el trayecto forma parte del viaje. Para Lehanneur era importante mostrar este modelo nómada: “Más que una suite en el más bello de los palacios, se encuentra exactamente donde quieres que esté: frente al mar, en medio del campo o en movimiento en la ciudad de tus sueños", afirma Mathieu.

Mismo concepto 4L
Este Suite Nº4 mantiene las proporciones y líneas exteriores del 4L, reinventando algunas partes concretas de la carrocería. El portón trasero, por ejemplo, ha sido sustituido por una cristalera de policarbonato que aporta más luminosidad y sofisticación al vehículo. Al abrir el portón de este Renault 4, que en su momento fue el detalle más innovador del modelo por ser la primera auténtica quinta puerta de un coche, vemos un maletero transformado en una habitación.

Puro lujo
Este espacio trasero recurre a un tejido grueso de chenilla de aspecto canalé y dos apliques luminosos que le dan un aspecto robusto. Una sensación de acogida enmarcada por el uso de un banco de madera deslizante, que se abre como un cajón extraíble para ampliar el espacio de descanso bajo la protección del portón del 4L.

Un coche obrero
El 4L era un coche del pueblo, funcional y accesible. En muchas ocasiones se utilizaba como vehículo comercial que hacía las funciones de particular, como un Citroën Berlingo actual. De ahí el acabado de tres capas de pintura que reproducen el aspecto del cemento, un ámbito muy recurrido hace 60 años por el cuatrolatas. La calandra frontal, en este caso esculpida en aluminio pulido, recuerdan a la fluidez de una ola del mar.