La firma del rayo se ha tomado el curso 2020-2021 muy en serio. Empezó su andadura con el Opel Mokka-e, que fue presentado en su variante eléctrica y que mostraba el cambio en el lenguaje de diseño de la firma del grupo PSA. Ahora ya no solo depende del grupo francés, sino del conglomerado Stellantis conformado tras la adquisición de FCA por parte de los galos. Aun así, el nuevo OpelGrandland no debe su transformación a dichos cambios empresariales. El más familiar de los SUV’s alemanes introduce en su último restyling los guiños estéticos ya vistos en ese Mokka y, por último, en el nuevo Opel Astra. Hablamos del frontal Opel Vizor, basado en el mítico Opel Manta, y el salpicadero minimalista Opel Pure Panel. Se trata de una evolución notable en su imagen, que también comporta novedades en el apartado del equipamiento pero pocas primicias en el apartado mecánico.
El Opel Grandland seguirá destacando en el porfolio de Opel por su carácter familiar y confortable, pilares que sigue manteniendo en este lavado de cara. Para ello, es uno de los modelos más espaciosos de su segmento pero también de los más caros. Existen alternativas como el Kia Sportage, Citroën C5 Aircross o Ford Kuga más económicos, e incluso sus variantes PHEV destacan por precio por encima de otras opciones como el Peugeot 3008 o el Cupra Formentor. Sin embargo, y tras la evolución estética, puede ser uno de los todocaminos familiares a tener en cuenta para nuestro garaje.
Sobre todo por el salto cualitativo de su interior, que incluye el formato Pure Panel que tanto nos ha gustado en el Mokka y que también sienta fenomenal al utilitario del rayo. Se trata de un salpicadero conformado por dos pantallas de 12 pulgadas para la instrumentación (de serie) y hasta 10 pulgadas para la central, compatible con Apple CarPlay y Android Auto.
En cuanto a las motorizaciones, pocos cambios presenta el nuevo Grandland. Ha perdido la X de su anterior denominación, y de paso algunas combinaciones de motores, pero conserva las versiones híbridas enchufables. Se unen a una versión diésel de 131 CV, un gasolina de misma potencia (131 CV) y las dos PHEV de 224 y 300 CV, esta última con tracción total.
Opel Vizor
El nuevo Opel Mokka presentó ante el mundo un nuevo frontal, y con él un lenguaje de diseño diferente, para los modelos del rayo. Se trata de un morro más carenado, sin apenas parrilla, y con un elemento decorativo negro opaco que une ambos grupos ópticos. Una firma lumínica casi horizontal, de modo que parecen el mismo bloque.
Del Manta
Cuando se presentó el lenguaje Opel Vizor pronto vimos las similitudes al pasado de la firma alemana. Ellos mismos reconocieron haber utilizado la imagen del Opel Manta de los 70 para inspirarse. Un modelo histórico que les ha dado el impulso actual y que, tuvo tanto éxito, que lo hicieron realidad con un restomod.
Más marcado
La silueta de este nuevo Grandland sigue siendo atemporal, sin grandes riesgos o elementos discordantes. La idea es que lo compren familias que buscan un coche a largo plazo, con tonos maduros y líneas adultas. Nos gustó especialmente el tono Azul Vértigo en persona, así como las llantas de 19 pulgadas “Iron Man” (450 euros).
Salto de calidad
La sensación a primera vista es que estamos ante un Grandland mejor, algo que se confirma en el habitáculo. Sigue siendo un modelo amplio, con habitabilidad importante y un claro enfoque familiar. Los materiales de calidad te dan la bienvenida, resaltando en los lugares y ubicaciones más importantes.
Opel Pure Panel
Si en el exterior adquiere el Opel Vizor, en el interior hace lo mismo con el Pure Panel. Este lenguaje de diseño reduce el salpicadero a la expresión de dos pantallas panorámicas enmarcadas de forma elegante pero poco discreta. Por suerte, seguimos teniendo los comandos de la climatización en una zona inferior y por botonería clásica.
Pantallas y más pantallas
La digitalización permite un juego superior con la imagen de las pantallas, lo que hace a Opel capaz de presentar la instrumentación de 12 pulgadas de serie. El dispositivo central podrá llegar a las 10 pulgadas y es compatible, como no podía ser de otro modo, con Apple CarPlay y Android Auto.
Muy espacioso
La sensación de espacio en las plazas delanteras se traslada a las traseras. En la segunda fila podrán viajar adultos de hasta 1,90 sin problema alguno para los hombros y las piernas. Tres adultos pueden ir apretados pero no pasaría nada si añadimos dos sillas de bebé a la ecuación trasera.
Maletero en la media
La capacidad del maletero del Opel Grandland no está nada mal, con 514 litros de capacidad para las variantes térmicas. El problema llega con las opciones PHEV, que pierden cubicaje hasta los 390 litros de capacidad. Es un mal del que mueren muchos híbridos enchufables y bastante importante si buscamos un coche familiar.
Misma oferta motriz
La oferta de motorizaciones apenas ha variado en esta nueva hornada de Opel Grandland. Mantenemos un bloque diésel 1.5 de 131 CV, que puede ser manual o automático, y la misma potencia para el gasolina 1.2, también con transmisión manual o automática. Los precios parten de los 25 625 euros del Design & Tech gasolina hasta los 36 041 del diésel automático con acabado Ultimate.
Los PHEV
Los Opel Grandland PHEV se dividen en función de su potencia, que puede ser de 224 CV (39 550 €) con un único propulsor eléctrico o de 300 CV para el de dos motores y tracción total. Su conducción es suave, sencilla y muy refinada pero nos parece muy optimista hablar de autonomías de 57 a 61 kilómetros. Durante la prueba consumió mucha más batería.