El pasado siempre fue mejor, o no. Parece que forma parte de nuestra cultura valorar el porvenir como un lugar oscuro, amargo y peor que lo vivido. En el mundo del automóvil es todavía más acusado con la llegada de la electrificación. Por suerte, algunas firmas apuestan por mantener los dos ámbitos en su portfolio al público. El ejemplo más llamativo es el de Hyundai y su gama N, que ha ido incrementando al mismo ritmo que lo hacían sus modelos eléctricos. Dos caras de la misma moneda que nos permiten gozar de máquinas tan bien ajustadas como el Hyundai i20 N.
Para los apasionados a los coches, que vibran con cada aceleración y disfrutan del olor a gasolina, los enchufes suponen el abandono del gusto por la conducción. No les culpo, conducir un eléctrico nada tiene que ver con hacer lo propio con un modelo de combustión. Sus reacciones son dóciles, fáciles e incluso aburridas. Nada de eso aguarda tras el volante del Hyundai i20 N, un coche pensado y desarrollado en las pruebas del World Rally Champion (WRC) desde 2017. Antes fue su hermano mayor, el Hyundai i30 N del que tan buenos recuerdos guardamos y que ha plantado cara a los más icónicos como el Volkswagen Golf, Cupra León o Ford Focus RS. Además, lo ha hecho siendo coherente, sin destacar por una potencia descomunal y sí por una puesta a punto digna de los mejores tramos del mundial.
Esa experiencia es la que también hemos vivido en el i20 N, que tiene las mismas dosis de deportividad pero en un saco más pequeño. Esta fórmula puede no encajar a todo el mundo, empezando porque su habitabilidad y maletero no son los más adecuados para ampliar la familia, pero a otros nos vuelve locos. Tal como cita el dicho: “el buen perfume se vende en frasco pequeño”. Así que, con un tamaño de 4,07 metros de largo por 1,77 m de ancho y 1,44 m de alto, con una distancia entre ejes de 2,58 m, el Hyundai i20 N es de los mejores candidatos a convertirse en el juguete favorito para adultos. Te contamos el porqué en la siguiente galería.
GTI pequeño
Los hothatch o compactos GTI’s se dieron a conocer como los lobos con piel de cordero. En ese segmento encontramos modelos como el propio Golf GTI o el Seat León Cupra, ahora Cupra León. Sin embargo, pronto aparecieron sus hermanos pequeños, con más nervio todavía y un concepto digno de pasar a la historia.
Sin estridencias
Como sucede en el segmento GTI, los utilitarios prestacionales no destacan por ser extremadamente radicales. La oda a la belleza deportiva se concede con detalles como los splitter delantero, más afilado y marcado, unas entradas de aire más grandes, faldones e incluso un alerón.
El azul del N
El modelo probado por las carreteras de Guadalajara luce un color negro más sofisticado y atemporal que el conocido Azul Performance. Este tono claro, que ya ha pasado a ser identificativo de la gama N de la firma, es más acertado para los conductores arriesgados, y su combinación con el negro y el rojo es sensacional. El negro, en cambio, lo recomendamos a aquellos que busquen pasar más desapercibidos.
Perfil de carreras
Visto de perfil, el Hyundai i20 N pone los pelos de punta. Sorprende la belleza de las llantas de 18 pulgadas multirradio terminadas en un tono aluminio, a través de las cuales se ven las pinzas de freno y los discos delanteros de 320 mm en el eje delantero. Se conforma con 265 mm para las ruedas traseras, de modo que el mordiente es claramente fatigable con el paso del tiempo y las curvas
Menos es más
En el interior no se han andado con excelencia, prestando atención a lo realmente importante en un coche prestacional. Los asientos semibaquet recogen bien a personas de tamaño considerable, quedando algo abiertos para personas de tamaño medio o delgadas. Eso sí, es fácil encontrar tu posición de conducción ideal y la distancia con la palanca de cambios es agradable en todos momento,
Modo N
Conserva la pantalla central táctil de 10,25 pulgadas con servicios de conectividad mediante cable BlueLink. Lo mejor, sin duda, es dejarte de música y escuchar la magia que sale de sus escapes y que se modifica en función de los modos de conducción. Además, en esa pantalla encontramos un menú específico N, en el que nos marca la entrega de par, la presión del turbo y la temperatura de los líquidos, entre otras funciones.
A lo importante
Lejos de ser el diseño lo mejor de este i20 N, nos centraremos en lo relevante: su conducción. Este deportivo recurre a un bloque 1.6 de cuatro cilindros que rinde 204 CV de potencia pasadas las 5 000 vueltas, junto a un par máximo de 304 Nm entre las 2 000 y 4 000 rpm. Es, por tanto, algo lento en la zona baja del cuentavueltas. Eso sí, se compensa con creces con la entrega elástica del resto del marcador.
Puesta a punto de circuito
Nadie debería decir que 204 CV son pocos, y menos si tenemos en cuenta que apenas alcanza los 1 300 kilogramos en báscula. No solo eso, el tacto de los elementos de dirección y suspensión ha sido gestionado para transmitir cualquier detalle al conductor. El i20 N requiere de tu atención, con reacciones bruscas pero no difíciles de controlar, estando un paso por detrás de su hermano i30 N.
Come-curvas
El tarado de la suspensión, exageradamente duro en el eje trasero al ser puente fijo, lo hacen desaconsejable para el día a día. A cambio, podrás disfrutar con él como un adolescente en los tramos de curvas más complicados de España. El diferencial autoblocante hará que salir de curvas a fondo sea coser y cantar, con un cambio de dirección ágil y rápido.
Sí al cambio manual
Para los puristas el cambio manual es intocable. Admito que soy más de automáticos decentes como un PDK de Porsche, pero en este caso no podría ir mejor. La palanca corta, dura y eficaz de seis marchas te transmite todo el placer que necesitas, además de contar con la ayuda del REVMachi, que iguala las revoluciones en la bajada como si se tratara de un punta-tacón.
Precios y rivales
Existen pocos rivales en el segmento del Hyundai i20 N, pero el más destacable sería el Ford Fiesta ST de 200 CV. Este último tiene una puesta a punto más confortable y unos frenos menos eficientes para tramos largos, es más utilizable para ir a trabajar. El Polo GTI se queda corto en cuanto a sensaciones, siendo más burgués y dócil que el resto.
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